martes, 3 de marzo de 2020

Lecturas y Santoral 03/03/2020. Martes de la primera semana de Cuaresma

Mi palabra cumplirá mi deseo.
Primera Lectura. Isaías 55, 10-11

Esto dice el Señor:
«Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mi vacía, sino que cumplirá mi deseo y llevará a cabo mi encargo».

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. 33, 4-5. 6-7. 16-17. 18-19
Dios libra a los justos de sus angustias.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias.

Dios libra a los justos de sus angustias.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha y lo salva de sus angustias.

Dios libra a los justos de sus angustias.
Los ojos del Señor miran a los justos,
sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.

Dios libra a los justos de sus angustias.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.

Dios libra a los justos de sus angustias.
Vosotros orad así.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 6, 7-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros rezad así:
"Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,
danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal".
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».

Palabra de Dios


Santos Emeterio y Celedonio


Nacidos en León, hijos del centurión y mártir Marcelo, estos hermanos formaron también parte de las legiones romanas hasta que se decretó la persecución de los cristianos. Decidieron entonces entregarse al procónsul de Calahorra declarando su fe y aunque fueron encarcelados y torturados nunca renunciaron a su religión, por lo que fueron condenados a morir decapitados a las orillas del río Arnedo el 13 de marzo del año 300. Tras su muerte, estos siervos de Dios, fueron allí sepultados.

Se cuenta que antes de morir, Emeterio lanzó al aire su anillo, y Celedonio su pañuelo, que ascendieron hacia el cielo a la vista de todos. La leyenda también dice que sus cabezas decapitadas llegaron hasta Santander a bordo de una nave de piedra, que atravesaron la roca conocida como la Horadada de los Mártires y encallaron en la costa.

Sus reliquias fueron custodiadas por los monjes de la ciudad, primero en una ermita junto al palacio del gobernador romano y luego en una abadía levantada por Alfonso II, rey de Asturias y León en el año 791. Actualmente reposan en la catedral construída sobre la misma. Los Santos Mártires, como son conocidos, dieron nombre a la ciudad de la que son patronos (Portus Sancti Emeterii – Sant’Emeter – Santander) y que celebra su festividad el 3 de marzo.

La devoción a los Santos Mártires no sólo afecta a la ciudad de Santander, que toma su nombre de San Emeterio, sino que se extiende a toda la Diócesis, ya que el Papa Pío VI, a petición del Obispo Menéndez de Luarca, les declaró patronos de la Diócesis el 30 de septiembre de 1791.

Santa Cunegunda


Nació hacia el año 980 de familia noble. A los veinte años contrajo matrimonio con san Enrique II, duque de Baviera, quien, al saber que ella era estéril, no la repudió, sino que, por sus virtudes, prefirió vivir con ella.

Luego, en el 1002, fueron coronados reyes de Alemania y, en el 1014, recibieron en Roma, de manos del papa Benedicto VIII, la corona imperial. Acompañó a su marido en sus obras y actividades religiosas y caritativas.

Al quedar viuda en el 1024, se retiró al monasterio de Kaufungen (Esse), que ella misma había fundado, y allí vivió como una religiosa más hasta su muerte el año 1033 ó 1039.

lunes, 2 de marzo de 2020

Lecturas y Santoral 02/03/2020. Lunes de la primera semana de Cuaresma

Juzga con justicia a tu prójimo
Primera Lectura. Levítico 19, 1-2. 11-18

El Señor habló así a Moisés:
«Di a la comunidad de los hijos de Israel:
“Sed santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo.
No robaréis ni defraudaréis ni engañaréis unos a otros.
No juraréis en falso por mi nombre, profanando el nombre de tu Dios. Yo soy el Señor.
No explotarás a tu prójimo ni lo robarás. No dormirá contigo hasta la mañana siguiente el jornal del obrero.
No maldecirás al sordo ni pondrás tropiezo al ciego. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor.
No daréis sentencias injustas. No serás parcial ni por favorecer al pobre ni por honrar al rico. Juzga con justicia a tu prójimo.
No andarás difamando a tu gente, ni declararás en falso contra la vida de tu prójimo. Yo soy el Señor.
No odiarás de corazón a tu hermano, pero reprenderás a tu prójimo, para que no cargues tú con su pecado.
No te vengarás de los hijos de tu pueblo ni les guardarás rencor, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor”».

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. 18, 8. 9. 10. 15
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante.

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos.

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
El temor del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos.

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, Roca mía, Redentor mío.

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 25, 31-46
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones.
Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras.
Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha:
“Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”.
Entonces los justos le contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”.
Y el rey les dirá:
“En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”.
Y entonces dirá a los de su izquierda:
“Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”.
Entonces también éstos contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos”.
Él les replicará:
“En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de éstos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo”.
Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna».

Palabra de Dios


Santos Emeterio y Celedonio


Nacidos en León, hijos del centurión y mártir Marcelo, estos hermanos formaron también parte de las legiones romanas hasta que se decretó la persecución de los cristianos. Decidieron entonces entregarse al procónsul de Calahorra declarando su fe y aunque fueron encarcelados y torturados nunca renunciaron a su religión, por lo que fueron condenados a morir decapitados a las orillas del río Arnedo el 13 de marzo del año 300. Tras su muerte, estos siervos de Dios, fueron allí sepultados.

