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sábado, 9 de enero de 2021

Lecturas y Santoral 09/01/2021. Sábado después de Epifanía

Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros
Primera Lectura. Primera carta del apóstol san Juan 4,11-18
Queridos hermanos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amarnos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él. En esto ha llegado el amor a su plenitud con nosotros: en que tengamos confianza en el día del juicio, pues como él es, así somos nosotros en este mundo. No hay temor en el amor, sino que el amor perfecto expulsa el temor, porque el temor mira el castigo; quien teme no ha llegado a la plenitud en el amor.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 71, 1-2. 10-11. 12-13

Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.

Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud.

Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.

Que los reyes de Tarsis y de las islas le paguen tributo. Que los reyes de Saba y de Arabia le ofrezcan sus dones; que se postren ante él todos los reyes, y que todos los pueblos le sirvan.

Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.

Él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres.

Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.

Lo vieron andar sobre el lago
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 6, 45-52
Después que se saciaron los cinco mil hombres, Jesús en seguida apremió a los discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran hacia la orilla de Betsaida, mientras él despedía a la gente. Y después de despedirse de ellos, se retiró al monte a orar. Llegada la noche, la barca estaba en mitad del lago, y Jesús, solo, en tierra. Viendo el trabajo con que remaban, porque tenían viento contrario, a eso de la madrugada, va hacia ellos andando sobre el lago, e hizo ademán de pasar de largo. Ellos, viéndolo andar sobre el lago, pensaron que era un fantasma y dieron un grito, porque al verlo se habían sobresaltado. Pero él les dirige en seguida la palabra y les dice: - «Ánimo, soy yo, no tengáis miedo.» Entró en la barca con ellos, y amainó el viento. Ellos estaban en el colmo del estupor, pues no habían comprendido lo de los panes, porque eran torpes para entender.

Palabra de Dios

Lecturas obtenidas de https://www.buigle.net



San Eulogio de Córdoba

Nació en Córdoba a comienzos del siglo IX y en esta ciudad ejerció su ministerio sacerdotal. Es el principal escritor de la Iglesia mozárabe, y uno de sus santos más importantes.

Dada la difícil situación de la comunidad cristiana española por la dominación árabe, san Eulogio fue siempre consuelo y aliento para todos los perseguidos por su fe.

Lo decapitaron, por vivir y confesar públicamente la fe cristiana, el 11 de marzo del año 859, cuando había sido preconizado arzobispo de Toledo; en España su fiesta se celebra el 9 de enero.

Oración: Señor y Dios nuestro: tú que, en la difícil situación de la Iglesia mozárabe, suscitaste en san Eulogio un espíritu heroico para la confesión intrépida de la fe, concédenos superar con gozo y energía, fortalecidos por ese mismo espíritu, todas nuestras situaciones adversas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


San Julián Mártir (+ 304) y Santa Basilisa Virgen (313)

Los Santos esposos Julián y Basilisa nacieron en el tercer siglo de la Iglesia, en Antioquía, capital de la Siria. Su vida nos ofrece el ejemplo de aquellas virtudes raras y sublimes, desconocidas a la gentilidad, que sólo la religión de Jesucristo podía producir entre los hombres: la virginidad en el matrimonio.

Julián era hijo único de una noble y rica familia, profundamente educado en la religión cristiana, tenía hecho voto de castidad cuando al cumplir los dieciocho años de edad sus padres se empeñaron en que contrajese matrimonio con una joven de igual nobleza, llamada Basilisa. Temeroso el virtuoso muchacho de faltar a su voto, pero sintiendo también desobedecer a sus padres, acude al Señor con la oración y el ayuno. Y dice la tradición que por celestial revelación le fue dado a conocer que con su esposa podría guardar la anhelada virginidad. Julián y Basilisa son milagrosamente arrastrados hacia el amor virginal; apareciéndoseles nuestro Señor Jesucristo, que aprueba su determinación de conservarse castos.

