lunes, 14 de octubre de 2019

Lecturas y Santoral 14/10/2019. Lunes de la vigesimoctava semana de Tiempo Ordinario

Por Cristo hemos recibido LA GRACIA DEL APOSTOLADO, PARA SUSCITAR LA OBEDIENCIA DE LA FE ENTRE LOS GENTILES.
Primera Lectura. Comienzo de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 1, 1-7

Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para el Evangelio de Dios, que fue prometido por sus profetas en las Escrituras Santas y se refiere a su Hijo, nacido de la estirpe de David según la carne, constituido Hijo de Dios en poder según el Espíritu de santidad por la resurrección de entre los muertos: Jesucristo nuestro Señor.
Por él hemos recibido la gracia del apostolado, para suscitar la obediencia de la fe entre todos los gentiles, para gloria de su nombre. Entre ellos os encontráis también vosotros, llamados de Jesucristo.
A todos los que están en Roma, amados de Dios, llamados santos, gracia y paz de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 97, 1. 2-3ab. 3cd-4
El Señor da a conocer su salvación.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.

El Señor da a conocer su salvación.
El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.

El Señor da a conocer su salvación.
Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad.

El Señor da a conocer su salvación.
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A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 11, 29-32
En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles:
«Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.
La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».

Palabra de Dios.

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San Calixto I Papa y mártir (160-222)


Nació en Roma, en el estrato más pobre de la sociedad en el Imperio Romano.

San Calixto I nació esclavo, aunque su familia era originaria de Grecia. Se sabe que su padre se llamaba Domicio, y que San Calixto no se convirtió al cristianismo sino hasta pasada su juventud.

Al estar sirviendo a un funcionario cristiano del emperador Cómodo, San Calixto fue acusado injustamente de un delito, y en consecuencia lo condenaron a un exilio de trabajos forzados en la isla de Cerdeña.

Luego de tres años de purgar su condena, en 190 el futuro papa fue liberado gracias a una concubina del emperador, quien abogó por prisioneros tratados injustamente.

El papa Víctor I le otorgó una pensión y un cargo en Antium, la actual Anzio, 50 kilómetros al sur de Roma.

El siguiente papa, Ceferino, mandó llamar a San Calixto como su ayudante personal. Cuando San Ceferino ascendió al Pontificado, en el año 199, nombró a Calixto superintendente del cementerio cristiano de la Vía Apia, que se llama actualmente cementerio de San Calixto (Catacumbas de San Calixto). Se dice que el santo ensanchó el cementerio y suprimió los terrenos privados; probablemente fue esa la primera propiedad que poseyó la Iglesia. San Calixto fue ordenado diácono por San Ceferino y llegó a ser su íntimo amigo y consejero.

Al fallecer Ceferino, fue elegido por la mayoría del pueblo y el clero de Roma para sucederle, a pesar de que su origen era de esclavo liberado, en el año 217.

En su pontificado, San Calixto I prefirió actuar con base en la misericordia y el perdón, más que en la exclusión y en la rigidez. Esto le valió numerosas críticas y enemigos, pero él siempre fue firme en valorar el arrepentimiento de quienes lo manifestaran. Los rigoristas encabezados por San Hipólito, se quejaban de que San Calixto hubiese determinado que el hecho de cometer un pecado mortal no era razón suficiente para deponer a un obispo; que hubiese admitido a las órdenes a quienes se habían casado dos o tres veces y que hubiese reconocido la legitimidad de los matrimonios entres los esclavos y mujeres libres, lo cual estaba prohibido por la ley civil.

A San Calixto I le correspondió enfrentarse y combatir contra diversas herejías. Sus detractores eventualmente lo denunciaron ante las autoridades del emperador Alejandro Severo.

En prisión, San Calixto I fue martirizado, y falleció luego de haber recibido una tunda de bastonazos. Su cuerpo fue arrojado a un pozo, sobre el cual se encuentra actualmente la iglesia de Santa María en Trastevere.

La tumba de San Calixto I, edificada probablemente durante el papado de Julio I (337-352), fue descubierta en 1960 en la Vía Aurelia de Roma.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, franciscanos.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

sábado, 12 de octubre de 2019

Lecturas y Santoral 12/10/2019. Sábado de la vigesimoséptima semana de Tiempo Ordinario. Nuestra Señora del Pilar

Llevaron el Arca de Dios y la colocaron en el centro de la tienda que David le había preparado
Primera Lectura. Primer libro de las Crónicas 15, 3-4. 15-16; 16, 1-2

En aquellos días, David congregó en Jerusalén a todo Israel, para subir el Arca del Señor al lugar que le había preparado. Reunió también a los hijos de Aarón y a los levitas.
Luego los levitas levantaron el Arca de Dios tal como había mandado Moisés por orden del Señor: apoyando los varales sobre sus hombros.
David mandó a los jefes de los levitas emplazar a los cantores de sus familias con instrumentos musicales - arpas, cítaras y platillos - para que los hiciesen resonar, alzando la voz con júbilo.
Llevaron el Arca de Dios y la colocaron en el centro de la tienda que David le había preparado. Ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión de Dios. Cuando David acabó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en nombre del Señor.

Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial. 26, 1. 3. 4. 5
El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado.
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?

El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado.
Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo.

El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado.
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo.

El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado.
Él me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca.

El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado.
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Bienaventurado el vientre que te llevó.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 11, 27-28
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío levantando la voz, le dijo:
«Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron».
Pero él dijo:
«Mejor, bienaventurados los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen».

Palabra de Dios.

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Fiesta de Nuestra Señora del Pilar



Historia de la Virgen del Pilar

Según documentos del siglo XIII, posteriormente a la Ascensión del Señor Jesús, los apóstoles, fortalecidos por el Espíritu Santo, predicaban el evangelio. El Apóstol Santiago el Mayor, hermano de San Juan, en aquel entonces, viajó a predicar en España. Aquellas tierras se encontraban atadas al paganismo, porque aún no recibían el evangelio. La tradición dice que al despedirse el Apóstol Santiago a predicar la fe de Jesucristo, le prometió la Virgen que en aquel lugar donde más se convirtieran a su Hijo se le manifestaría ella. Y una noche la Virgen María se le apareció en un Pilar.