Se cuenta que antes de morir, Emeterio lanzó al aire su anillo, y Celedonio su pañuelo, que ascendieron hacia el cielo a la vista de todos. La leyenda también dice que sus cabezas decapitadas llegaron hasta Santander a bordo de una nave de piedra, que atravesaron la roca conocida como la Horadada de los Mártires y encallaron en la costa.

Sus reliquias fueron custodiadas por los monjes de la ciudad, primero en una ermita junto al palacio del gobernador romano y luego en una abadía levantada por Alfonso II, rey de Asturias y León en el año 791. Actualmente reposan en la catedral construída sobre la misma. Los Santos Mártires, como son conocidos, dieron nombre a la ciudad de la que son patronos (Portus Sancti Emeterii – Sant’Emeter – Santander) y que celebra su festividad el 3 de marzo.

La devoción a los Santos Mártires no sólo afecta a la ciudad de Santander, que toma su nombre de San Emeterio, sino que se extiende a toda la Diócesis, ya que el Papa Pío VI, a petición del Obispo Menéndez de Luarca, les declaró patronos de la Diócesis el 30 de septiembre de 1791.

Santa Cunegunda


Nació hacia el año 980 de familia noble. A los veinte años contrajo matrimonio con san Enrique II, duque de Baviera, quien, al saber que ella era estéril, no la repudió, sino que, por sus virtudes, prefirió vivir con ella.

Luego, en el 1002, fueron coronados reyes de Alemania y, en el 1014, recibieron en Roma, de manos del papa Benedicto VIII, la corona imperial. Acompañó a su marido en sus obras y actividades religiosas y caritativas.

Al quedar viuda en el 1024, se retiró al monasterio de Kaufungen (Esse), que ella misma había fundado, y allí vivió como una religiosa más hasta su muerte el año 1033 ó 1039.

domingo, 1 de marzo de 2020

Lecturas y Santoral 01/03/2020. Domingo de la primera semana de Cuaresma

Creación y pecado le los primeros padres
Primera Lectura. Génesis 2, 7-9; 3, 1-7

El Señor Dios modeló al hombre del polvo del suelo e insufló en su nariz un aliento de vida, y el hombre se convirtió en ser vivo.
Luego el Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia oriente, y colocó en él al hombre que había modelado.
El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos para la vista y buenos para comer; además, el árbol de la vida en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el mal.
La serpiente era más astuta que las demás bestias del campo que el Señor había hecho. Y dijo a la mujer:
«¿Conque Dios os ha dicho que no comáis de ningún árbol del jardín?».
La mujer contestó a la serpiente:
«Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; pero del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios: “No comáis de él ni lo toquéis, de lo contrario moriréis”».
La serpiente replicó a la mujer:
«No, no moriréis; es que Dios sabe que el día en que comáis de él, se os abrirán los ojos, y seréis como Dios en el conocimiento del bien y el mal».
Entonces la mujer se dio cuenta de que el árbol era bueno de comer, atrayente a los ojos y deseable para lograr inteligencia; así que tomó de su fruto y comió. Luego se lo dio a su marido, que también comió.
Se les abrieron los ojos a los dos y descubrieron que estaban desnudos; y entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron.

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. 50, 3-4. 5-6a 12-13. 14 y 17
Misericordia, Señor: hemos pecado.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa,
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.

Misericordia, Señor: hemos pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad en tu presencia.

Misericordia, Señor: hemos pecado.
Oh Dios, crea en mi un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.

Misericordia, Señor: hemos pecado.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

Misericordia, Señor: hemos pecado.

Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia
Segunda Lectura. Carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 12-19

Hermanos:
Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte se propagó a todos los hombres, porque todos pecaron...
Pues, hasta que llegó la ley había pecado en el mundo, pero el pecado no se imputaba porque no había ley. Pese a todo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con una transgresión como la de Adán, que era figura del que tenía que venir.
Sin embargo, no hay proporción entre el delito y el don: si por el delito de uno solo murieron todos, con mayor razón la gracia de Dios y el don otorgado en virtud de un hombre, Jesucristo, se han desbordado sobre todos.
Y tampoco hay proporción entre la gracia y el pecado de uno: pues el juicio, a partir de uno, acabó en condena, mientras que la gracia, a partir de muchos pecados acabó en justicia.
Si por el delito de uno solo la muerte inauguró su reinado a través de uno solo, con cuánta más razón los que reciben a raudales el don gratuito de la justificación reinarán en la vida gracias a uno solo, Jesucristo.
En resumen, lo mismo que por un solo delito resultó condena para todos, así también por un acto de justicia resultó justificación y vida para todos.
Pues, así como por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo, todos serán constituidos justos.

Palabra de Dios.


Jesús ayuna cuarenta días y es tentado
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 4, 1-11
En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.
El tentador se le acercó y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes».
Pero él le contestó:
«Está escrito: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”».
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: «”Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”».
Jesús le dijo:
«También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”».
De nuevo el diablo lo llevó a una monte altísimo y le mostró los reinos del mundo y su gloria, y le dijo:
«Todo esto te daré, si te postras y me adoras».
Entonces le dijo Jesús:
«Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”».
Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de https://www.buigle.net


Rosendo, obispo y abad (+ 977)


Obispo y abad, autoridad eclesiástica y civil, es una de las grandes figuras de la España del siglo X. Nació de familia noble el año 907. Se educó con su tío Sabarico, obispo de Mondoñedo, al que sucedió como obispo en el 927. Desempeñó con celo su ministerio, construyó iglesias, asistió a pobres y enfermos, promovió la renovación de la vida monástica.