A este difícil sacrificio añadieron también el de la pobreza; desde aquel día consagran plenamente sus vidas a los demás. Reparten sus bienes entre los pobres y se retiran a vivir en dos casas situadas en las afueras de la ciudad que convierten en monasterios. A la de Julián acuden hombres de todas las clases sociales, para que les guíe con sus prudentes y santos consejos. A la de Basilisa una multitud de muchachas que, edificadas con el ejemplo de su virtud, muchas de ellas abrazan la vida religiosa viviendo en santa paz bajo su dirección. Muy pronto la fama de ambos esposos se extenderá por todo el Imperio.

Sin embargo el Señor, que quería que Julián padeciese solo, llamó a si a Basilisa antes que llegase a Siria la persecución de Diocleciano. Julián lloró la muerte de su esposa, y todos los días iba a hacer oración sobre su sepulcro.

Suscitada en aquel tiempo la persecución de Diocleciano y Maximiano contra el Cristianismo, se ordena apresar y encarcelar a Julián y a cuantos con él residen en su apacible monasterio. Llegado a Antioquía, el presidente Marciano, cruel ejecutor de los decretos imperiales contra los cristianos, le hizo prender inhumanamente y atormentar.

San Julián profesa con gran valentía ante el tirano su fe en Cristo Jesús. Hay expectación en la gente cuando Marciano, el juez, increpa con solemnidad a Julián: "Adora a los dioses". "No hay más omnipotente que Dios, Nuestro Padre". "Obedece los decretos del emperador". "Jesucristo es mi único César". "¿Crees en un Crucificado?" "Él tiene escuadrones inmortales". "Marcharás a la muerte". "El emperador de Roma también es polvo y en polvo se convertirá". "¿Te ríes de nuestros dioses y de nuestro emperador? Ante los tormentos no habrá réplicas". Marciano, viéndose fracasado intenta cambiar de táctica para vencerle: "Tus padres, Julián, fueron nobles. Te daremos honores". "Desde el cielo me alientan a permanecer fiel a mi santa religión".

Lleno de confusión, el magistrado condena a Julián a morir degollado. Fue el día 9 de Enero del año 308. Su gloriosa muerte arrastra hacia la fe en Cristo a muchos paganos, que admiran su firmeza. Y la proyección de su ejemplaridad se dilata a través de los siglos en la devoción de los fieles.
(Autor de parte del texto: José Gros y Raguer, San Julián)

jueves, 9 de enero de 2020

Lecturas y Santoral 09/01/2020. Jueves de la segunda semana de Navidad

Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros
Primera Lectura. Primera carta del apóstol san Juan 4,11-18

Queridos hermanos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud.
En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo.
Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.
Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él.
Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él.
En esto ha llegado el amor a su plenitud con nosotros: en que tengamos confianza en el día del juicio, pues como él es, así somos nosotros en este mundo.
No hay temor en el amor, sino que el amor perfecto expulsa el temor, porque el temor tiene que ver con el castigo; quien teme no ha llegado a la plenitud en el amor.

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. 71, 1-2. 10-11. 12-13
Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.
Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.

Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.
Los reyes de Tarsis y de las islas
le paguen tributo.
Los reyes de Saba y de Arabia
le ofrezcan sus dones;
póstrense ante él todos los reyes,
y sírvanle todos los pueblos.

Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.
Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres.

Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.
Lo vieron andar sobre el mar
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 6, 45-52
Después de haberse saciado los cinco mil hombres, Jesús enseguida apremió a los discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran hacia la orilla de Betsaida, mientras él despedía a la gente. Y después de despedirse de ellos, se retiró al monte a orar.
Llegada la noche, la barca estaba en mitad del lago, y Jesús, solo, en tierra.
Viéndolos fatigados de remar, porque tenían viento contrario, a eso de la cuarta vigilia de la madrugada, fue hacia ellos andando sobre el mar, e hizo ademán de pasar de largo.
Ellos, viéndolo andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma y dieron un grito, porque todos lo vieron y se asustaron.
Pero él habló enseguida con ellos y les dice:
«Ánimo, soy yo, no tengáis miedo».
Entró en la barca con ellos, y amainó el viento.
Ellos estaban en el colmo del estupor, pues no habían comprendido lo de los panes, porque tenían la mente embotada.