Los documentos dicen textualmente que Santiago, "pasando por Asturias, llegó con sus nuevos discípulos a través de Galicia y de Castilla, hasta Aragón, el territorio que se llamaba Celtiberia, donde está situada la ciudad de Zaragoza, en las riberas del Ebro. Allí predicó Santiago muchos días y, entre los muchos convertidos eligió como acompañantes a ocho hombres, con los cuales trataba de día del reino de Dios, y por la noche, recorría las riberas para tomar algún descanso".

El 2 de enero del año 40, Santiago se encontraba en profunda oración con sus discípulos junto al río Ebro cuando "oyó voces de ángeles que cantaban Ave, María, gratia plena y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol". La Santísima Virgen, que aún vivía en carne mortal en Palestina, le pidió a Santiago que en aquel lugar se le construyese una iglesia, y que el altar estuviese en torno al pilar donde ella estaba de pie y prometió que "permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio".


La Iglesia ha sobrevivido a grandes invasiones de pueblos y guerras, una de ellas es la guerra de 1936-1939, donde le cayeron tres bombas y ninguna explotó. También se cree que la Virgen le dio al Apóstol la pequeña estatua de madera.

Cuando la Virgen desapareció quedó ahí el pilar; al instante el Apóstol Santiago y sus acompañantes iniciaron la edificación de una iglesia en aquel lugar. Antes que la Iglesia estuviese terminada, Santiago ordenó presbítero a uno de sus discípulos para servicio de la misma, la consagró y le dio el título de Santa María del Pilar antes de regresarse a Judea. Este templo ha sido el primero en ser dedicado a la Virgen.

Santiago regresó a Jerusalén, después de predicar en España. Herodes Agripas lo mandó ejecutar alrededor del año 44 d.C., siendo así el primer mártir. Sus discípulos, luego del suceso, tomaron su cuerpo y lo llevaron a España para su entierro. Después de algunos siglos el lugar fue llamado compostela (campo estrellado). El rey Alfonso II, el casto de Asturias y el Obispo Teodomiro fueron los primeros en mandar construir un santuario en la tumba de Santiago, en el siglo IX. Hoy una magnífica catedral se encuentra en ese sitio.

Desde hace varios siglos se venera a la Virgen del Pilar y hace mucho se levantó una sencilla capilla que hoy es un Templo Mariano al cual asisten peregrinos de distintos lugares del mundo.

La Sagrada Escritura narra cuando el Pueblo de Dios fue desterrado hacia la tierra prometida y tuvieron una columna que los guiaba. Para los españoles esa columna es el pilar donde la Virgen se apareció en Zaragoza y que ha recibido durante siglos la fe de muchos cristianos y que hoy ampara a todos los hijos que se dirigen a María.

El Gran milagro del Cojo de Calanda (1640)

En el lugar donde la Virgen se apareció, han ocurrido diversos milagros, pero uno de los que más se recuerda es el del cojo de Calanda. A este hombre se la amputó la pierna en el año 1637 y en 1640 la pierna volvió a aparecer en su cuerpo, se dice que ocurrió cuando el hombre se echaba aceite de la lámpara de la Virgen o cuando este soñaba con que visitaba la Basílica. Muchas personas fueron testigos de este gran hecho. En la actualidad hay un cuadro recordándolo a la derecha de la Basílica.

Tres rasgos peculiares que caracterizan a la Virgen del Pilar y la distinguen de las otras apariciones:

  1. A diferencia de las otras apariciones, la Virgen aparece cuando todavía estaba en vida mortal en Palestina: "con ninguna nación hizo cosa semejante".
  2. La columna o pilar fue traída por María misma para que sobre él se construyera la primera capilla, el cual se convertiría en el primer templo mariano de toda la cristiandad.
  3. La vinculación de la tradición pilarista con la tradición jacobea (del Santuario de Santiago de Compostela). Por ello, Zaragoza y Compostela, el Pilar y Santiago, han constituido dos ejes fundamentales en torno a los cuales ha girado durante siglos la espiritualidad de España.

Simbolismo del pilar


El pilar o columna: la idea de la solidez del edificio-iglesia con la de la firmeza de la columna-confianza en la protección de María. El pilar es símbolo del conducto que une el cielo y la tierra. Es el soporte de lo sagrado y de la vida cotidiana. María, la puerta del cielo, ha sido la mujer escogida por Dios para venir a nuestro mundo. En ella la tierra y el cielo se han unido en Jesucristo.

Las columnas garantizan la solidez del edificio, sea arquitectónico o social. Quebrantarlas es amenazar el edificio entero. La columna es la primera piedra del templo, que se desarrolla a su alrededor; es el eje de la construcción que liga entre si los diferentes niveles.

María es la primera piedra de la iglesia; en torno a ella va creciendo el pueblo de Dios; el aliciente para los cristianos, en construir el reino de Dios, es la fe y la esperanza de la Virgen.

En la Virgen del Pilar el pueblo ve simbolizada "la presencia de Dios, una presencia activa que, guía al pueblo elegido a través de las emboscadas de la ruta".

Oración: Dios todopoderoso y eterno, que en la gloriosa Madre de tu Hijo has concedido un amparo celestial a cuantos la invocan con la secular advocación del Pilar, concédenos, por su intercesión, fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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viernes, 11 de octubre de 2019

Lecturas y Santoral 11/10/2019. Viernes de la vigesimoséptima semana de Tiempo Ordinario

El Día del Señor, día de oscuridad y negrura
Primera Lectura. Joel 1, 13-15; 2, 1-2

Vestíos de luto, haced duelo, sacerdotes, gritad, servidores del altar. Venid y pasad la noche en sacos, servidores de Dios, pues no hay en el templo de vuestro Dios ofrenda y libación.
Proclamad un ayuno santo, convocad la asamblea, reunid a los jefes, a todos los habitantes del país en la casa de vuestro Dios y llamad a gritos al Señor.
¡Ay del día!
Se acerca el Día del Señor, llega como ruina arrolladora.
Tocad la trompeta en Sión, gritad en mi monte santo, se estremecen todos los habitantes del país, pues llega el Día del Señor.
Sí, se acerca, día de oscuridad y negrura, día de niebla y oscuridad, como el alba sobre los montes, avanza un gentío innumerable, poderoso como nunca la hubo ni lo habrá tras él por generaciones.

Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial. 9, 2-3. 6 y 16. 8-9
El Señor juzgará el orbe con justicia.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
proclamando todas tus maravillas;
me alegro y exulto contigo,
y toco en honor de tu nombre, oh Altísimo.

El Señor juzgará el orbe con justicia.
Reprendiste a los pueblos, destruiste al impío
y borraste para siempre su apellido.
Los pueblos se han hundido en la fosa que hicieron,
su pie quedó prendido en la red que escondieron.

El Señor juzgará el orbe con justicia.
Dios está sentado por siempre
en el trono que ha colocado para juzgar.
El juzgará el orbe con justicia
y regirá las naciones con rectitud.

El Señor juzgará el orbe con justicia.
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Si yo echo los demonios con el dedo de Dios, es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 11, 15-26
En aquel tiempo, habiendo expulsado Jesús a un demonio, algunos de entre la multitud dijeron:
«Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios».
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo:
«Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra si mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín.
El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.
Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por lugares áridos, buscando un sitio para descansar, y, al no encontrarlo, dice:
"Volveré a mi casa de donde salí".
Al volver se la encuentra barrida y arreglada.
Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí.
Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio».

Palabra de Dios.

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Beato Juan XXIII


Papa de 1958 a 1963. Angelo Giuseppe Roncalli nació en Soto il Monte (Bérgamo) el año 1881 en el seno de una modesta familia campesina. A los 11 años entró en el seminario diocesano y después fue alumno del Pontificio Seminario Romano. Recibió la ordenación sacerdotal en 1904.

Fue secretario de su obispo G. M. Tedeschi hasta que, en 1921, inició su servicio a la Santa Sede en las Obras Pontificias de la Propagación de la Fe. Después el Papa lo nombró representante de la Santa Sede en Bulgaria, en Turquía y Grecia, en 1944 Nuncio Apostólico en Francia y en 1953 Patriarca de Venecia.

El año 1958, a la muerte de Pío XII, fue elegido Papa. Durante su pontificado convocó el Sínodo Romano, instituyó la Comisión para la revisión del Código de Derecho Canónico y, sobre todo, convocó el Concilio Vaticano II.

Hombre sencillo y amigo de todos, que cautivó por la bondad de su corazón, el "Papa bueno", trató de infundir en todos la caridad cristiana y de promover la paz entre los pueblos. Profesó una gran devoción a san Francisco de Asís y fue terciario franciscano.

Murió el 3 de junio de 1963 y fue beatificado el año 2000. Su memoria se celebra el 11 de octubre, aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II.

Oración: Dios Todopoderoso y eterno, que en el beato Juan XXIII, papa, has hecho resplandecer para todo el mundo el ejemplo de un buen pastor, concédenos, por su intercesión, difundir con alegría la plenitud de la caridad cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santa María Soledad Torres Acosta


Nació en Madrid el año 1826 en el seno de una familia humilde y piadosa, y desde su juventud demostró gran solicitud hacia los enfermos pobres, a los que atendía con total abnegación. Cuando en 1851 el párroco de Chamberí, Miguel Martínez, se propuso fundar un instituto de religiosas dedicadas a la asistencia de los enfermos en su domicilio, Soledad fue la pieza clave de dicho instituto, que se llamó: Congregación de Siervas de María, Ministras de los Enfermos.

Antes de marchar a la misión de Fernando Poo, el fundador la nombró superiora general, cargo en el que se consagró a la consolidación del instituto y a la formación de sus hermanas. Animadas por ella, sus religiosas dieron ejemplos heroicos de caridad en varias epidemias. En medio de muchas contrariedades e incomprensiones, vio cómo el nuevo carisma crecía en la Iglesia y se multiplican las vocaciones.

En Roma la recibió el papa León XIII. Murió en Madrid el 11 de octubre de 1887.

Oración: Señor, tú que concediste a santa Soledad Torres Acosta la gracia de servirte con amor generoso en los enfermos que visitaba, concédenos tu luz y tu gracia para descubrir tu presencia en los que sufren y merecer tu compañía en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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jueves, 10 de octubre de 2019

Lecturas y Santoral 10/10/2019. Jueves de la vigesimoséptima semana de Tiempo Ordinario

He aquí que llega el día, ardiente como un horno.
Primera Lectura. Malaquías 3, 13-20a

Levantáis la voz contra mí, dice el Señor.
Decís: «En qué levantamos la voz contra ti?».
En que decís:
«Para nada, el temor debido al Señor. ¿Qué sacamos con guardar sus mandatos, haciendo duelo ante el Señor del universo?; Al contrario, los orgullosos son los afortunados; prosperan los malhechores, tientan a Dios, y salen airosos».
Los hombres que temen al Señor se pusieron a comentar esto entre sí. El Señor atendió y escuchó, y se escribió un libro memorial, en su presencia, en favor de los hombres que temen al Señor.
Ese día que estoy preparando, dice el señor del universo, volverán a ser propiedad mía; me compadeceré de ellos como se compadece el hombre de su hijo que lo honra. Volveréis a ver la diferencia entre el justo y el malhechor, entre el que sirve a Dios y el que no lo sirve.
He aquí que llega el día, ardiente como un horno: en el que todos los orgullosos y malhechores serán como paja; los consumirá el día que está llegando, dice el Señor del universo, y no les dejará ni copa ni raíz.
Pero a vosotros, los que teméis mi nombre, os iluminará un sol de justicia y hallaréis salud a su sombra; saldréis y brincaréis como terneros que salen del establo.

Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial. 1, 1-2. 3. 4 y 6
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.

Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin.

Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.

Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
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Pedid y se os dará.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 11, 5-13
En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos:
«Suponed que alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche y le dice:
“Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle”; y, desde dentro, aquel le responde:
“No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos”; os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por su importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.
Pues yo os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre.
¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le pide un pez, le dará una serpiente en lugar del pez? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se le piden?».

Palabra de Dios.

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Santo Tomás de Villanueva


Nació el año 1486 en Fuenlíana, cerca de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real, España). Recibió una buena formación cristiana en su hogar. Estudió en la Universidad de Alcalá, de la que más tarde fue maestro preclaro.

En 1516 tomó en Salamanca el hábito de San Agustín, y se ordenó de sacerdote en 1518. Desde entonces se dedicó al gobierno y renovación de sus religiosos y a la predicación. Nombrado arzobispo de Valencia en 1544, fue un modelo de buen pastor, sobresaliendo por su caridad, pobreza, prudencia y celo apostólico; se desvivió por la formación del clero y la evangelización del pueblo.

