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sábado, 13 de marzo de 2021

Lecturas y Santoral 13/03/2021. Sábado de la tercera semana de Cuaresma

Quiero misericordia, y no sacrificios
Primera Lectura. Oseas 6,1-6
Vamos a volver al Señor. Porque él ha desgarrado y él nos curará; él nos ha golpeado, y él nos vendará. En dos días nos volverá a la vida y al tercero nos hará resurgir; viviremos en su presencia y comprenderemos. Procuremos conocer al Señor. Su manifestación es segura como la aurora. Vendrá como la lluvia, como la lluvia de primavera y su sentencia surge como la luz que empapa la tierra. «¿Qué haré de ti, Efraín? ¿Qué haré de ti, Judá? Vuestro amor es como nube mañanera, como el rocío que al alba desaparece. Sobre una roca tallé mis mandamientos; los castigué por medio de los profetas con las palabras de mi boca. Mi juicio se manifestará como la luz. Quiero misericordia y no sacrificio, conocimiento de Dios, más que holocaustos».

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 50, 3-4. 18-19. 20-21ab

Quiero misericordia, y no sacrificio.

Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado.

Quiero misericordia, y no sacrificio.

Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. El sacrificio agradable a Dios es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú, oh, Dios, tú no lo desprecias.

Quiero misericordia, y no sacrificio.

Señor, por tu bondad, favorece a Sión, reconstruye las murallas de Jerusalén: entonces aceptarás los sacrificios rituales, ofrendas y holocaustos.

Quiero misericordia, y no sacrificio.

El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo no
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 18, 9-14
En aquel tiempo, dijo Jesús esta parábola a a algunos que confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás: «Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: "¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo". El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: "¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador" Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

Palabra de Dios

Lecturas obtenidas de https://www.buigle.net

Santos Rodrigo de Cordoba y Salomon

San Rodrigo había nacido junto a la ciudad de Egabro, llamada posteriormente Cabra, y en Egabro cursa los estudios eclesiásticos y recibe la ordenación sacerdotal. Maltratado por un hermano suyo musulmán, ejerce su ministerio en la sierra cordobesa. Hasta que su mismo hermano lo entrega al cadí, acusándolo de no seguir a Mahoma.

Por la misma causa está en la cárcel un cristiano mozárabe, de nombre Salomón. Ambos Se encuentran en la cárcel de Córdoba durante la persecución del emir Mohamed I, hijo de Abderramán II.

Una contestación similar, igualmente consignada por San Eulogio, encuentran en San Rodrigo las amenazas del cadí: “No intentes luchar con nuestra alma, y superar nuestro espíritu, firme en la confesión; a más furor en el tormento, más feliz gloria nos deparas”.

Los dos confesaron la fe valientemente delante del tribunal y el 13 de marzo del año 857, los santos Rodrigo y Salomón aprestan sus cuellos a la cimitarra con tanta firmeza como alegría. Fueron degollados en Córdoba en el año 857.

Santa Eufrasia, Virgen

Hija de un pariente del Emperador Teodosio I, al morir su padre, Eufrasia se crió bajo la protección del emperador y al cumplir los cinco años de edad, éste la comprometió en matrimonio con el hijo de un rico senador. La madre de Eufrasia comenzó a ser solicitada en matrimonio con tanta asiduidad, que decidió partir a Egipto y refugiarse en un convento. Eufrasia de siete años, se sintió atraída fuertemente hacia la vida religiosa y rogó a las monjas que le permitieran permanecer con ellas, tomando los hábitos como novicia a la edad de ocho años. Pronto su madre falleció, y la santa permaneció en la soledad del convento creciendo en gracia y hermosura.

Cuando la muchacha cumplió los doce, el Emperador Arcadio recordó la promesa que había hecho a su sucesor de Teodosio I y envió un mensaje al convento de Egipto rogando a Eufrasia que regresara a casarse con el senador a quien había prometido. La santa se negó a abandonar el convento y escribió una carta al emperador suplicando que la dejara en libertad, que vendiese todos los bienes heredados de sus padres para que fueran distribuidos entre los pobres así como dejar libres a todos los esclavos de su casa.