Palabra de Dios

San Eulogio de Córdoba


Nació en Córdoba a comienzos del siglo IX y en esta ciudad ejerció su ministerio sacerdotal. Es el principal escritor de la Iglesia mozárabe, y uno de sus santos más importantes.

Dada la difícil situación de la comunidad cristiana española por la dominación árabe, san Eulogio fue siempre consuelo y aliento para todos los perseguidos por su fe.

Lo decapitaron, por vivir y confesar públicamente la fe cristiana, el 11 de marzo del año 859, cuando había sido preconizado arzobispo de Toledo; en España su fiesta se celebra el 9 de enero.

Oración: Señor y Dios nuestro: tú que, en la difícil situación de la Iglesia mozárabe, suscitaste en san Eulogio un espíritu heroico para la confesión intrépida de la fe, concédenos superar con gozo y energía, fortalecidos por ese mismo espíritu, todas nuestras situaciones adversas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Julián Mártir (+ 304) y Santa Basilisa Virgen (313)


Los Santos esposos Julián y Basilisa nacieron en el tercer siglo de la Iglesia, en Antioquía, capital de la Siria. Su vida nos ofrece el ejemplo de aquellas virtudes raras y sublimes, desconocidas a la gentilidad, que sólo la religión de Jesucristo podía producir entre los hombres: la virginidad en el matrimonio.

Julián era hijo único de una noble y rica familia, profundamente educado en la religión cristiana, tenía hecho voto de castidad cuando al cumplir los dieciocho años de edad sus padres se empeñaron en que contrajese matrimonio con una joven de igual nobleza, llamada Basilisa. Temeroso el virtuoso muchacho de faltar a su voto, pero sintiendo también desobedecer a sus padres, acude al Señor con la oración y el ayuno. Y dice la tradición que por celestial revelación le fue dado a conocer que con su esposa podría guardar la anhelada virginidad. Julián y Basilisa son milagrosamente arrastrados hacia el amor virginal; apareciéndoseles nuestro Señor Jesucristo, que aprueba su determinación de conservarse castos.

A este difícil sacrificio añadieron también el de la pobreza; desde aquel día consagran plenamente sus vidas a los demás. Reparten sus bienes entre los pobres y se retiran a vivir en dos casas situadas en las afueras de la ciudad que convierten en monasterios. A la de Julián acuden hombres de todas las clases sociales, para que les guíe con sus prudentes y santos consejos. A la de Basilisa una multitud de muchachas que, edificadas con el ejemplo de su virtud, muchas de ellas abrazan la vida religiosa viviendo en santa paz bajo su dirección. Muy pronto la fama de ambos esposos se extenderá por todo el Imperio.

Sin embargo el Señor, que quería que Julián padeciese solo, llamó a si a Basilisa antes que llegase a Siria la persecución de Diocleciano. Julián lloró la muerte de su esposa, y todos los días iba a hacer oración sobre su sepulcro.

Suscitada en aquel tiempo la persecución de Diocleciano y Maximiano contra el Cristianismo, se ordena apresar y encarcelar a Julián y a cuantos con él residen en su apacible monasterio. Llegado a Antioquía, el presidente Marciano, cruel ejecutor de los decretos imperiales contra los cristianos, le hizo prender inhumanamente y atormentar.

San Julián profesa con gran valentía ante el tirano su fe en Cristo Jesús. Hay expectación en la gente cuando Marciano, el juez, increpa con solemnidad a Julián: "Adora a los dioses". "No hay más omnipotente que Dios, Nuestro Padre". "Obedece los decretos del emperador". "Jesucristo es mi único César". "¿Crees en un Crucificado?" "Él tiene escuadrones inmortales". "Marcharás a la muerte". "El emperador de Roma también es polvo y en polvo se convertirá". "¿Te ríes de nuestros dioses y de nuestro emperador? Ante los tormentos no habrá réplicas". Marciano, viéndose fracasado intenta cambiar de táctica para vencerle: "Tus padres, Julián, fueron nobles. Te daremos honores". "Desde el cielo me alientan a permanecer fiel a mi santa religión".