En 1516 ingresó en la orden agustina, donde fue prior conventual, visitador géneral y prior provincial de Andalucía y Castilla. Fue eximio predicador, consejero y confesor del rey Carlos I.

A su llegada a Valencia se presentaba a sus ojos una sociedad problematizada. A pesar del esplendor económico-social que experimentaba en aquellos tiempos, al estar la Diócesis más de cien años sin gobierno pastoral directo, la situación moral, no sólo del pueblo, sino también del clero, era realmente lamentable. Urgía por ello que hubiese en la diócesis de Valencia la atención pastoral conveniente, como clave de una verdadera reforma eclesial. Para ello utilizó los medios que tenía a su alcance, pero siempre en plena línea evangélica. Le ayudó en esta tarea su obispo auxiliar, Juan Segriá, plenamente compenetrado con los sentimientos del Santo Arzobispo.

Dio una gran importancia a la atención que había que brindar a los sacerdotes. Y fueron la dulzura y el cariño los medios de los que se sirvió. Les orientaba para que supieran cómo tenían que actuar. Decía a los predicadores, por ejemplo, que se tenían que preparar para ejercer el ministerio con la oración y el estudio.

Desde joven había vivido en pobreza y puso gran empeño en socorrer a los pobres. Solía decir: "No temo a los enemigos de fuera, sino la corrupción interior". Desde el primer momento de su actuación como arzobispo de Valencia, fue consciente de que los bienes de la Iglesia no son de los pastores, sino que son simplemente sus administradores. Y como tal comenzó a comportarse. Prestó una pródiga atención material a los eclesiásticos, a quienes socorría dadivosamente. A nivel diocesano organizó la caridad con un plan de asistencia y auxilio social permanente. Atendió a todos.

La diócesis de Valencia, tras once años de su ministerio episcopal, quedó marcada por la línea pastoral que trazó, de modo que a su muerte, acaecida el 8 de septiembre de 1586, la Diócesis quedaba organizada y en buen estado.

Murió en Valencia el 8 de septiembre de 1555. Fue canonizado por el papa Alejandro VII el 1 de noviembre de 1688. Su fiesta litúrgica se celebra el 10 de octubre.

Oración: Oh Dios, que quisiste asociar a santo Tomás de Villanueva, insigne por su doctrina y caridad, al número de los santos pastores de tu Iglesia, concédenos, por su intercesión, la gracia de permanecer continuamente entre los miembros de tu familia santa. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Daniel Comboni


Es uno de los grandes misioneros de la historia de la Iglesia, fundador de los Misioneros Combonianos y de las Misioneras Combonianas.

Nació en Limone sul Garda (Brescia, Italia) el año 1831, en el seno de una familia de campesinos pobres. Desde niño, en la escuela de Don Mazza, se despertó en él la vocación misionera. Ordenado de sacerdote en 1854, salió en la primera expedición misionera organizada por Don Mazza para África, donde permaneció hasta 1859 en que lo destinaron a la formación de los jóvenes africanos del colegio de Don Mazza.

Entregó su vida a las misiones del África negra e hizo proyectos que presentó a Pío IX y al Concilio Vaticano I. En medio de muchas dificultades e incomprensiones, Daniel Comboni intuye que la sociedad europea y la Iglesia deben tomarse más en serio la misión de Africa Central. Para lograrlo se dedica con todas sus fuerzas a la animación misionera por toda Europa, pidiendo ayudas espirituales y materiales para la misión africana tanto a reyes, obispos y señores como a la gente sencilla y pobre. Y funda una revista misionera, la primera en Italia, como instrumento de animación misionera.

Su inquebrantable confianza en el Señor y su amor a Africa llevan a Comboni a fundar en 1867 y en 1872 dos Institutos misioneros, masculino y femenino respectivamente; más tarde sus miembros se llamarán Misioneros Combonianos y Misioneras Combonianas.

Como teólogo del Obispo de Verona participa en el Concilio Vaticano I, consiguiendo que 70 obispos firmen una petición en favor de la evangelización de Africa Central (Postulatum pro Nigris Africæ Centralis).

El 2 de julio de 1877, Comboni es nombrado Vicario Apostólico de Africa Central y consagrado Obispo un mes más tarde. Este nombramiento confirma que sus ideas y sus acciones, que muchos consideran arriesgadas e incluso ilusorias, son eficaces para el anuncio del Evangelio y la liberación del continente africano.

Durante los años 1877-1878, Comboni sufre en el cuerpo y en el espíritu, junto con sus misioneros y misioneras, las consecuencias de una sequía sin precedentes en Sudán, que diezma la población local, agota al personal misionero y bloquea la actividad evangelizadora.


Murió en Jartum (Sudán) el 10 de octubre de 1881. Fue canonizado por Juan Pablo II el año 2003.

Santos Daniel presbítero y compañeros mártires

San Francisco de Asís murió el 3 de octubre de 1226. Un año después, el 10 de octubre de 1227, morían mártires en Ceuta siete hermanos y compañeros suyos, todos ellos del sur de Italia: Daniel, jefe de la expedición, Ángel, Samuel, León, Hugolino, Nicolás y Domno, éste último hermano laico, los demás sacerdotes.

Embarcaron en Italia, tocaron puertos del reino de Aragón en España y llegaron al norte de África. Predicaron primero a los marineros y mercaderes genoveses, pisanos, venecianos y otros, y luego empezaron a proclamar públicamente por las calles de Ceuta el Evangelio de Cristo. Pronto los detuvieron. Identificados y conocidas sus intenciones, la autoridad musulmana los intimó a renegar de la fe cristiana y abrazar la musulmana, o sufrir la pena capital. Ellos se mantuvieron firmes en su fe, y fueron decapitados. Los cristianos recogieron sus restos y los llevaron a Europa.

