Vuélvete al Altísimo y reconoce los juicio de Dios
Primera Lectura. Eclesiástico 17, 24-29
A los que se arrepienten Dios les permite volver y consuela a los que han perdido la esperanza, y los hace partícipes de la suerte de los justos.
Retorna al Señor y abandona el pecado, reza ante su rostro y elimina los obstáculos.
Vuélvete al Altísimo y apártate de la injusticia y detesta con toda el alma de abominación.
Reconoce los justos juicios de Dios, permanece en la suerte que te ha asignado y en la oración al Dios altísimo.
En el Abismo, ¿quién alabará al Altísimo como lo hacen los vivos y quienes le dan gracias?
Para el muerto, como quien no existiera, desaparece la alabanza, solo el que está vivo y sano alaba al Señor.
¡Qué grande es la misericordia del Señor, y su perdón para los que retornan a él!
Palabra de Dios.
Retorna al Señor y abandona el pecado, reza ante su rostro y elimina los obstáculos.
Vuélvete al Altísimo y apártate de la injusticia y detesta con toda el alma de abominación.
Reconoce los justos juicios de Dios, permanece en la suerte que te ha asignado y en la oración al Dios altísimo.
En el Abismo, ¿quién alabará al Altísimo como lo hacen los vivos y quienes le dan gracias?
Para el muerto, como quien no existiera, desaparece la alabanza, solo el que está vivo y sano alaba al Señor.
¡Qué grande es la misericordia del Señor, y su perdón para los que retornan a él!
Palabra de Dios.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
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Salmo Responsorial. 31, 1-2. 5. 6. 7
Alegraos, justos, y gozad con el Señor.
Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito
y en cuyo espíritu no hay engaño.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor.
Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: "Confesaré al Señor mi culpa",
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor.
Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor.
Tú eres mi refugio,
me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor.
Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito
y en cuyo espíritu no hay engaño.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor.
Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: "Confesaré al Señor mi culpa",
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor.
Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor.
Tú eres mi refugio,
me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor.
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Vende lo que tienes y sígueme
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 10, 17-27
En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó:
"Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?".
Jesús le contestó:
-"¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre".
Él replicó:
"Maestro, todo eso lo he cumplido desde juventud".
Jesús se le quedó mirándolo, lo amó y le dijo:
"Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme".
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:
"¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!"
Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Pero Jesús añadió:
"Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios!. Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios".
Ellos se espantaron y comentaban:
"Entonces, ¿quién puede salvarse?"
Jesús se les quedó mirando y les dijo:
"Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo"
Palabra de Dios.
"Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?".
Jesús le contestó:
-"¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre".
Él replicó:
"Maestro, todo eso lo he cumplido desde juventud".
Jesús se le quedó mirándolo, lo amó y le dijo:
"Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme".
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:
"¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!"
Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Pero Jesús añadió:
"Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios!. Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios".
Ellos se espantaron y comentaban:
"Entonces, ¿quién puede salvarse?"
Jesús se les quedó mirando y les dijo:
"Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo"
Palabra de Dios.
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San Gabriel de la Dolorosa 1838-1862
El primero de marzo de 1838 nacía en Asís el undécimo de los trece hijos que tendría la familia Possenti. El día de su bautismo le impondrían el nombre de Francisco, que al vestir el hábito de religioso pasionista lo cambiaría por el de Gabriel de la Dolorosa.
Cuando tenía cuatro años perdió a su madre, y, su padre, que era un magnífico cristiano, supo suplir a su esposa en la educación cristiana y cívica de sus hijos. Gabriel siempre recordará con gran afecto y gratitud las huellas de virtud y sólidos ejemplos que le diera su padre, Francesco Possenti. Nació en Asís, pero vivía en Spoleto, entonces ciudad de los Estados Pontificios; su padre, el juez Possenti, era un personaje en la localidad, y Francesco, al que describen como guapo, elegante y presumido, un partido muy codiciado por las madres de familia con hijas casaderas.
Estudió con los jesuitas y estaba, según uno de sus biógrafos, "más preocupado por la literatura que por la virtud". ¿Escribía versos a la moda romántica, quejumbrosos y fatales?. No lo sabemos, pero en cualquier caso se le destinaba clarísimamente al matrimonio.