Lleno de confusión, el magistrado condena a Julián a morir degollado. Fue el día 9 de Enero del año 308. Su gloriosa muerte arrastra hacia la fe en Cristo a muchos paganos, que admiran su firmeza. Y la proyección de su ejemplaridad se dilata a través de los siglos en la devoción de los fieles.

(Autor de parte del texto: José Gros y Raguer, San Julián)

lunes, 11 de marzo de 2019

Lecturas y Santoral 11/03/2019. Lunes de la primera semana de Cuaresma

Juzga con justicia a tu prójimo
Primera Lectura. Levítico 19, 1-2. 11-18

El Señor habló así a Moisés:
"Di a la comunidad de los hijos de Israel:
'Sed santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo.
No robaréis ni defraudaréis ni engañaréis unos a otros.
No juraréis en falso por mi nombre, profanando el nombre de tu Dios. Yo soy el Señor.
No explotarás a tu prójimo ni lo robarás. No dormirá contigo hasta la mañana siguiente el jornal del obrero.
No maldecirás al sordo ni pondrás tropiezo al ciego. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor.
No daréis sentencias injustas. No serás parcial ni por favorecer al pobre ni por honrar al rico. Juzga con justicia a tu prójimo.
No andarás difamando a tu gente, ni declararás en falso contra la vida de tu prójimo. Yo soy el Señor.
No odiarás de corazón a tu hermano, pero reprenderás a tu prójimo, para que no cargues tú con su pecado.
No te vengarás de los hijos de tu pueblo ni les guardarás rencor, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor'".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 18, 8. 9. 10. 15
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante.

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos.

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
El temor del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos.

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, Roca mía, Redentor mío.

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 25, 31-46
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
"Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones.
Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras.
Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha:
'Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme'.
Entonces los justos le contestarán:
'Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?'
Y el rey les dirá:
'En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis'.
Y entonces dirá a los de su izquierda:
'Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis'.
Entonces también estos contestarán:
'Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?'.
Él les replicará:
'En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo'.
Y estos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/



San Eulogio de Córdoba




Nació en Córdoba a comienzos del siglo IX y en esta ciudad ejerció su ministerio sacerdotal. Es el principal escritor de la Iglesia mozárabe, y uno de sus santos más importantes. Dada la difícil situación de la comunidad cristiana española por la dominación árabe, san Eulogio fue siempre consuelo y aliento para todos los perseguidos por su fe.

Lo decapitaron, por vivir y confesar públicamente la fe cristiana, el 11 de marzo del año 859, cuando había sido preconizado arzobispo de Toledo; en España su fiesta se celebra el 9 de enero.

Oración: Señor y Dios nuestro: tú que, en la difícil situación de la Iglesia mozárabe, suscitaste en san Eulogio un espíritu heroico para la confesión intrépida de la fe, concédenos superar con gozo y energía, fortalecidos por ese mismo espíritu, todas nuestras situaciones adversas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén


Santos Vicente, abad, Ramiro, prior, y doce monjes más, martirizados en León por los suevos († s. VI)




Jesús había prevenido a sus discípulos que nunca faltaría en la Iglesia la persecución. “Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán. Si fuerais del mundo, el mundo no os odiaría. Pero, como no sois del mundo, el mundo os perseguirá”. Así se ha cumplido siempre. Después de las persecuciones romanas, los herejes persiguieron a los católicos.

En el siglo VI dominaban en Galicia los suevos, que se habían inficionado de la herejía arriana. San Vicente era abad del monasterio de San Clodio, en la ciudad de León, y acérrimo defensor de la divinidad de Jesucristo. Este era el punto cardinal de la reñida controversia entre católicos y arrianos.