El año 942 fundó el monasterio de San Salvador de Celanova (Ourense) bajo la Regla de San Benito, al que, tras la renuncia al oficio episcopal, se retiró en 944 como simple monje. Durante un breve tiempo aún tuvo que gobernar la provincia civil y luchar contra los musulmanes y los normandos.

Vuelto al monasterio, el año 459 fue elegido abad. Las necesidades de la Iglesia le obligaron a ser administrador de la diócesis de Compostela durante la prisión de su prelado. Murió en su monasterio el 1 de marzo del año 977.




Santa Inés Cao Kuiying


Nació en el seno de una antigua familia cristiana y se crió en un orfanato católico. A los dieciocho años contrajo matrimonio con un hombre violento, que la hizo sufrir mucho. Ella lo soportó con gran paciencia y lo atendió con delicadeza y amor en su enfermedad.

Cuando quedó viuda, el obispo le propuso que se dedicara a la catequesis y a la instrucción de las muchachas jóvenes convertidas por san Augusto Chapdelaine, apostolado que ejerció con gran fervor y celo. Por esto fue arrestada, la presionaron inútilmente con amenazas y halagos para que apostatara, la encarcelaron y torturaron y, condenada a morir enjaulada, fue ejecutada, a la edad de treinta años, el 1 de marzo de 1856, en la ciudad de Xilinxian, provincia de Guangxi en China.

Juan Pablo II la canonizó, en un grupo de 120 mártires de China encabezados por san Agustín Zhao Rong, el 1 de octubre del año 2000.

sábado, 29 de febrero de 2020

Lecturas y Santoral 29/02/2020. Sábado después de Ceniza - Tiempo de Cuaresma

Cuando ofrezcas al hambriento de lo tuyo, brillará tu luz en las tinieblas.
Primera Lectura. Isaías 58, 9b-14

Esto dice el Señor:
«Cuando alejes de ti la opresión, el dedo acusador y la calumnia, cuando ofrezcas al hambriento de lo tuyo y sacies al alma afligida, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad como el mediodía.
El Señor te guiará siempre, hartará tu alma en tierra abrasada, dará vigor a tus huesos.
Serás un huerto bien regado, un manantial de aguas que no engañan.
Tu gente reconstruirá las ruinas antiguas, volverás a levantar los cimientos de otros tiempos; te llamarán “reparador de brechas”, “restaurador de senderos”, para hacer habitable el país.
Si detienes tus pasos el sábado, para no hacer negocios en mi día santo y llamas al sábado “mi delicia”, y lo consagras a la gloria del Señor; si lo honras, evitando viajes, dejando de hacer tus negocios y de discutir tus asuntos, entonces encontrarás tu delicia en el Señor.
Te conduciré sobre las alturas del país y gozarás del patrimonio de Jacob, tu padre.
Ha hablado la boca del Señor».

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. 85, 1-2. 3-4. 5-6
Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad.
Inclina tu oído, Señor, escúchame,
que soy un pobre desamparado;
protege mi vida, que soy un fiel tuyo;
salva, Dios mío, a tu siervo, que confía en ti.

Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad.
Piedad de mí, Señor,
que a ti te estoy llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo,
pues levanto mi alma hacia ti, Señor.

Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad.
Porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz de mi súplica.

Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad.

No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 5, 27-32
En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
«Sígueme».
Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció en su honor un gran banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un gran número de publicanos y otros. Y murmuraban los fariseos y los escribas diciendo a los discípulos de Jesús:
«¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores?».
Jesús les respondió:
«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan».

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de https://www.buigle.net


San Augusto Chapdelaine


Nació en La Rochelle (Francia) en 1814. Estudió en el seminario diocesano y, en 1843, recibió la ordenación sacerdotal. Deseoso de ser misionero, en 1851 ingresó en la Sociedad de Misiones Extranjeras de París. Al año siguiente embarcó hacia la misión de Guangxi (China), a la que llegó en febrero de 1854, después de prepararse y de superar muchas dificultades.

En seguida recorrió todo el territorio en un contexto de mucha inseguridad. Creció el número de neófitos. Estuvo encarcelado por una falsa acusación; probada su inocencia, el mandarín lo dejó en libertad. Llegó un nuevo mandarín, muy hostil a los cristianos, y su anterior denunciante lo acusó ahora de ser un extranjero que difundía una religión perversa. El P. Chapdelaine, advertido del peligro, no quiso huir, para evitar problemas a sus cristianos. Detuvieron al misionero y a otros cristianos. No pudieron hacerle renunciar a su fe. Le dieron trescientos latigazos, lo encerraron en una pequeña jaula y, ya muerto, lo decapitaron y arrojaron su cuerpo a los perros.