Oración: Dios todopoderoso y eterno, que concediste a los mártires san Daniel y compañeros la gracia de morir por Cristo, ayúdanos en nuestra debilidad, para que, así como ellos no dudaron en morir por ti, así también nosotros nos mantengamos fuertes en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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miércoles, 9 de octubre de 2019

Lecturas y Santoral 09/10/2019. Miércoles de la vigesimoséptima semana de Tiempo Ordinario

Tú te compadeces del ricino, ¿y no me he de compadecer yo de Nínive, la gran ciudad?
Primera Lectura. Jonás 4, 1-11

Jonás se disgustó y se indigno profundamente. Y rezó al Señor en estos términos:
«No lo decía yo, Señor, cuando estaba en mi tierra? Por eso intenté escapar a Tarsis, pues bien sé que eres un Dios bondadoso, compasivo, paciente y misericordioso, que te arrepientes del mal. Así que, Señor, toma mi vida, pues vale más morir que vivir».
Dios le contesto:
«¿Por qué tienes ese disgusto tan grande?».
Salió Jonás de la ciudad, y se instaló al oriente. Armó una choza y se quedó allí, a la sombra, hasta ver qué pasaba con la ciudad.
Dios hizo que una planta de ricino surgiera por encima de Jonás, para darle sombra a su cabeza y librarlo de su disgusto. Jonás se alegró y se animó mucho con el ricino.
Pero Dios hizo que, al día siguiente, al rayar el alba, un gusano, atacase al ricino, que se secó.
Cuando salió el sol, hizo Dios que soplase un recio viento solano; el sol pegaba en la cabeza de Jonás, que desfallecía y se deseaba la muerte:
«Más vale morir que vivir», decía.
Dios dijo entonces a Jonás:
«¿Por qué tienes ese disgusto tan grande por lo del ricino?».
Él contestó:
«Lo tengo con toda razón. Y es un disgusto de muerte».
Dios repuso:
«Tú te compadeces del ricino, que ni cuidaste ni ayudaste a crecer, que una noche surgió y en otra desapareció, ¿y no me he de compadecer yo de Nínive, la gran ciudad, donde hay más de ciento veinte mil personas, que no distinguen la derecha de la izquierda, y muchísimos animales?».

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

Salmo Responsorial. 85, 3-4. 5-6. 9-10
Tú, Señor, eres lento a la cólera y rico en piedad.
Piedad de mí, Señor,
que a ti te estoy llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo,
pues levanto mi alma hacia ti, Señor.

Tú, Señor, eres lento a la cólera y rico en piedad.
Porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz de mi súplica.

Tú, Señor, eres lento a la cólera y rico en piedad.
Todos los pueblos vendrán
a postrarse en tu presencia, Señor;
bendecirán tu nombre:
«Grande eres tú, y haces maravillas;
tú eres el único Dios».

Tú, Señor, eres lento a la cólera y rico en piedad.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Señor, enséñanos a orar.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 11, 1-4
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:
«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos».
Él les dijo:
«Cuando oréis decid: "Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en la tentación"».

Palabra de Dios.

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Dionisio, Rústico y Eleuterio


Según narra san Gregorio de Tours, Dionisio, junto con otros miembros de la comunidad cristiana de Roma, fue enviado como misionero por el papa san Fabián, a mediados del siglo III, a la región de las Galias.

Fue el primer obispo de París, y sufrió el martirio, junto con dos de sus clérigos, Rústico sacerdote y Eleuterio diácono, en las afueras de la ciudad, en un monte al que se dio el nombre de Mons Martyrum (Monte de los Mártires), hoy Montmartre.

De todos los misioneros romanos enviados a la Galia, san Dionisio fue el que llevó la Fe más allá en este país, fijando su sede en París, y gracias a él y sus discípulos se erigió la sede de Chartres, Senlis y Meaux. Se nos asegura en los acontecimientos del martirio de San Dionisio que este celoso obispo construyó una iglesia en París, y convirtió a un gran número a la fe.

Parece haber sufrido la persecución de Valerio en el año 272, aunque algunos modernos aplazan su muerte hasta el principio del reinado de Maximian Herculeus, quien residió principalmente en la Galia entre los años 286 y 292. Los martiriólogos occidentales nos informan de que después de un largo y cruel encarcelamiento, fue decapitado por la fe junto con Rusticul, un sacerdote, y Eleutherius, un diácono. Los hechos añaden que los cuerpos de los mártires fueron arrojados al río Sena, pero recogidos y honrosamente enterrados por una dama cristiana llamada Catalla, no lejos del lugar donde fueron decapitados. Los cristianos poco después construyeron una capilla sobre sus tumbas.

En el año 469, por las piadosas exhortaciones de Santa Genoveva, se levantó una iglesia sobre las ruinas de esta capilla, que fue un lugar de gran devoción, muy visitado por los peregrinos. Por donación de Clotaire II parece que aquí estuvo entonces una comunidad religiosa gobernada por un abad. Dagobert, que murió en el año 683, fundó una gran abadía en este lugar en la que fue enterrado, y que ha sido durante muchos años el lugar de enterramiento de los reyes de Francia. Pepin y su hijo Carlomagno fueron los principales benefactores de este monasterio, que fue magníficamente reconstruido por el abad Suger.

Las reliquias de los santos Dioniosio, Rusticus y Eleuterio se conservan en tres relicarios de plata. San Dionisio de Francia es comúnmente llamado san Denis, de los Denis franceses.

Oración: Oh Dios, que enviaste a san Dionisio y a sus compañeros a proclamar tu gloria ante las gentes, y les dotaste de admirable fortaleza en el martirio, concédenos imitarlos en su desprecio a la soberbia del mundo, para que no temamos nunca sus ataques. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Luis Bertrán



Hijo de padres nobles y piadosos, nació en Valencia (España) el año 1526. Ingresó en la Orden de Predicadores en 1544, venciendo la oposición paterna. Entregado totalmente a vivir el ideal de la Orden, fue ejemplo de los novicios que le fueron confiados.

Pidió ser enviado a América y pasó allí siete años (1562-1569), sobre todo en Colombia, que lo tiene como Patrono. Trabajó por la evangelización y el reconocimiento de la dignidad humana de los indios frente a sus explotadores. A su vuelta a España se dedicó a la renovación de la vida cristiana y religiosa, colaborando con san Juan de Ribera y los demás santos de su época.

Murió en Valencia el 9 de octubre de 1581.

Oración: Oh Dios, que asociaste a la gloria de tus elegidos a san Luis Bertrán por la mortificación de su cuerpo y la predicación del Evangelio; concédenos ser siempre consecuentes con la fe que profesamos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Juan Leonardi

p>Nació en la ciudad toscana de Lucca (Italia) el año 1541; estudió farmacia, pero abandonó esta profesión y se ordenó de sacerdote. Desarrolló una gran actividad pastoral en los años decisivos de la reforma emprendida por el Concilio de Trento.