El emperador accedió a los deseos de Eufrasia, quien prosiguió su vida habitual en el convento; sin embargo la santa comenzó a sufrir tentaciones para lo cual la abadesa, le confió duras y humillantes tareas para distraer su atención. Ya en su lecho de muerte, tanto Julia su compañera de celda y la abadesa le imploraron a la santa que le obtuviera la gracia de estar con ella en el cielo. Tres días después de la muerte de Eufrasia, Julia falleció y poco tiempo después, lo hizo la abadesa.

viernes, 13 de marzo de 2020

Lecturas y Santoral 13/03/2020. Viernes de la segunda semana de Cuaresma

Ahí viene el soñador, vamos a matarlo
Primera Lectura. Génesis 37. 3-4.12-13a. 17b-28

Israel amaba a José más que a todos los otros hijos, porque le había nacido en la vejez, y le hizo una túnica con mangas. Al ver sus hermanos que su padre lo prefería a los demás, empezaron a odiarlo y le negaban el saludo.
Sus hermanos trashumaron a Siquén con los rebaños de su padre. Israel dijo a José:
«Tus hermanos deben estar con los rebaños en Siquén; ven, que te voy a mandar donde están ellos».
José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron desde lejos y antes de que se acercara, maquinaron su muerte. Se decían unos a otros:
«Ahí viene el soñador. Vamos a matarlo y a echarlo en un aljibe; luego diremos que una fiera lo ha devorado; veremos en qué paran sus sueños».
Oyó esto Rubén, e intentando salvarlo de sus manos, dijo:
«No le quitemos la vida»
Y añadió:
«No derraméis sangre; echadlo en este aljibe, aquí en la estepa; pero no pongáis las manos en él»
Lo decía para librarlo de sus manos y devolverlo a su padre. Cuando llegó José al lugar donde estaban sus hermanos, lo sujetaron, le quitaron la túnica con mangas que llevaba puesta, lo cogieron y lo echaron en un pozo. El pozo estaba vacío, sin agua.
Luego se sentaron a comer y al levantar la vista, vieron una caravana de ismaelitas que transportaban en camellos goma, bálsamo y resina de Galaad a Egipto. Judá. propuso a sus hermanos:
«¿Qué sacaremos con matar a nuestro hermano y con tapar su sangre? Vamos a venderlo a los ismaelitas y no pongamos nuestras manos en él, que al fin es hermano nuestro y carne nuestra».
Los hermanos aceptaron.
Al pasar unos comerciantes madianitas, tiraron de su hermano, lo sacaron del pozo, lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas de plata. Estos se llevaron a José a Egipto.

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. 104, 16-17. 18-19. 20-21
Recordad las maravillas que hizo el Señor.
Llamó al hambre sobre aquella tierra:
cortando el sustento de pan;
por delante había enviado a un hombre,
a José, vendido como esclavo.

Recordad las maravillas que hizo el Señor.
Le trabaron los pies con grillos,
le metieron el cuello en la argolla,
hasta que se cumplió su predicción,
y la Palabra del Señor. lo acreditó.

Recordad las maravillas que hizo el Señor.
El rey lo mandó desatar,
el señor de pueblos le abrió la prisión,
lo nombró administrador de su casa,
señor de todas sus posesiones.

Recordad las maravillas que hizo el Señor.
Este es el heredero: venid, lo matamos
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 21, 33-43. 45-46
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«Escuchad otra parábola:
“Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje.
Llegado el tiempo de los frutos, envió sus criados a los labradores para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon.
Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: ‘Tendrán respeto a mi hijo’.
Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: ‘Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia’.
Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron.
Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?».
Le contestaron:
«Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos».
Y Jesús les dice:
«¿No habéis leído nunca en la Escritura:
"La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"?
Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos».
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que hablaba de ellos.
Y, aunque intentaban echarle mano, temieron a la gente, que lo tenía por profeta.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de https://www.buigle.net

Santos Rodrigo de Cordoba y Salomon

San Rodrigo había nacido junto a la ciudad de Egabro, llamada posteriormente Cabra, y en Egabro cursa los estudios eclesiásticos y recibe la ordenación sacerdotal. Maltratado por un hermano suyo musulmán, ejerce su ministerio en la sierra cordobesa. Hasta que su mismo hermano lo entrega al cadí, acusándolo de no seguir a Mahoma.

Por la misma causa está en la cárcel un cristiano mozárabe, de nombre Salomón. Ambos Se encuentran en la cárcel de Córdoba durante la persecución del emir Mohamed I, hijo de Abderramán II.