Reunieron un conciliábulo los herejes en la ciudad y citaron a Vicente con el ánimo de obligarle a abrazar la herejía. El abad se presentó, pero después de proclamar su fe y atacar la herejía, afirmó que no creía en otra fe que en la definida en el concilio de Nicea, y por ella estaba dispuesto a derramar su sangre, si fuera necesario.

Irritados los arrianos que no esperaban tanta valentía, descargaron contra él todo su furor y violencia, lo azotaron horriblemente y lo encerraron en un hediondo calabozo. Vicente, como ya les sucedió a los apóstoles y a tantos mártires, se sentía dichoso de sufrir por Jesucristo.

San Eutimio abad




San Eutimio abad nació el año 377 en Melitina, capital de la Pequeña Armenia. A los tres años quedó huérfano de padre, y a los diecinueve fue ordenado sacerdote y al poco tiempo fue nombrado archimandrita de todos los monasterios de alrededor de la ciudad. Hacia el año 405 ingresó en un monasterio.

Desde su estado monástico fue haciendo estancias por diversos monasterios; en primer lugar por los de los Santos Lugares, y luego visitó las célebres lauras de Pharan, Douka y Souka fundadas por san Caritón, para ver de retirarse en la más discreta, pues era brillantísimo a la par que afable y de buen trato, y la gloria le perseguía por doquier. Se decidió por la de Pharan, más próxima a Jerusalén. Pero al cabo de 5 años se vio impelido a abandonar aquel lugar y retirarse a la gruta de Dabor con otro santo varón, Teoctisto. Pero también allí fueron descubiertos, y se les agregaron otros cristianos deseosos de imitar aquella vida. Allí tuvo lugar en 421 la curación de Terebón, hijo de Aspebet, musulmán, que acudió desde Caldea en busca de Eutimio con gran séquito, y que al recobrar su hijo la salud instantáneamente por obra del ermitaño, se convirtió al cristianismo con todo su séquito.

Volvió a cambiar de lugar para poder entregarse a la oración y a la contemplación. Llegó a Sabel, al sur de Palestina, cerca del mar Muerto, donde estuvo en contacto más directo con los árabes, a quienes trataba como si fuesen sus propios hermanos, por lo que se convirtieron en gran número. Consiguió asimismo unificar la iglesia oriental en torno al concilio de Calcedonia, cuarto ecuménico y convirtió a la emperatriz Eudoxia.

San Eutimio obispo de Sades de Lidia, sufrió el martirio el año 840 por orden del emperador Teófilo. En el conflicto ocasionado por los iconoclastas, Eutimio se distinguió por el fervor con que defendió las imágenes en el culto religioso. Pero habiendo tomado partido el emperador Nicéforo por los iconoclastas, condenó a Eutimio al destierro, con el que empezó su calvario.

Santos Trofimo y Talo, Mártires


Trofimo y Talo eran dos hermanos, naturales de Estratónica, detenidos por ser cristianos, durante la persecución de Diocleciano. Se intentó lapidarlos, pero las piedras no llegaron a tocarlos; parecían estar protegidos por un escudo invisible que le hubiera enviado Dios.

Sorprendido el prefecto por este prodigio, dejó libres a los mártires, pero poco después fueron denunciados como cristianos y como ellos hicieran pública profesión de su fe en Jesús, se les condenó a morir despedazados por los garfios.