Se dedicó al ministerio de la predicación y a la enseñanza de la doctrina cristiana a los niños. Fundó en 1574 la Orden de Clérigos Regulares de la Madre de Dios, por la cual tuvo que sufrir muchas tribulaciones. Instituyó también una agrupación de presbíteros dedicados a la propagación de la fe entre infieles, por lo cual es considerado con razón como el fundador del Instituto que luego, ampliado por obra de los sumos pontífices, habría de ser la Congregación "de Propaganda Fide".

Obrando con prudencia y caridad, restauró la disciplina en varias Congregaciones religiosas. Murió en Roma el 8 de octubre de 1609.

Oración: Señor, Dios nuestro, fuente de todo bien, que anunciaste el Evangelio a numerosos pueblos por medio de tu presbítero san Juan Leonardi, haz que, por su intercesión, se difunda siempre en todo el mundo la verdadera fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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martes, 8 de octubre de 2019

Lecturas y Santoral 08/10/2019. Martes de la vigesimoséptima semana de Tiempo Ordinario

Los ninivitas habían abandonado el mal camino y se arrepintió Dios.
Primera Lectura. Jonás 3, 1-10

El Señor dirigió la palabra por segunda vez a Jonás. Le dijo así:
«Ponte en marcha y ve a la gran ciudad de Nínive, allí les anunciarás el mensaje que yo te comunicaré».
Jonás se puso en marcha hacia Nínive, siguiendo la orden del Señor. Nínive era una ciudad inmensa; hacían falta tres días para recorrerla.
Jonás empezó a recorrer la ciudad el primer día, proclamando:
«Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada»
Los ninivitas creyeron en Dios; proclamaron un ayuno y se vistieron con rudo sayal, desde el más importante al menor.
La noticia llegó a oídos del rey de Nínive, que se levantó del trono, se despojó del manto real, se cubrió con rudo sayal y se sentó sobre el polvo. Después ordenó proclamar en Nínive este anuncio de parte del rey y de sus ministros:
«Que hombres y animales, ganado mayor y menor no coman nada; que no pasten ni beban agua. Que hombres y animales se cubran con rudo sayal e invoquen a Dios con ardor. Que cada cual se convierta de su mal camino y abandone la violencia. ¡Quién sabe si Dios cambiará y se compadecerá, se arrepentirá de su violenta ira y no nos destruirá.!».
Vio Dios su comportamiento, cómo habían abandonado el mal camino, y se arrepintió de la desgracia que había determinado enviarles. Así que no la ejecutó.

Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial. 129, 1-2. 3-4
Si llevas cuentas de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.

Si llevas cuentas de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.

Si llevas cuentas de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.

Si llevas cuentas de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
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Marta lo recibió en su casa. María ha escogido la parte mejor.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 10, 38-42
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose, dijo:
«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano».
Respondiendo, le dijo el Señor:
«Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; sólo una es necesaria. María, pues ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».

Palabra de Dios.

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San Hugo de Génova




Nació en Alessandria (Italia) hacia el año 1186, de la noble familia de los Canefri. De acuerdo a un retrato escrito en sus tiempos sabemos que San Hugo era delgado, con un rostro ascético, y pequeño en estatura. No parece que recibiera la ordenación sacerdotal. Lo adscribieron a la Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén en pleno fervor de las cruzadas.

Prestó servicio largo tiempo en Tierra Santa para defender los intereses de la cristiandad y tras largas campañas volvió a Italia. Allí lo destinaron a regir, en calidad de maestro, preceptor o comendador, la Encomienda de San Juan de Jerusalén en Génova. Esta casa tenía un hospital anejo donde trabajó en la enfermería más cercana.

Allí brilló por su bondad y caridad en el ejercicio de los altos oficios de gobierno y de beneficencia que le habían confiado, a favor de los enfermos y menesterosos acogidos en el hospital, así como de los peregrinos que hacían un alto en Génova antes de embarcarse o al regresar de Tierra Santa. Era gentil y amable con todos.

Dormía en un tablero, en un rincón del sótano del Hospital; sirvió a los pobres con amor y tacto, dándoles comida, dinero, consuelo espiritual y amor fraternal. Él lavaba los pies a los pacientes, cuidaba de ellos, y cuando ellos morían, él los enterraba. La cruz de ocho puntas, (símbolo de su orden), no sólo estaba en su capa, él la llevaba en su corazón. Tan grande era su celo que él se ciñó con un cinturón metálico que usaba dentro de sus vestiduras, hacía ayunos continuamente durante todo el año y durante la Cuaresma no comía nada cocinado.

Todos los días recitaba el oficio y oía Misa con tal fervor que muchas veces cayó en éxtasis y se elevaba del suelo a la vista de todos. Su oración era, evidentemente, continua, y Dios le recompensó por ello con un don de poder realizar milagros sobre los elementos naturales. Estos milagros fueron presenciados por el arzobispo de Génova, Otto Fusco, así como por cuatro venerable canónigos que frecuentaban la casa del santo y atestiguaron sobre lo que vieron. Se recuerda el de haber hecho brotar agua de una roca para que las lavanderas del hospital pudiesen lavar la ropa de los enfermos pobres.

Murió hacia el año 1233.

Tais la Penitente también llamada Taide de Egipto (Siglo IV)




Se educó como cristiana, pero la vida, sus encantos, el acoso de los finos, el hambre de placer y el atractivo de las riquezas estropearon tanto la acción de la gracia que pareció no conocerla. Vive entre el lujo y la prostitución (meretriz) de Alejandría.

Refiere la narración que Pafnucio, monje del desierto de Tebaida, la recordaba de años atrás y sentía dolor, más que quien tiene una astilla clavada en el cuerpo, por la perdición y escándalo de la cristiana. Sus penitencias dieron resultado. Fue a Alejandría para convertir a Tais (así lo cuenta en su cándido latín Roswita) y provocó un encuentro con ella siendo el instrumento de Dios para el cambio de Tais. Ésta deshecha en lágrimas, implora el perdón del maestro, le ruega su oración impetrante y recurre a la misericordia de Dios pidiendo que se le imponga penitencia. La cortesana más bella y rica de Egipto hizo una pira con su palacio y se recluyó en un convento de la Tebaida para hacer penitencia hasta su muerte.