Una contestación similar, igualmente consignada por San Eulogio, encuentran en San Rodrigo las amenazas del cadí: “No intentes luchar con nuestra alma, y superar nuestro espíritu, firme en la confesión; a más furor en el tormento, más feliz gloria nos deparas”.

Los dos confesaron la fe valientemente delante del tribunal y el 13 de marzo del año 857, los santos Rodrigo y Salomón aprestan sus cuellos a la cimitarra con tanta firmeza como alegría. Fueron degollados en Córdoba en el año 857.

Santa Eufrasia, Virgen


Hija de un pariente del Emperador Teodosio I, al morir su padre, Eufrasia se crió bajo la protección del emperador y al cumplir los cinco años de edad, éste la comprometió en matrimonio con el hijo de un rico senador. La madre de Eufrasia comenzó a ser solicitada en matrimonio con tanta asiduidad, que decidió partir a Egipto y refugiarse en un convento. Eufrasia de siete años, se sintió atraída fuertemente hacia la vida religiosa y rogó a las monjas que le permitieran permanecer con ellas, tomando los hábitos como novicia a la edad de ocho años. Pronto su madre falleció, y la santa permaneció en la soledad del convento creciendo en gracia y hermosura.

Cuando la muchacha cumplió los doce, el Emperador Arcadio recordó la promesa que había hecho a su sucesor de Teodosio I y envió un mensaje al convento de Egipto rogando a Eufrasia que regresara a casarse con el senador a quien había prometido. La santa se negó a abandonar el convento y escribió una carta al emperador suplicando que la dejara en libertad, que vendiese todos los bienes heredados de sus padres para que fueran distribuidos entre los pobres así como dejar libres a todos los esclavos de su casa.

El emperador accedió a los deseos de Eufrasia, quien prosiguió su vida habitual en el convento; sin embargo la santa comenzó sufrir tentaciones para lo cual la abadesa, le confió duras y humillantes tareas para distraer su atención. Ya en su lecho de muerte, tanto Julia su compañera de celda y la abadesa le imploraron a la santa que le obtuviera la gracia de estar con ella en el cielo. Tres días después de la muerte de Eufrasia, Julia falleció y poco tiempo después, lo hizo la abadesa.

miércoles, 13 de marzo de 2019

Lecturas y Santoral 13/03/2019 – Miércoles de la 1ª semana de Cuaresma

Los ninivitas habían abandonado el mal camino
Primera Lectura. Jonás 3, 1 -10

El Señor dirigió la palabra a Jonás:
"Ponte en marcha y ve a la gran ciudad de Ninive; la gran ciudad, allí les anunciarás el mensaje que yo te comunicaré".
Jonás se puso en marcha hacia Nínive, siguiendo la orden del Señor. Nínive era una ciudad, inmensa; hacían falta tres días para recorrerla. Jonás empezó a recorrer la ciudad el primer día, proclamando:
"Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada"
Los ninivitas creyeron en Dios, proclamaron un ayuno y se vistieron con rudo sayal, desde el más importante al menor.
La noticia llegó a oídos del rey de Nínive, que se levantó de su trono, se despojo del manto real, se cubrió con rudo sayal y se sentó sobre el polvo. Después ordenó proclamar en Ninive este anuncio de parte del rey y de sus ministros:
"Que hombres y animales, ganado mayor y menor no coman nada; que no pasten ni beban agua. Que hombres y animales se cubran con rudo sayal e invoquen a Dios con ardor. Que cada cual se convierta de su mal camino y abandone la violencia. ¡Quién sabe si Dios cambiará y se compadecerá, se arrepentirá de su violenta ira y no nos destruirá".
Vio Dios su comportamiento, cómo habían abandonado el mal camino, y se arrepintió de la desgracia que había determinado enviarles. Así que no la ejecutó.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 50, 3-4. 12-13. 18-19
Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.

Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.

Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.
Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias.

Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 11, 29-32
En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles:
"Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.
La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Santos Rodrigo de Cordoba y Salomon



San Rodrigo había nacido junto a la ciudad de Egabro, llamada posteriormente Cabra, y en Egabro cursa los estudios eclesiásticos y recibe la ordenación sacerdotal. Maltratado por un hermano suyo musulmán, ejerce su ministerio en la sierra cordobesa. Hasta que su mismo hermano lo entrega al cadí, acusándolo de no seguir a Mahoma.