Los santos fueron atados a sendos caballetes y los verdugos comenzaron a arrancar trozos de sus cuerpos. En medio de los tormentos, no hacían sino rezar y burlarse de los paganos de modo que el prefecto ordenó que los crucificaran. Cuando por fin expiraron, los fieles recogieron los cuerpos y les dieron piadosa sepultura.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

miércoles, 9 de enero de 2019

Lecturas y Santoral 09/01/2019. Miércoles de la segunda semana de Navidad

Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros
Primera Lectura. Primera carta del apóstol san Juan 4, 11-18

Queridos hermanos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud.
En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo.
Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él.
Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él.
En esto ha llegado el amor a su plenitud con nosotros: en que tengamos confianza en el día del juicio, pues como él es, así somos nosotros en este mundo.
No hay temor en el amor, sino que el amor perfecto expulsa el temor, porque el temor tiene que ver con el castigo; quien teme no ha llegado a la plenitud en el amor.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 71, 1-2. 10-11. 12-13
Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.
Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.

Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.
Los reyes de Tarsis y de las islas
le paguen tributo.
Los reyes de Saba y de Arabia
le ofrezcan sus dones;
póstrense ante él todos los reyes,
y sírvanle todos los pueblos.

Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.
Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres.

Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
Lo vieron andar sobre el mar
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 6, 45-52
Después de haberse saciado los cinco mil hombres, Jesús enseguida apremió a los discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran hacia la orilla de Betsaida, mientras él despedía a la gente. Y después de despedirse de ellos, se retiró al monte a orar.
Llegada la noche, la barca estaba en mitad del lago, y Jesús, solo, en tierra.
Viéndolos fatigados de remar, porque tenían viento contrario, a eso de la cuarta vigilia de la madrugada, fue hacia ellos andando sobre el mar, e hizo ademán de pasar de largo.
Ellos, viéndolo andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma y dieron un grito, porque todos lo vieron y se asustaron.
Pero él habló enseguida con ellos y les dice:
"Ánimo, soy yo, no tengáis miedo".
Entró en la barca con ellos, y amainó el viento.
Ellos estaban en el colmo del estupor, pues no habían comprendido lo de los panes, porque tenían la mente embotada.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


San Eulogio de Córdoba


Nació en Córdoba a comienzos del siglo IX y en esta ciudad ejerció su ministerio sacerdotal. Es el principal escritor de la Iglesia mozárabe, y uno de sus santos más importantes.

Dada la difícil situación de la comunidad cristiana española por la dominación árabe, san Eulogio fue siempre consuelo y aliento para todos los perseguidos por su fe.

Lo decapitaron, por vivir y confesar públicamente la fe cristiana, el 11 de marzo del año 859, cuando había sido preconizado arzobispo de Toledo; en España su fiesta se celebra el 9 de enero.

Oración: Señor y Dios nuestro: tú que, en la difícil situación de la Iglesia mozárabe, suscitaste en san Eulogio un espíritu heroico para la confesión intrépida de la fe, concédenos superar con gozo y energía, fortalecidos por ese mismo espíritu, todas nuestras situaciones adversas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Julián Mártir (+ 304) y Santa Basilisa Virgen (313)


Los Santos esposos Julián y Basilisa nacieron en el tercer siglo de la Iglesia, en Antioquía, capital de la Siria. Su vida nos ofrece el ejemplo de aquellas virtudes raras y sublimes, desconocidas a la gentilidad, que sólo la religión de Jesucristo podía producir entre los hombres: la virginidad en el matrimonio.

Julián era hijo único de una noble y rica familia, profundamente educado en la religión cristiana, tenía hecho voto de castidad cuando al cumplir los dieciocho años de edad sus padres se empeñaron en que contrajese matrimonio con una joven de igual nobleza, llamada Basilisa. Temeroso el virtuoso muchacho de faltar a su voto, pero sintiendo también desobedecer a sus padres, acude al Señor con la oración y el ayuno. Y dice la tradición que por celestial revelación le fue dado a conocer que con su esposa podría guardar la anhelada virginidad. Julián y Basilisa son milagrosamente arrastrados hacia el amor virginal; apareciéndoseles nuestro Señor Jesucristo, que aprueba su determinación de conservarse castos.