Muere penitente reconciliada por los años 348 y se le honra en las Menologías griegas tal día como hoy.

Es patrona de Alejandría y se la representa arropada con ricas y coloreadas sedas, con un espejo, símbolo de la coquetería, y una gargantilla de perlas que representan sus riquezas mal adquiridas.


Santa Pelagia de Antioquia



Pelagia, era una muy celebrada y conocida comediante (bailarina) en Antioquía. Corría entonces el siglo V. Siendo muy joven, había estado con los catecúmenos, olvidándolo después.

Se la presenta como una de las más insignes pecadoras del mundo, allá por la segunda mitad del siglo V. En Antioquía -este era el escenario de sus danzas sensuales y altaneras- se la llamaba "Margarita" que es la traducción de "gema", quizá porque, en ocasiones, lo único que cubría las carnes de la extrahermosa eran collares de perlas.

Tuvo, en el marco de la Providencia, la suerte de toparse, en el año 453, con Nono, anacoreta de Tabenas, sacado de allí para hacerlo obispo de Edesa y trasladado a Heliópolis de Siria, que por el momento participaba en un concilio provincial convocado por Máximo.

Se cuenta que un domingo, Pelagia, por curiosidad volvió a entrar a un templo, y al oír al obispo predicar sobre el infinito tesoro de la misericordia de Dios, su corazón se conmovió. Quiso rezar pero no pudo, porque ya no recordaba cómo hacerlo. Abandonó el templo con el deseo de dejar esa vida desordenada que llevaba. Se decidió a escribir al obispo. Le decía en su carta: "Al santo discípulo de Jesús: He oído decir que tu Dios bajó del cielo a la tierra para salvación de los hombres. Él no desdeñó hablar con la mujer pecadora. Si eres su discípulo, escúchame. No me niegues el bien y el consuelo de oír tu palabra para poder hallar gracia, por tu medio, con Jesucristo, nuestro Salvador."

El obispo, creyó en la sinceridad de Pelagia. Así fue bautizada y confirmada, recibiendo la Eucaristía. Desde ese momento, cambió su vida. Repartió entre los pobres sus joyas y bienes, liberó a sus esclavos y vistiendo una humilde túnica, dejó Antioquía, fue a Jerusalén y allí cerca halló una gruta, donde se decidió a morar, haciendo una vida austera, penitencia y oración. Por prudencia, ocultó su condición de mujer, y quien le preguntaba el nombre respondía que era "Pelagio". En ese tiempo, se desarrollaba el concilio de Antioquía y un diácono del obispo queriendo ir a Jerusalén, le pidió permiso al obispo para ir allí, diciendo que quería conseguir noticias sobre un ermitaño llamado Pelagio.

Llegó a encontrar a Pelagio en su cueva, quien lo recibió y volvió luego a encerrarse a rezar. Se cuenta que cuando volvió el diácono, Pelagio, ya no respondió. Cuando entraron en la cueva, encontraron muerto al ermitaño. Al disponerse a ungirlo con mirra -como entonces se usaba-, hallaron que era una mujer.

Vinieron entonces de los monasterios mujeres que estaban en Jericó y en el Jordán y marchando con cirios y luminarias y cantado himnos, dieron sepultura al cuerpo de Pelagia. Era un 8 de octubre del año 468.

Las singulares características de esta santa nos proporcionan la oportunidad de recordar que el riguroso apartamiento de los ermitaños no es una rareza, sino el fruto de un decidido y exclusivo anhelo de buscar a Cristo. Figuras como las de Pelagia, recordaban proféticamente a la Iglesia de su tiempo el verdadero orden de los valores, oscurecido frecuentemente por los crecientes compromisos temporales.

Es patrona de cómicas y arrepentidos, y tiene por atributo una máscara teatral.

Santa Brigida, Viuda



Hija del gobernador de Uplandia en Suecia, a la edad de siete años, tuvo una visión de la Madre del Cielo, y a los diez, a raíz de un sermón sobre la Pasión y Muerte de Nuestro Señor, soñó con el Señor Jesús, convirtiendose la Pasión del Cristo en centro de su vida espiritual. Antes de cumplir los catorce años, la joven contrajo matrimonio con Ulf, y Dios le dio 28 años de felicidad matrimonial, cuyos frutos fueron cuatro hijos y cuatro hijas, una de las cuales es venerada con el nombre de Santa Catalina de Suecia.

En 1355, la santa fue llamada por la corte del rey Magno II para convertirse en dama de honor de la reina Blanca de Namur.

Una penosa enfermedad postró en cama a su esposo por largo tiempo, pero gracias a las oraciones de la santa, éste recobró la salud, por lo que ambos prometieron consagrarse a Dios en la vida religiosa. Según parece, Ulf murió en 1344 en el monasterio cisterciense de Alvastra, antes de poner en obra su propósito. La santa, por su parte, se quedó cuatro años más en este convento dedicada a la penitencia y oración.

Las visiones y revelaciones de Santa Brígida se referían a los asuntos más polémicos de su época; y muchos reconocen que gracias a estas visiones, se lograron algunos acuerdos de paz, estableciendose relaciones políticas entre los estados, entre otras cosas. Estas visiones fueron escritas en latín por el prior del monasterio, Pedro de Skninge, quien fue el único a quien la santa le confiaba con exactitud sus visiones divinas en calidad de confesor.

Por revelación divina, la santa fundó en Vadstena un monasterio, y más adelante, la orden del Santísimo Salvador. Su ministerio apostólico comprendió su austeridad, su devoción y peregrinación a los santuarios, su severidad consigo misma y su bondad con el prójimo y su entrega total al cuidado de los pobres y enfermos.

El 23 de julio de 1372, Santa Brígida fallece a los 71 años en manos de su fiel confesor. Fue canonizada en 1391 y es venerada como la patrona de Suecia.