Por la misma causa está en la cárcel un cristiano mozárabe, de nombre Salomón. Ambos Se encuentran en la cárcel de Córdoba durante la persecución del emir Mohamed I, hijo de Abderramán II.

Una contestación similar, igualmente consignada por San Eulogio, encuentran en San Rodrigo las amenazas del cadí: "No intentes luchar con nuestra alma, y superar nuestro espíritu, firme en la confesión; a más furor en el tormento, más feliz gloria nos deparas".

Los dos confesaron la fe valientemente delante del tribunal y el 13 de marzo del año 857, los santos Rodrigo y Salomón aprestan sus cuellos a la cimitarra con tanta firmeza como alegría. Fueron al fin degollados en Córdoba en el año 857.

Santa Eufrasia, Virgen


Hija de un pariente del Emperador Teodosio I, al morir su padre, Eufrasia se crió bajo la protección del emperador y al cumplir los cinco años de edad, éste la comprometió en matrimonio con el hijo de un rico senador.

La madre de Eufrasia comenzó a ser solicitada en matrimonio con tanta asiduidad, que decidió partir a Egipto y refugiarse en un convento. Eufrasia de siete años, se sintió atraída fuertemente hacia la vida religiosa y rogó a las monjas que le permitieran permanecer con ellas, tomando los hábitos como novicia a la edad de ocho años.

Pronto su madre falleció, y la santa permaneció en la soledad del convento creciendo en gracia y hermosura.

Cuando la muchacha cumplió los doce, el Emperador Arcadio recordó la promesa que había hecho a su sucesor de Teodosio I y envió un mensaje al convento de Egipto rogando a Eufrasia que regresara a casarse con el senador a quien había prometido. La santa se negó a abandonar el convento y escribió una carta al emperador suplicando que la dejara en libertad, que vendiese todos los bienes heredados de sus padres para que fueran distribuidos entre los pobres así como dejar libres a todos los esclavos de su casa.

El emperador accedió a los deseos de Eufrasia, quien prosiguió su vida habitual en el convento; sin embargo la santa comenzó sufrir tentaciones para lo cual la abadesa, le confió duras y humillantes tareas para distraer su atención.

Ya en su lecho de muerte, tanto Julia su compañera de celda como la abadesa le imploraron a la santa que les obtuviera la gracia de estar con ella en el cielo. Tres días después de la muerte de Eufrasia, Julia falleció y poco tiempo después, lo hizo la abadesa.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

lunes, 13 de marzo de 2017

Lecturas y Santoral 13/03/2017. Lunes de la segunda semana de Cuaresma

Hemos pecado, hemos cometido crímenes
Primera Lectura. Daniel 9,4b-10

¡Ay, mi Señor, Dios grande y terrible, que guarda la alianza y es leal con los que lo aman y cumplen sus mandamientos.
Hemos pecado, hemos cometido crímenes y delitos, nos hemos rebelado apartándonos de tus mandatos y preceptos. No hicimos caso a tus siervos los profetas, que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra.
Tú, mi Señor, tienes razón y a nosotros nos abruma la vergüenza, tal como sucede hoy a los hombres de Judá, a los habitantes de Jerusalén, y a todo Israel, a los de cerca y la los de lejos, en todos los países por donde los dispersaste a causa de los delitos que cometieron contra ti.
Señor, nos abruma la vergüenza: a nuestros reyes, príncipes y padres, porque hemos pecado contra ti.
Pero, mi Señor, nuestro Dios, es compasivo y perdona, aunque nos hemos rebelado contra él. No obedecimos la voz del Señor, nuestro Dios, siguiendo las normas que nos daba por medio de sus siervos, los profetas.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

Salmo Responsorial. 78, 8. 9. 11 y 13
Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.
No recuerdes contra nosotros las culpas de nuestros padres;
que tu compasión nos alcance pronto,
pues estamos agotados.

Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.
Socórrenos, Dios, Salvador nuestro,
por el honor de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados
a causa de tu nombre.

Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.
Llegue a tu presencia el gemido del cautivo:
con tu brazo poderoso,
salva a los condenados a muerte.

Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.
Nosotros, pueblo tuyo, ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias siempre,
cantaremos tus alabanzas de generación en generación.

Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
Perdonad, y seréis perdonados
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 6,36-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
"Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/



Santos Rodrigo de Cordoba y Salomon

San Rodrigo había nacido junto a la ciudad de Egabro, llamada posteriormente Cabra, y en Egabro cursa los estudios eclesiásticos y recibe la ordenación sacerdotal. Maltratado por un hermano suyo musulmán, ejerce su ministerio en la sierra cordobesa. Hasta que su mismo hermano lo entrega al cadí, acusándolo de no seguir a Mahoma.

Por la misma causa está en la cárcel un cristiano mozárabe, de nombre Salomón. Ambos Se encuentran en la cárcel de Córdoba durante la persecución del emir Mohamed I, hijo de Abderramán II.

Una contestación similar, igualmente consignada por San Eulogio, encuentran en San Rodrigo las amenazas del cadí: "No intentes luchar con nuestra alma, y superar nuestro espíritu, firme en la confesión; a más furor en el tormento, más feliz gloria nos deparas".

Los dos confesaron la fe valientemente delante del tribunal y el 13 de marzo del año 857, los santos Rodrigo y Salomón aprestan sus cuellos a la cimitarra con tanta firmeza como alegría. Fueron al fin degollados en Córdoba en el año 857.

Santa Eufrasia, Virgen


Hija de un pariente del Emperador Teodosio I, al morir su padre, Eufrasia se crió bajo la protección del emperador y al cumplir los cinco años de edad, éste la comprometió en matrimonio con el hijo de un rico senador. La madre de Eufrasia comenzó a ser solicitada en matrimonio con tanta asiduidad, que decidió partir a Egipto y refugiarse en un convento. Eufrasia de siete años, se sintió atraída fuertemente hacia la vida religiosa y rogó a las monjas que le permitieran permanecer con ellas, tomando los hábitos como novicia a la edad de ocho años. Pronto su madre falleció, y la santa permaneció en la soledad del convento creciendo en gracia y hermosura.

Cuando la muchacha cumplió los doce, el Emperador Arcadio recordó la promesa que había hecho a su sucesor de Teodosio I y envió un mensaje al convento de Egipto rogando a Eufrasia que regresara a casarse con el senador a quien había prometido. La santa se negó a abandonar el convento y escribió una carta al emperador suplicando que la dejara en libertad, que vendiese todos los bienes heredados de sus padres para que fueran distribuidos entre los pobres así como dejar libres a todos los esclavos de su casa.

El emperador accedió a los deseos de Eufrasia, quien prosiguió su vida habitual en el convento; sin embargo la santa comenzó a sufrir tentaciones para lo cual la abadesa, le confió duras y humillantes tareas para distraer su atención. Ya en su lecho de muerte, tanto Julia su compañera de celda y la abadesa le imploraron a la santa que le obtuviera la gracia de estar con ella en el cielo. Tres días después de la muerte de Eufrasia, Julia falleció y poco tiempo después, lo hizo la abadesa.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

domingo, 13 de marzo de 2016

Lecturas y Santoral 13/03/2016. Domingo, 5ª semana de Cuaresma

Mirad que realizo algo nuevo; daré de beber a mi pueblo
Primera Lectura. Isaías 43, 16-21
Esto dice el Señor, que abrió camino en el mar y una senda en las aguas impetuosas; que sacó a batalla carros y caballos, la tropa y los héroes: caían para no levantarse, se apagaron como mecha que se extingue. "No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis? Abriré un camino por el desierto, corrientes en el yermo. Me glorificarán las bestias salvajes, chacales y avestruces, porque pondré agua en el desierto, corrientes en la estepa, para dar de beber a mi pueblo elegido, a este pueblo que me he formado para que proclame mi alabanza".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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preparad-camino-al-Señor-Isaias-02
Salmo Responsorial. Sal 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6
Rey-David-arpa-salmo-02-grandeEl Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.
Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión, nos parecía soñar: la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares.

El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.
Hasta los gentiles decían: "El Señor ha estado grande con ellos." El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.
Recoge, Señor a nuestros cautivos como los torrentes del Negueb. Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares.

El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.
Al ir, iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas.