Esto sucedía el 29 de febrero de 1856 en Xilinxian, provincia de Guangxi.
Fue canonizado el año 2000.
[En los años bisiestos, su memoria se celebra el 29 de febrero]

jueves, 27 de febrero de 2020

Lecturas y Santoral 27/02/2020. Jueves después de Ceniza - Tiempo de Cuaresma

Mira: yo os propongo hoy bendición y maldición.
Primera Lectura. Deuteronomio 30, 15-20

Moisés habló al pueblo, diciendo:
«Mira: hoy pongo delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal. Pues yo te mando hoy amar al Señor, tu Dios, seguir sus caminos, observar sus preceptos, mandatos y decretos, y así vivirás y crecerás y el Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para poseerla.
Pero, si tu corazón se aparta y no escuchas, si te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses y les sirves, yo os declaro hoy que moriréis sin remedio; no duraréis mucho en la tierra adonde tú vas a entrar para tomarla en posesión una vez pasado el Jordán.
Hoy cito como testigos contra vosotros al cielo y a la tierra. Pongo delante de ti la vida y muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida, para que viváis tú y tu descendencia, amando al Señor, tu Dios, escuchando su voz, adhiriéndote a él, pues él es tu vida y tus muchos años en la tierra que juró dar a tus padres Abrahán, Isaac y Jacob».

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. 1, 1-2. 3. 4 y 6
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.

Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin.

Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.

Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
El que pierda su vida por mi causa la salvará.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 9, 22-25
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».
Entonces decía a todos:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?».

Palabra de Dios


San Gabriel de la Dolorosa 1838-1862


El primero de marzo de 1838 nacía en Asís el undécimo de los trece hijos que tendría la familia Possenti. El día de su bautismo le impondrían el nombre de Francisco, que al vestir el hábito de religioso pasionista lo cambiaría por el de Gabriel de la Dolorosa.

Cuando tenía cuatro años perdió a su madre, y, su padre, que era un magnífico cristiano, supo suplir a su esposa en la educación cristiana y cívica de sus hijos. Gabriel siempre recordará con gran afecto y gratitud las huellas de virtud y sólidos ejemplos que le diera su padre, Francesco Possenti. Nació en Asís, pero vivía en Spoleto, entonces ciudad de los Estados Pontificios; su padre, el juez Possenti, era un personaje en la localidad, y Francesco, al que describen como guapo, elegante y presumido, un partido muy codiciado por las madres de familia con hijas casaderas.

Estudió con los jesuitas y estaba, según uno de sus biógrafos, "más preocupado por la literatura que por la virtud". ¿Escribía versos a la moda romántica, quejumbrosos y fatales?. No lo sabemos, pero en cualquier caso se le destinaba clarísimamente al matrimonio.

Una grave enfermedad le movió a prometer que si sanaba se haría religioso, pero al recobrar la salud no tardó en olvidar su promesa, hasta que una recaída en el mal y la muerte de su hermana predilecta hicieron que se planteara seriamente su vocación que al principio no fue vista con buenos ojos por el padre, quien debía juzgar a Francesco demasiado mundano. No obstante el joven insiste, y en 1856 ingresa en los pasionistas adoptando el nombre de Gabriel de la Dolorosa por su devoción a la Virgen de los Dolores. La vida de Gabriel se convirtió entonces en un extraordinario esfuerzo por alcanzar la perfección en las cosas pequeñas. Poseía un extraordinario espíritu de oración, de caridad a los pobres, de amor al prójimo, exacta observancia y un deseo constante de mortificarse más allá de sus fuerzas junto con su absoluta docilidad a la obediencia.

En una orden tan severa como aquella la vida no le resultó fácil: le cuesta acostumbrarse a sus rigores, su delicada complexión se resiente, sufre diversas enfermedades y cuando se ordena de menores en 1861 está ya enfermo de tisis, y morirá un año después antes de ser sacerdote.

Murió prematuramente en Isola del Gran Sasso (Abruzzo, Italia) el año 1862 y fue canonizado en 1926.

Ya desde el cielo fue el protector de Santa Gema Galgani, orientándole y dándole ánimos en muchas de las luchas que tuvo, ella le llamaba "el cohermano Gabriel", y él adelantándole su vocación pasionista la llegó a llamar "hermana mía".

Santa Ana Line y compañeros mártires.


Ana nació en el condado de Essex el año 1566 en el seno de una familia calvinista, ella se convirtió al catolicismo y su padre la desheredó y expulsó de casa. Se casó con Roger Line, también convertido y con una historia semejante a la suya. En 1586 el esposo fue arrestado mientras oía misa y exiliado a Flandes, donde vivió pobremente con una ayuda del rey de España, que compartía con su mujer.

En 1594 Ana quedó viuda, pobre y enferma. Al año siguiente, consciente del riesgo que corría y desde la clandestinidad, asumió el cargo de ama de llaves de una residencia para los sacerdotes que trabajaban en Londres o pasaban por la ciudad; fue una madre para ellos en aquellas difíciles circunstancias. Cinco años pudo ejercer esta misión. Fue delatada, detenida y encarcelada en Newgate. La condenaron por haber hospedado a sacerdotes católicos, y la ahorcaron y luego la despedazaron en la plaza de Tyburn de Londres el 27 de febrero de 1601.

Junto con ella fueron martirizados el beato Marcos Barkworth, convertido al catolicismo, sacerdote, que estudió en Roma y en Valladolid (España), y vistió el hábito de san Benito en Irache (Navarra); y también el beato Roger Filcock, sacerdote jesuita, que había sido confesor de Ana.

Besas de Alejandría, Santo


Durante la persecución de Decio, muchos de los ciudadanos de Alejandría, particularmente los ricos y los que ocupaban puestos públicos, apostataron de la fe y sacrificaron a los dioses.