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lunes, 7 de octubre de 2019

Lecturas y Santoral 07/10/2019. Lunes de la vigesimoséptima semana de Tiempo Ordinario. Bienaventurada Virgen María del Rosario

Jonás se puso en marcha para huir lejos del Señor.
Primera Lectura. Jonás 1, 1-2, 1. 11

El Señor dirigió su palabra a Jonás, hijo de Amitai, en estos términos:
«Ponte en marcha, ve a Nínive, la gran ciudad, y llévale este mensaje contra ella, pues me he enterado de sus crímenes».
Jonás se puso en marcha para huir a Tarsis, lejos del Señor. Bajó a Jafa y encontró un barco que iba a Tarsis; pagó el pasaje y embarcó para ir con ellos a Tarsis, lejos del Señor.
Pero el Señor envió un viento recio y una fuerte tormenta en el mar, y el barco amenazaba con romperse.
Los marineros se atemorizaron y se pusieron a rezar, cada uno a su dios. Después echaron al mar los objetos que había en el barco, para aliviar la carga. Jonás bajó al fondo de la nave y se quedo allí dormido.
El capitán se le acercó y le dijo:
«¿Qué haces durmiendo? Levántate y reza a tu Dios; quizá se ocupe ese Dios de nosotros y no muramos».
Se dijeron unos a otros:
«Echemos suertes para saber quién es el culpable de que nos haya caído esta desgracia».
Echaron suertes y le tocó a Jonás.
Entonces le dijeron:
«Dinos quién tiene la culpa de esta desgracia que nos ha sobrevenido, de qué se trata, de dónde vienes, cuál es tu país y de qué pueblo eres».
Jonás les respondió:
«Soy hebreo; adoro al Señor, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra firme».
Muchos de aquellos hombres se asustaron y le preguntaron:
«¿Por qué has hecho eso?».
Pues se enteraron por el propio Jonás de que iba huyendo del Señor.
Después le dijeron:
«¿Qué vamos hacer contigo para que se calme el mar?» Pues la tormenta arreciaba por momentos.
Jonás les respondió:
«Agarradme, echadme al mar y se calmará. Bien sé que soy el culpable de que os haya sobrevenido esta tormenta».
Aquellos hombres intentaron remar hasta tierra firme, pero no lo consiguieron, pues la tormenta arreciaba. Entonces rezaron así al Señor:
«¡Señor!, no nos hagas desaparecer por culpa de este hombre; no nos imputes sangre inocente, pues tú, Señor, actúas como te gusta».
Después agarraron a Jonás y lo echaron al mar. Y el mar se calmó.
Tras ver lo ocurrido, aquellos hombres temieron profundamente al Señor, le ofrecieron un sacrificio y le hicieron votos.
El Señor envió un gran pez para que se tragase a Jonás, y allí estuvo Jonás, en el vientre del pez, durante tres días con sus tres noches.
El Señor dio orden al pez, y vomitó a Jonás en tierra firme.

Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial. Jon 2, 3. 4. 5. 8
Tú. Señor, me sacaste vivo de la fosa.
Invoque al Señor en mi desgracia y me escucho;
desde lo hondo del Abismo pedí auxilio,
y escuchaste mi llamada.

Tú. Señor, me sacaste vivo de la fosa.
Me arrojaste a las profundidades en alta mar,
las corrientes me rodeaban,
todas tus olas y oleajes se echaron sobre mí.

Tú. Señor, me sacaste vivo de la fosa.
Me dije: «Expulsado de tu presencia,
¿cuándo volveré a contemplar tu santa morada?».

Tú. Señor, me sacaste vivo de la fosa.
Cuando ya desfallecía mi ánimo,
me acordé del Señor;
y mi oración llegó hasta ti,
hasta tu santo morada.

Tú. Señor, me sacaste vivo de la fosa.
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¿Quién es mi prójimo?
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 10, 25-37
En aquel tiempo, se levantó un maestro de la Ley y preguntó a Jesús para ponerlo a prueba:
«Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?»
Él le dijo:
«¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?».
Él respondió:
«Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza y con toda tu mente. Y a tu prójimo como a ti mismo».
Él le dijo:
«Has respondido correctamente. Haz esto y tendrás la vida».
Pero el maestro de la Ley, queriendo justificarse, dijo a Jesús:
«¿Y quién es mi prójimo?».
Respondió Jesús diciendo:
«Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo.
Pero un samaritano que iba de viaje, llegó a donde estaba él y, al verlo, se compadeció, y acercándose, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y le dijo:
"Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando vuelva".
¿Cuál de estos tres te parece que ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos?».
Él contestó:
«El que practicó la misericordia con él».
Jesús le dijo:
«Anda, haz tú lo mismo».

Palabra de Dios.

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Fiesta de la Virgen del Santo Rosario


La Batalla de Lepanto

En tiempos del Santo Padre Pío V (1566 – 1572), los musulmanes controlaban el Mar Mediterráneo y preparaban la invasión de la Europa cristiana. Los reyes católicos de Europa estaban divididos y parecían no darse cuenta del peligro inminente. El Papa pidió ayuda pero no le hicieron mucho caso hasta que el peligro se hizo muy real y la invasión era certera. El 17 de septiembre de 1569 pidió que se rezase el Santo Rosario. El 7 de octubre de 1571 se encontraron las dos flotas, la cristiana y la musulmana, en el Golfo de Corinto, cerca de la ciudad griega de Lepanto.

La flota cristiana, compuesta de soldados de los Estados Papales, de Venecia, Génova y España y comandada por Don Juan de Austria entró en batalla contra un enemigo muy superior en número y buques de guerra. Se jugaba el destino de la Europa cristiana. Antes del ataque, las tropas cristianas rezaron el Santo Rosario con mucha devoción. La batalla de Lepanto duró hasta altas horas de la tarde pero, al final, los cristianos resultaron victoriosos.

Mientras la batalla transcurría, en Roma el Papa recitaba el Rosario en su capilla. En eso, el Papa salió de su capilla y, por aparente inspiración, anunció a todos los presentes y con gran calma que la Santísima Virgen le había concedido la victoria a los cristianos. Semanas mas tarde llegó finalmente el mensaje de la victoria de parte de Don Juan de Austria, quien, desde un principio, atribuyó el triunfo cristiano a la poderosa intercesión de Nuestra Señora del Rosario. Agradecido con Nuestra Madre, el Papa Pío V instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias y agregó a las Letanía de la Santísima Virgen el título de "Auxilio de los Cristianos". Más adelante, el Papa Gregorio III cambió el nombre de la fiesta por el de "Nuestra Señora del Rosario".

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