El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Por Cristo lo perdí todo, muriendo su misma muerte
Segunda Lectura. Carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 8-14
Hermanos: Todo lo considero pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo, y todo lo considero basura con tal de ganar a Cristo y ser hallado en él, no con una justicia mía, la de la ley, sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe. Todo para conocerlo a él, y la fuerza de su resurrección, y la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte, con la esperanza de llegar a la resurrección de entre los muertos. No es que ya haya conseguido o que ya sea perfecto: yo lo persigo, a ver si lo alcanzo como yo he sido alcanzado por Cristo. Hermanos, yo no pienso haber conseguido el premio. Sólo busco una cosa: olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, hacía el premio, al cual me llama Dios desde arriba en Cristo Jesús.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Jesus-Corintios-Pablo

El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 8, 1-11
En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba. Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron: - "Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?". Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: - "El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra". E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó: - "Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?". Ella contestó: - "Ninguno, Señor". Jesús dijo: - "Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Jesus-y-la-mujer-adultera-el-dedo-de-Dios-01
Santos Rodrigo de Cordoba y Salomon
Esteban Murillo San Rodrigo de cordoba
San Rodrigo había nacido junto a la ciudad de Egabro, llamada posteriormente Cabra, y en Egabro cursa los estudios eclesiásticos y recibe la ordenación sacerdotal. Maltratado por un hermano suyo musulmán, ejerce su ministerio en la sierra cordobesa. Hasta que su mismo hermano lo entrega al cadí, acusándolo de no seguir a Mahoma.

Por la misma causa está en la cárcel un cristiano mozárabe, de nombre Salomón. Ambos Se encuentran en la cárcel de Córdoba durante la persecución del emir Mohamed I, hijo de Abderramán II.

Una contestación similar, igualmente consignada por San Eulogio, encuentran en San Rodrigo las amenazas del cadí: “No intentes luchar con nuestra alma, y superar nuestro espíritu, firme en la confesión; a más furor en el tormento, más feliz gloria nos deparas”.

Los dos confesaron la fe valientemente delante del tribunal y el 13 de marzo del año 857, los santos Rodrigo y Salomón aprestan sus cuellos a la cimitarra con tanta firmeza como alegría. Fueron al fin degollados en Córdoba en el año 857.


Santa Eufrasia, Virgen

Santa Eufrasia Virgen

Hija de un pariente del Emperador Teodosio I, al morir su padre, Eufrasia se crió bajo la protección del emperador y al cumplir los cinco años de edad, éste la comprometió en matrimonio con el hijo de un rico senador. La madre de Eufrasia comenzó a ser solicitada en matrimonio con tanta asiduidad, que decidió partir a Egipto y refugiarse en un convento. Eufrasia de siete años, se sintió atraída fuertemente hacia la vida religiosa y rogó a las monjas que le permitieran permanecer con ellas, tomando los hábitos como novicia a la edad de ocho años. Pronto su madre falleció, y la santa permaneció en la soledad del convento creciendo en gracia y hermosura.

Cuando la muchacha cumplió los doce, el Emperador Arcadio recordó la promesa que había hecho a su sucesor de Teodosio I y envió un mensaje al convento de Egipto rogando a Eufrasia que regresara a casarse con el senador a quien había prometido. La santa se negó a abandonar el convento y escribió una carta al emperador suplicando que la dejara en libertad, que vendiese todos los bienes heredados de sus padres para que sean distribuidos entre los pobres así como dejar libres a todos los esclavos de su casa.

El emperador accedió a los deseos de Eufrasia, quien prosiguió su vida habitual en el convento; sin embargo la santa comenzó sufrir tentaciones para lo cual la abadesa, le confió duras y humillantes tareas para distraer su atención. Ya en su lecho de muerte, tanto Julia su compañera de celda y la abadesa le imploraron a la santa que le obtuviera la gracia de estar con ella en el cielo. Tres días después de la muerte de Eufrasia, Julia falleció y poco tiempo después, lo hizo la abadesa.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, franciscanos.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

viernes, 13 de marzo de 2015

Lecturas y Santoral 13-03-15

No volveremos a llamar Dios a la obra de nuestras manos
Primera Lectura. Oseas 14,2-10
Así dice el Señor:
- "Israel, conviértete al Señor Dios tuyo, porque tropezaste por tu pecado. Preparad vuestro discurso, volved al Señor y decidle:
"Perdona del todo la iniquidad, recibe benévolo el sacrificio de nuestros labios. No nos salvará Asiria, no montaremos a caballo, no volveremos a llamar Dios a la obra de nuestras manos. En ti encuentra piedad el huérfano."
Yo curaré sus extravíos, los amaré sin que lo merezcan, mi cólera se apartará de ellos. Seré para Israel como rocío, florecerá como azucena, arraigará como el Líbano. Brotarán sus vástagos, será su esplendor como un olivo, su aroma como el Líbano. Vuelven a descansar a su sombra: harán brotar el trigo, florecerán como la viña; será su fama como la del vino del Líbano.
Efraín, ¿qué te importan los ídolos? Yo le respondo y le miro: yo soy como un ciprés frondoso: de mí proceden tus frutos. ¿Quién es el sabio que lo comprenda, el prudente que lo entienda? Rectos son los caminos del Señor: los justos andan por ellos, los pecadores tropiezan en ellos."