San Dionisio, obispo de Alejandría, recordando y deplorando esto en su carta a Fabiano, dice: "Pero hubo otros que dieron noble testimonio del Reino de los Cielos, permaneciendo firmes como columnas del Señor; el mismo Señor les sostuvo y les dio la fuerza a la medida de su fe. Uno de los más notables fue un hombre llamado Julián, enfermo de gota e incapaz de dar un paso ni de mantenerse en pie. Fue hecho prisionero junto con los dos hombres que le transportaban; uno de ellos renegó inmediatamente; pero no así el otro, llamado Euno o Cronión; él, junto con Julián, después de confesar al Señor, fueron llevados en camellos por toda la ciudad -y tú sabes qué grande es-, sufrieron la flagelación, y finalmente murieron en una inmensa hoguera, ante una multitud de espectadores. Un soldado, llamado Besas, que se hallaba presente y reprendió a la insolente multitud que se apretujaba al paso de los mártires, tuvo que sufrir los insultos del populacho; este valiente soldado de Dios, después de mostrar su heroísmo en el gran combate de la religión, murió decapitado."

El Martirologio Romano [anterior al actual] mencionaba el 7 de diciembre a un soldado con el nombre de Agatón, que murió en Alejandría durante la persecución de Decio. Como se le hubiese confiado la custodia de los cuerpos de algunos mártires, Agatón prohibió a la multitud que se acercara a profanar y mutilar los cadáveres. La turba les denunció a los magistrados, quienes le condenaron a ser decapitado por haber confesado a Cristo. El P. Quentin, benedictino, ha demostrado que se trata, en realidad de san Besas. En su traducción de la "Historia Eclesiástica" de Eusebio, Rufino omitió el nombre del soldado, y el martirólogo de Ado inventó el nombre de Agatón [que en griego significa, sencillamente, "bueno"].

miércoles, 26 de febrero de 2020

Lecturas y Santoral 26/02/2020. Miércoles de Ceniza - Tiempo de Cuaresma

Rasgad los corazones y no las vestiduras
Primera Lectura. Joel 2, 12-18

Ahora - oráculo del Señor convertíos a mí de todo corazón con ayuno, llantos, y lamentos; rasgad vuestros corazones, no vuestros vestidos, y convertíos al Señor vuestro Dios, un Dios compasivo y misericordioso, lento a la cólera, y rico en amor, que se arrepiente del castigo.
¡Quién sabe si cambiará y se arrepentirá dejando tras de sí la bendición, ofrenda y libación para el Señor, vuestro Dios.
Tocad la trompeta en Sión, proclamad un ayuno santo, convocad a la asamblea, reunid a la gente santificad a la comunidad, llamad a los ancianos; congregad a los muchachos y a los niños de pecho; salga el esposo de la alcoba y la esposa del tálamo.
Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, servidores del Señor, y digan:
"Ten compasión de tu pueblo, Señor; no entregues tu heredad al oprobio, ni a las burlas de los pueblos"
¿Por qué van a decir las gentes: "Dónde está su Dios"?
Entonces se encendió el celo de Dios por su tierra y perdone a su pueblo.

Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial. 50, 3-4. 5-6a. 12-13. 14 y 17
Misericordia, Señor: hemos pecado.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.

Misericordia, Señor: hemos pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad en tu presencia.

Misericordia, Señor: hemos pecado.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.

Misericordia, Señor: hemos pecado.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

Misericordia, Señor: hemos pecado.
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Reconciliaos con Dios: ahora es tiempo favorable
Segunda Lectura. Segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 20-6,2

Hermanos.
Actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.
Al que no conocía el pecado, lo hizo pecado en favor nuestro, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él.
Y como cooperadores suyos, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios. Pues dice:
"En tiempo favorable te escuché, en el día de salvación te ayudé".
Pues mirad: ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de salvación.

Palabra de Dios.

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Tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 6, 1-6.16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
"Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.
Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará".

Palabra de Dios.

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San Alejandro de Alejandría +326


No es lo suficientemente conocido este gran Patriarca de Alejandría, que será quien en primer lugar se enfrente contra el heresiarca Arrio y el primero que descubra sus errores. Nació hacia el año 250 y se distinguió pronto por las ricas cualidades que adornaban su alma. Los historiadores de la época y posteriores nos lo pintan como un hombre de carácter dulce y afable, lleno siempre de enorme caridad para con todos los hermanos, especialmente para con los más pobres. Otra cualidad, hermana gemela de ésta, notaban en él cuantos le trataban. Era conciliador. Ante él no podía haber riñas y corazones encontrados.

Por otra parte parece que se contradice con estos rasgos característicos suyos lo que durante toda su vida se podrá apreciar ya que, como era profundo conocedor de la ortodoxia cristiana y un enamorado de la fe y persona de Jesucristo y de su Iglesia, cuando las veía atacadas se levantaba con fuerza contra todo lo que pudiera empañar su blancura, la de su Señor y la de su Madre. Por ello en sus luchas durísimas contra Arrio y sus secuaces será más bien duro, mordaz e incansable luchador.