Una grave enfermedad le movió a prometer que si sanaba se haría religioso, pero al recobrar la salud no tardó en olvidar su promesa, hasta que una recaída en el mal y la muerte de su hermana predilecta hicieron que se planteara seriamente su vocación que al principio no fue vista con buenos ojos por el padre, quien debía juzgar a Francesco demasiado mundano. No obstante el joven insiste, y en 1856 ingresa en los pasionistas adoptando el nombre de Gabriel de la Dolorosa por su devoción a la Virgen de los Dolores. La vida de Gabriel se convirtió entonces en un extraordinario esfuerzo por alcanzar la perfección en las cosas pequeñas. Poseía un extraordinario espíritu de oración, de caridad a los pobres, de amor al prójimo, exacta observancia y un deseo constante de mortificarse más allá de sus fuerzas junto con su absoluta docilidad a la obediencia.
En una orden tan severa como aquella la vida no le resultó fácil: le cuesta acostumbrarse a sus rigores, su delicada complexión se resiente, sufre diversas enfermedades y cuando se ordena de menores en 1861 está ya enfermo de tisis, y morirá un año después antes de ser sacerdote.
Murió prematuramente en Isola del Gran Sasso (Abruzzo, Italia) el año 1862 y fue canonizado en 1926
Ya desde el cielo fue el protector de Santa Gema Galgani, orientándole y dándole ánimos en muchas de las luchas que tuvo, ella le llamaba "el cohermano Gabriel", y él adelantándole su vocación pasionista la llegó a llamar "hermana mía".
Santa Ana Line y compañeros mártires.
Ana nació en el condado de Essex el año 1566 en el seno de una familia calvinista, ella se convirtió al catolicismo y su padre la desheredó y expulsó de casa. Se casó con Roger Line, también convertido y con una historia semejante a la suya. En 1586 el esposo fue arrestado mientras oía misa y exiliado a Flandes, donde vivió pobremente con una ayuda del rey de España, que compartía con su mujer.
En 1594 Ana quedó viuda, pobre y enferma. Al año siguiente, consciente del riesgo que corría y desde la clandestinidad, asumió el cargo de ama de llaves de una residencia para los sacerdotes que trabajaban en Londres o pasaban por la ciudad; fue una madre para ellos en aquellas difíciles circunstancias. Cinco años pudo ejercer esta misión. Fue delatada, detenida y encarcelada en Newgate. La condenaron por haber hospedado a sacerdotes católicos, y la ahorcaron y luego la despedazaron en la plaza de Tyburn de Londres el 27 de febrero de 1601.
Junto con ella fueron martirizados el beato Marcos Barkworth, convertido al catolicismo, sacerdote, que estudió en Roma y en Valladolid (España), y vistió el hábito de san Benito en Irache (Navarra); y también el beato Roger Filcock, sacerdote jesuita, que había sido confesor de Ana.
Besa de Alejandría, Santo
Durante la persecución de Decio, muchos de los ciudadanos de Alejandría, particularmente los ricos y los que ocupaban puestos públicos, apostataron de la fe y sacrificaron a los dioses. San Dionisio, obispo de Alejandría, recordando y deplorando esto en su carta a Fabiano, dice: "Pero hubo otros que dieron noble testimonio del Reino de los Cielos, permaneciendo firmes como columnas del Señor; el mismo Señor les sostuvo y les dio la fuerza a la medida de su fe. Uno de los más notables fue un hombre llamado Julián, enfermo de gota e incapaz de dar un paso ni de mantenerse en pie. Fue hecho prisionero junto con los dos hombres que le transportaban; uno de ellos renegó inmediatamente; pero no así el otro, llamado Euno o Cronión; él, junto con Julián, después de confesar al Señor, fueron llevados en camellos por toda la ciudad -y tú sabes qué grande es-, sufrieron la flagelación, y finalmente murieron en una inmensa hoguera, ante una multitud de espectadores. Un soldado, llamado Besas, que se hallaba presente y reprendió a la insolente multitud que se apretujaba al paso de los mártires, tuvo que sufrir los insultos del populacho; este valiente soldado de Dios, después de mostrar su heroísmo en el gran combate de la religión, murió decapitado."
El Martirologio Romano [anterior al actual] mencionaba el 7 de diciembre a un soldado con el nombre de Agatón, que murió en Alejandría durante la persecución de Decio. Como se le hubiese confiado la custodia de los cuerpos de algunos mártires, Agatón prohibió a la multitud que se acercara a profanar y mutilar los cadáveres. La turba les denunció a los magistrados, quienes le condenaron a ser decapitado por haber confesado a Cristo. El P. Quentin, benedictino, ha demostrado que se trata, en realidad de san Besas. En su traducción de la "Historia Eclesiástica" de Eusebio, Rufino omitió el nombre del soldado, y el martirólogo de Ado inventó el nombre de Agatón [que en griego significa, sencillamente, "bueno"].
Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com
"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."