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

profeta-Malaquias-Zacarias-Isaias-Oseas
Salmo Responsorial. Salmo 80, 6c-8a. 8bc-9. 10-11ab. 14 y 17
Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.
Oigo un lenguaje desconocido:
"Retiré sus hombros de la carga,
y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te libré.

Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.
Te respondí oculto entre los truenos,
te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases, Israel!

Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.
No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor, Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto.

Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.
¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!:
te alimentaría con flor de harina,
te saciaría con miel silvestre."

Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y lo amarás
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 12, 28b-34
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
- "¿Qué mandamiento es el primero de todos?"
Respondió Jesús:
- "El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser." El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." No hay mandamiento mayor que éstos."
El escriba replicó:
- "Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios."
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
-"No estás lejos del reino de Dios."
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

Tissot-Fariseos-saduceos
Santos Rodrigo de Córdoba y Salomon
Esteban Murillo San Rodrigo de cordoba
San Rodrigo había nacido junto a la ciudad de Egabro, llamada posteriormente Cabra, y en Egabro cursa los estudios eclesiásticos y recibe la ordenación sacerdotal. Maltratado por un hermano suyo musulmán, ejerce su ministerio en la sierra cordobesa. Hasta que su mismo hermano lo entrega al cadí, acusándolo de no seguir a Mahoma.

Por la misma causa está en la cárcel un cristiano mozárabe, de nombre Salomón. Ambos Se encuentran en la cárcel de Córdoba durante la persecución del emir Mohamed I, hijo de Abderramán II.

Una contestación similar, igualmente consignada por San Eulogio, encuentran en San Rodrigo las amenazas del cadí: "No intentes luchar con nuestra alma, y superar nuestro espíritu, firme en la confesión; a más furor en el tormento, más feliz gloria nos deparas".

Los dos confesaron la fe valientemente delante del tribunal y el 13 de marzo del año 857, los santos Rodrigo y Salomón aprestan sus cuellos a la cimitarra con tanta firmeza como alegría. Fueron al fin degollados en Córdoba en el año 857.

Santa Eufrasia, Virgen

Santa Eufrasia Virgen

Hija de un pariente del Emperador Teodosio I, al morir su padre, Eufrasia se crió bajo la protección del emperador y al cumplir los cinco años de edad, éste la comprometió en matrimonio con el hijo de un rico senador. La madre de Eufrasia comenzó a ser solicitada en matrimonio con tanta asiduidad, que decidió partir a Egipto y refugiarse en un convento. Eufrasia de siete años, se sintió atraída fuertemente hacia la vida religiosa y rogó a las monjas que le permitieran permanecer con ellas, tomando los hábitos como novicia a la edad de ocho años. Pronto su madre falleció, y la santa permaneció en la soledad del convento creciendo en gracia y hermosura.

Cuando la muchacha cumplió los doce, el Emperador Arcadio recordó la promesa que había hecho a su sucesor de Teodosio I y envió un mensaje al convento de Egipto rogando a Eufrasia que regresara a casarse con el senador a quien había prometido. La santa se negó a abandonar el convento y escribió una carta al emperador suplicando que la dejara en libertad, que vendiese todos los bienes heredados de sus padres para que sean distribuidos entre los pobres así como dejar libres a todos los esclavos de su casa.

El emperador accedió a los deseos de Eufrasia, quien prosiguió su vida habitual en el convento; sin embargo la santa comenzó a sufrir tentaciones para lo cual la abadesa, le confió duras y humillantes tareas para distraer su atención. Ya en su lecho de muerte, tanto Julia su compañera de celda y la abadesa le imploraron a la santa que le obtuviera la gracia de estar con ella en el cielo. Tres días después de la muerte de Eufrasia, Julia falleció y poco tiempo después, lo hizo la abadesa.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

jueves, 13 de marzo de 2014

Lecturas y Santoral 13-03-14

No tengo otro auxilio fuera de ti, Señor
Primera Lectura. Ester (14,1.3-5.12-14)