El año 313 moría Aquillas, el Patriarca de Alejandría y era elegido para esta Sede nuestro protagonista. Parece que eran dos los candidatos para ocuparla: Alejandro y Arrio. Los primeros años del patriarcado de Alejandro, Arrio estuvo sumiso y reinaron buenas relaciones entre ambos. Parece que el nuevo Patriarca se entregó de lleno a defender y propagar a las multitudes que en aquel entonces se retiraban del mundo a la soledad para mejor servir al Señor. Eran millares los que esto hacían. Alejandro conocía bien que esto era un gran fuerza para la Iglesia ya que la oración y penitencia serán siempre fundamentos, junto con la caridad, de toda la vida cristiana.

San Alejandro será siempre recordado también por la historia como el gran descubridor y profundo formador del futuro Padre de la Iglesia San Atanasio. Supo descubrir la gran obra a que este hombre singular estaba llamado por la Divina Providencia y no escatimó sacrificios para formarle según el espíritu del Evangelio.

Pero la máxima gloria proviene a San Alejandro, como ya indicamos arriba, por su lucha contra el hereje Arrio, al que con ejemplar valentía le descubrió sus muchos errores contra la fe cristiana. Arrio empezó a separar y distinguir tanto a las Tres Divinas Personas que prácticamente para él tan sólo el Padre era verdadero Dios. El Verbo y el Espíritu Santo eran de inferior categoría y estaban totalmente subordinados al Padre. Para sacarle de éste y otros errores el Patriarca Alejandro tuvo varias conversaciones con él en privado y al ver que nada progresaba convocó el año 320 un sínodo en Alejandría al que acudieron más de cien Obispos. Se presentó Arrio y expuso su doctrina siendo condenado unánimemente por toda aquella Magna Asamblea de Padres.

Después de aquel anatema lanzado contra Arrio y su doctrina, éste, en vez de someterse con humildad y reconocer sus errores, partió para diversos lugares y se dedicó a extender su malévola doctrina. Los dos Eusebios–de Cesarea y de Nicomedia–intercedían ante Alejandro y ante el emperador Constantino para que Arrio pudiera volver a la Iglesia católica y por lo tanto se le levantara la excomunión. Para ello el emperador escribió cartas a Arrio y a Alejandro y encomendó la reconciliación al gran obispo Osio de Córdoba. Pronto se dio cuenta este sabio obispo que con Arrio no había nada que hacer. Había que convocar un Concilio Universal y así se hizo el 325, el primero, celebrado en Nicea. San Alejandro a pesar de su avanzada edad y muchos achaques por su dura lucha contra la herejía, asistió y desempeñó un importantísimo influjo en la condenación del arrianismo que hizo el Concilio.

Murió el 26 de febrero del 326.

San Néstor mártir, Obispo de Magido (251)


Polio, gobernador de Panfilia y Frigia durante el reinado de Decio, trató de ganarse el favor del emperador, aplicando cruelmente su edicto de persecución contra los cristianos. Néstor, obispo de Magido, gozaba de gran estima entre los cristianos y los paganos, y comprendió que era necesario buscar sitios de refugio para sus fieles. Rehusando a ser oculto, el Obispo esperó tranquilamente su hora de martirio, y cuando se encontraba en oración, oficiales de la justicia fueron en su búsqueda.

Luego de un extenso interrogatorio y amenazas de tortura, el Obispo fue enviado ante el gobernador, en Perges (Panfilia). El gobernador trató de convencer al santo, primero con halagos y luego con amenazas, de que renegara de la religión cristiana, pero Néstor se mantuvo firme en el Señor, siendo enviado al potro, donde el verdugo le desgarraba la piel de los costados con el garfio. Ante la firme negativa del santo de adorar a los paganos, el gobernador lo condenó a morir en la cruz, donde el santo todavía tuvo fuerzas para alentar y exhortar a los cristianos que le rodeaban.

Su muerte fue un verdadero triunfo porque cuando el Obispo expiró sus últimas palabras, tanto cristianos como paganos se arrodillaron a orar y alabar a Jesús.

martes, 25 de febrero de 2020

Lecturas y Santoral 25/02/2020. Martes de la séptima semana de Tiempo Ordinario

Pedís y no recibís, porque pedís mal.
Primera Lectura. Carta del apóstol Santiago 4, 1-10

Queridos hermanos:
¿De dónde proceden los conflictos y las luchas que se dan entre vosotros? ¿No es precisamente de esos deseos de placer que pugnan dentro de vosotros? Ambicionáis y no tenéis, asesináis y envidiáis y no podéis conseguir nada; lucháis y os hacéis la guerra y no obtenéis porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, con la intención de satisfacer a vuestras pasiones.
¡Adúlteros! ¿No sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Por tanto, si alguno quiere ser amigo del mundo, se constituye en enemigo de Dios.
¿O es que pensáis que la Escritura dice en vano: «El espíritu que habita en nosotros inclina a la envidia»? Pero la gracia que concede es todavía mayor; por eso dice: «Dios resiste a los soberbios, mas da su gracia a los humildes».
Por tanto, sed humildes ante Dios, pero resistid al diablo y huirá de vosotros. Acercaos a Dios y él se acercará a vosotros. Lavaos las manos, pecadores; purificad el corazón, los inconstantes. Lamentad vuestra miseria, haced duelo y llorad; que vuestra risa se convierta en duelo y vuestra alegría en aflicción. Humillaos ante el Señor y él os ensalzará.

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. 54, 7- 8. 9 10a. 10b 11. 23
Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará.
Y pienso: «¡Quién me diera alas de paloma
para volar y posarme!
Emigraría lejos,
habitaría en el desierto».

Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará.
«Esperaría en el que puede salvarme
del huracán y la tormenta».
¡Destrúyelos, Señor,
confunde sus lenguas!

Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará.
Pues veo en la ciudad violencia y discordia:
día y noche hacen la ronda sobre sus murallas.

Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará.
Encomienda a Dios tus afanes,
que él te sustentará;
no permitirá jamás que el justo caiga.

Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará.
El Hijo del hombre va a ser entregado. Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 9, 30-37
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.
Les decía:
«El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará».
Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó:
«¿De qué discutíais por el camino?».
Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».
Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
«El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».

Palabra de Dios

San Valerio del Bierzo S. VII


San Valerio fue sin duda alguna uno de los santos que más duramente haya sido perseguido durante toda su vida. No fue el suyo un camino de rosas.

Nació en la Provincia de León, cerca de Astorga, a principios del siglo VII y por estas cercanías pasó casi toda su larga vida yendo de una a otra parte y encontrando dificultades de todo tipo para poder tomar una residencia fija para lo que él ansiaba: Servir a Dios en la oración y penitencia.

Recibida una esmerada educación cristiana, trató de vivir siempre de acuerdo con ella. Pronto se dio cuenta de que la juventud caminaba por las vías del abandono religioso y de la entrega a los placeres de la carne, y él huyendo se quiso retirar a un Monasterio famoso en su tiempo y que había fundado unos años antes el santo Obispo de Braga San Fructuoso. A pesar de sus buenas intenciones y excelentes cualidades que le adornaban, no fue admitido en aquel monasterio, porque otros eran los planes que la Divina Providencia tenía sobre él. Debía cargar con la cruz de la persecución y de la penitencia, sobre todo, de la que conlleva la inseguridad y vida nómada a la que desde ahora se verá forzado en todas partes. Bien se le podía nombrar patrón de los hombres que van de camino, de los que se hallan faltos de seguridad.

Como sentía un atractivo irresistible hacia la vida de soledad y silencio, se retiró a una ermita, sita cerca del castillo de la Piedra, no lejana a la villa de Astorga. Allí se entregó a la oración, al ayuno y la maceración de su cuerpo. Pronto corrió la voz por aquellos contornos de la santidad de vida de aquel joven ermitaño y muchos acudían a visitarle, a pedirle sus oraciones y consejos para su caminar espiritual. Esta ermita estaba a cargo de un clérigo que se llamaba Flayno. Al ver las ricas limosnas que le entregaban todos los buenos visitantes para su sustento y para que pudiera hacer limosnas a los que siendo más pobres que él le visitaban pronto se despertó en el corazón del ávaro Flayno deseo de apoderarse de todo aquello y le exigía le entregase todo que le daban. Más aún, le obligó a marcharse de allí y los buenos cristianos acudían al nuevo paradero de Valerio y allá iban a parar sus limosnas. Flayno no dudó de acudir allá y quería apoderarse también de estas limosnas que ya nada tenían que ver con su ermita. Llegó incluso a pegarle y burlarse de él.

Sus admiradores le adquirieron una ermita en un pueblecillo llamado Ebronato y allí se sentía dichoso entregado a la oración y penitencia. Pronto el amo de aquella heredad, llamado Racimino, empezó a tenerle envidia de ver lo admirado y querido que era de todo el mundo y trató de echarlo de su finca con los mayores improperios. Puso al frente de aquella iglesia a un tal Justo, diácono, que no tenía de justo más que el nombre y también trató de hacer la vida imposible al pacífico ermitaño Valerio. Lo veían los fieles y trataban de ayudarle, pero no siempre podían hacerlo.

Por fin, después de más de veinte años de duras pruebas y persecuciones de todo tipo, recibió la inspiración del cielo de que se trasladase a la región del Bierzo, y allí edificase una Ermita que sería su cobijo hasta su muerte. Así lo hizo y en aquel lugar tan solitario, lejos del mundanal ruido, se entregó a la más dura penitencia y prolongada oración. El Señor le bendijo copiosamente y obraba muchos prodigios por su medio.

Hizo el voto de no perder ni un minuto de tiempo, y así, cuando terminaba su oración se entregaba a trabajos manuales o a escribir, ya que también, a pesar de su escasa formación literaria, nos dejó preciosos tratados espirituales y varias vidas ejemplares. Por fin un 25 de febrero, de finales del siglo VII, expiró en el Señor.


Santos Vitorino y compañeros mártires



Victorino, Victor, Nicéforo, Claudiano, Dióscoro, Serapión y Papias eran ciudadanos de Corinto, al principio del reinado de Decio, y confesaron ahí mismo la fe en Nuestro Señor ante el procónsul Tercio. Luego de ser torturados fueron enviados a Egipto y completaron su martirio a manos del gobernador Sabino.

Victorino y Victor fueron despedazados en un mortero de mármol, Nicéforo saltó por su propio pie al mismo pozo de destrucción, al final su audacia molestó al juez quien ordenó se le matara a golpes. Claudiano fue descuartizado, Diáscoro fue quemado vivo, mientras que Serapión fue colgado de los pies y luego fue decapitado, y finalmente Papias, fue arrojado al mar con una piedra atada al cuello.