En aquellos días, la reina Ester, temiendo el peligro inminente, acudió al Señor y rezó así al Señor, Dios de Israel: "Señor mío, único rey nuestro. Protégeme, que estoy sola y no tengo otro defensor fuera de ti, pues yo misma me he expuesto al peligro. Desde mi infancia oí, en el seno de mi familia, cómo tú, Señor, escogiste a Israel entre las naciones, a nuestros padres entre todos sus antepasados, para ser tu heredad perpetua; y les cumpliste lo que habías prometido. Atiende, Señor, muéstrate a nosotros en la tribulación y dame valor, Señor, rey de los dioses y señor de poderosos. Pon en mi boca un discurso acertado cuando tenga que hablar al león; haz que cambie y aborrezca a nuestro enemigo, para que perezca con todos sus cómplices. A nosotros, líbranos con tu mano; y a mí, que no tengo otro auxilio fuera de ti, protégeme tú, Señor, que lo sabes todo."

Palabra de Dios.

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Esther
Salmo Responsorial 137,1-2a.2bc.3.7c-8

Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario.

Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.
Daré gracias a tu nombre,
por tu misericordia y tu lealtad;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma.

Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.
Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo:
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos.

Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.

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Quien pide recibe
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo - Mateo (7,7-12)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden! En resumen: Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la Ley y los profetas."

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Pedid-y-se-os-dara

Santos Rodrigo de Cordoba y Salomon

Esteban Murillo San Rodrigo de cordoba

San Rodrigo había nacido junto a la ciudad de Egabro, llamada posteriormente Cabra, y en Egabro cursa los estudios eclesiásticos y recibe la ordenación sacerdotal. Maltratado por un hermano suyo musulmán, ejerce su ministerio en la sierra cordobesa. Hasta que su mismo hermano lo entrega al cadí, acusándolo de no seguir a Mahoma.

Por la misma causa está en la cárcel un cristiano mozárabe, de nombre Salomón. Ambos Se encuentran en la cárcel de Córdoba durante la persecución del emir Mohamed I, hijo de Abderramán II.

Una contestación similar, igualmente consignada por San Eulogio, encuentran en San Rodrigo las amenazas del cadí: "No intentes luchar con nuestra alma, y superar nuestro espíritu, firme en la confesión; a más furor en el tormento, más feliz gloria nos deparas".

Los dos confesaron la fe valientemente delante del tribunal y el 13 de marzo del año 857, los santos Rodrigo y Salomón aprestan sus cuellos a la cimitarra con tanta firmeza como alegría. Fueron al fin degollados en Córdoba en el año 857.





Santa Eufrasia, Virgen

Santa Eufrasia Virgen


Hija de un pariente del Emperador Teodosio I, al morir su padre, Eufrasia se crió bajo la protección del emperador y al cumplir los cinco años de edad, éste la comprometió en matrimonio con el hijo de un rico senador. La madre de Eufrasia comenzó a ser solicitada en matrimonio con tanta asiduidad, que decidió partir a Egipto y refugiarse en un convento. Eufrasia de siete años, se sintió atraída fuertemente hacia la vida religiosa y rogó a las monjas que le permitieran permanecer con ellas, tomando los hábitos como novicia a la edad de ocho años. Pronto su madre falleció, y la santa permaneció en la soledad del convento creciendo en gracia y hermosura.

Cuando la muchacha cumplió los doce, el Emperador Arcadio recordó la promesa que había hecho a su sucesor de Teodosio I y envió un mensaje al convento de Egipto rogando a Eufrasia que regresara a casarse con el senador a quien había prometido. La santa se negó a abandonar el convento y escribió una carta al emperador suplicando que la dejara en libertad, que vendiese todos los bienes heredados de sus padres para que sean distribuidos entre los pobres así como dejar libres a todos los esclavos de su casa.

El emperador accedió a los deseos de Eufrasia, quien prosiguió su vida habitual en el convento; sin embargo la santa comenzó sufrir tentaciones para lo cual la abadesa, le confió duras y humillantes tareas para distraer su atención. Ya en su lecho de muerte, tanto Julia su compañera de celda y la abadesa le imploraron a la santa que le obtuviera la gracia de estar con ella en el cielo. Tres días después de la muerte de Eufrasia, Julia falleció y poco tiempo después, lo hizo la abadesa.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, franciscanos.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com