La ejecución de los mártires tuvo lugar el 25 de febrero, día en que es conmemorado por los Martirologio de occidente. Los griegos veneran su memoria el 21 de enero, fecha en que confesaron la fe en Corinto.

lunes, 24 de febrero de 2020

Lecturas y Santoral 24/02/2020. Lunes de la séptima semana de Tiempo Ordinario

Si en vuestro corazón tenéis rivalidad, no presumáis
Primera Lectura. Carta del apóstol Santiago 3, 13-18

Queridos hermanos:
¿Quién de vosotros es sabio y experto? Que muestre sus obras como fruto de la buena conducta, con la delicadeza propia de la sabiduría.
Pero si en vuestro corazón tenéis envidia amarga y rivalidad, no presumáis, mintiendo contra la verdad.
Esa no es la sabiduría que baja de lo alto, sino la terrena, animal y diabólica.
Pues donde hay envidia y rivalidad, hay turbulencia y todo tipo de malas acciones.
En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, en primer lugar intachable, y además es apacible, comprensiva, conciliadora, llena de misericordia y buenos frutos, imparcial y sincera.
El fruto de la justicia se siembra en la paz para quienes trabajan por la paz.

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. 18, 8. 9. 10. 15
Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye a los ignorantes.

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos.

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
El temor del Señor es puro
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos.

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, Roca mía, Redentor mío.

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
Creo, Señor, pero ayuda mi falta de fe
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 9, 14-29
En aquel tiempo, Jesús y los tres discípulos bajaron del monte y volvieron a donde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor, y a unos escribas discutiendo con ellos.
Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo. Él les preguntó:
«¿De qué discutís?».
Uno le contestó:
«Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no lo deja hablar y, cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo echen, y no han sido capaces».
Él, tomando la palabra, les dice:
«¡Generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo».
Se lo llevaron.
El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; este cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos.
Jesús preguntó al padre:
«¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?».
Contestó él:
«Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua para acabar con él. Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos».
Jesús replicó:
«¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe».
Entonces el padre del muchacho se puso a gritar:
«Creo, pero ayuda mi falta de fe».
Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo:
«Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: sal de él y no vuelvas a entrar en él».
Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió.
El niño se quedó como un cadáver, de modo que muchos decían que estaba muerto.
Pero Jesús lo levantó cogiéndolo de la mano y el niño se puso en pie.
Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas:
«¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?».
El les respondió:
«Esta especie sólo puede salir con oración».

Palabra de Dios


San Ethelberto de Kent


Era rey de Kent y, siendo aún pagano, contrajo matrimonio con Berta, princesa franca, de religión católica, hija única de Chariberto, rey de París. Berta exigió para casarse, poder practicar su religión y que la acompañara su capellán, el obispo Liudardo, que influiría en la conversión del rey.

Ethelberto jugó un papel importante en la conversión de los sajones al cristianismo. Acogió y protegió a los misioneros enviados por san Gregorio Magno y encabezados por san Agustín de Canterbury. Él mismo, la vigilia de Pentecostés del año 597, instruido convenientemente, recibió el bautismo de manos de san Agustín de Canterbury, hecho que influyó no poco para que muchos súbditos suyos abrazaran la fe cristiana.

También contribuyó a la conversión de Saberto, rey de los sajones orientales, cuya capital era Londres. Cedió su palacio a san Agustín, levantó la catedral de San Andrés en Rochester, apoyó en todo la labor de los misioneros, construyó iglesias y monasterios.

Fue un modelo de rey cristiano, que gobernó a su pueblo con prudencia y dio leyes justas inspiradas en el derecho romano y en la doctrina evangélica. El santo pronto se convirtió en un modelo por la nobleza de su conversión. La acogida que dio a los misioneros y su gesto de escucharles sin prejuicions son un caso extraordinario en la historia. Con su actitud de no imponer la fe en sus súbditos, a pesar de su celo por propagarla, favoreció enormemente la obra de los misioneros.

Murió en Canterbury el 24 de febrero del año 616, después de 56 años de reinado. Fue sepultado en la Iglesia de San Pedro y San Pablo, junto a Santa Berta y san Liudardo.

San Marcos de Marconi(1480-1510)


Nació en Mantua, Lombardía, en Italia. Desde niño, el pequeño Marcos daba muestras de intereses místicos poco usuales en alguien de su edad. Se sabe que para sus 15 años se vestía en secreto con túnicas de ermitaño, y realizaba penitencias extremas, probablemente de autosufrimiento.

Eventualmente ingresó a la Orden de Ermitaños de San Jerónimo, y entonces pudo llevar a cabo su sueño de buscar a Dios a partir de la separación del mundo.

Las condiciones extremas en las que vivía fueron con certeza las que ocasionaron su temprana muerte, a los 30 años.

Su tumba se convirtió de inmediato en lugar de peregrinación, pues se dice que se obraron varios milagros ahí. Esta fama creció varios años después, a partir de que se descubrió que el cadáver de San Marcos de Marconi continuaba incorrupto.

Algunos siglos después, su cuerpo fue trasladado a distintos lugares a causa de las guerras. Primero cuando el duque de Mantua se enfrentó al emperador de Austria, lo escondieron en una iglesia. Pero años después lo sacaron justo antes de que Napoleón Bonaparte la destruyera.

Cuando pasaron las turbulencias, finalmente el cuerpo de San Marcos de Marconi fue depositado en la catedral. En 1909, el papa San Pío X confirmó su culto.