A este difícil sacrificio añadieron también el de la pobreza; desde aquel día consagran plenamente sus vidas a los demás. Reparten sus bienes entre los pobres y se retiran a vivir en dos casas situadas en las afueras de la ciudad que convierten en monasterios. A la de Julián acuden hombres de todas las clases sociales, para que les guíe con sus prudentes y santos consejos. A la de Basilisa una multitud de muchachas que, edificadas con el ejemplo de su virtud, muchas de ellas abrazan la vida religiosa viviendo en santa paz bajo su dirección. Muy pronto la fama de ambos esposos se extenderá por todo el Imperio.

Sin embargo el Señor, que quería que Julián padeciese solo, llamó a si a Basilisa antes que llegase a Siria la persecución de Diocleciano. Julián lloró la muerte de su esposa, y todos los días iba a hacer oración sobre su sepulcro.

Suscitada en aquel tiempo la persecución de Diocleciano y Maximiano contra el Cristianismo, se ordena apresar y encarcelar a Julián y a cuantos con él residen en su apacible monasterio. Llegado a Antioquía, el presidente Marciano, cruel ejecutor de los decretos imperiales contra los cristianos, le hizo prender inhumanamente y atormentar.

San Julián profesa con gran valentía ante el tirano su fe en Cristo Jesús. Hay expectación en la gente cuando Marciano, el juez, increpa con solemnidad a Julián: "Adora a los dioses". "No hay más omnipotente que Dios, Nuestro Padre". "Obedece los decretos del emperador". "Jesucristo es mi único César". "¿Crees en un Crucificado?" "Él tiene escuadrones inmortales". "Marcharás a la muerte". "El emperador de Roma también es polvo y en polvo se convertirá". "¿Te ríes de nuestros dioses y de nuestro emperador? Ante los tormentos no habrá réplicas". Marciano, viéndose fracasado intenta cambiar de táctica para vencerle: "Tus padres, Julián, fueron nobles. Te daremos honores". "Desde el cielo me alientan a permanecer fiel a mi santa religión".

Lleno de confusión, el magistrado condena a Julián a morir degollado. Fue el día 9 de Enero del año 308. Su gloriosa muerte arrastra hacia la fe en Cristo a muchos paganos, que admiran su firmeza. Y la proyección de su ejemplaridad se dilata a través de los siglos en la devoción de los fieles.

(Autor de parte del texto: José Gros y Raguer, San Julián)

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

domingo, 11 de marzo de 2018

Lecturas y Santoral 11/03/2018. Domingo de la cuarta semana de Cuaresma

La ira y la misericordia del Señor serán manifestadas en el exilio y en la liberación del pueblo
Primera Lectura. Segundo libro de las Crónicas 36, 14-16. 19-23
En aquellos días, todos los jefes, los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, imitando las aberraciones de los pueblos y profanando el templo del Señor, que él había consagrado en Jerusalén.
El Señor, Dios de sus padres, les enviaba mensajeros a diario porque sentía lástima de su pueblo y de su morada; pero ellos escarnecían a los mensajeros de Dios, se reían de sus palabras y se burlaban de sus profetas, hasta que la ira del Señor se encendió irremediablemente contra su pueblo.
Incendiaron el templo de Dios, derribaron la muralla de Jerusalén, incendiaron todos sus palacios y destrozaron todos los objetos valiosos. Deportó a Babilonia a todos los que habían escapado de la espada. Fueron esclavos suyos y de sus hijos hasta el advenimiento del reino persa. Así se cumplió lo que había dicho Dios por medio de Jeremías:
"Hasta que la tierra pague los sábados, descansará todos los días de la desolación, hasta cumplirse setenta años".
En el año primero de Ciro, rey de Persia, para cumplir lo que había dicho Dios por medio de Jeremías, el Señor movió a Ciro, rey de Persia, a promulgar de palabra y por escrito en todo su reino:
"Así dice Ciro, rey de Persia:
El Señor, Dios del cielo, me ha entregado todos los reinos de la tierra. Él me ha encargado construirle un templo en Jerusalén de Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a ese pueblo, puede volver. ¡Que el Señor, su Dios, esté con él !".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 136, 1-2. 3. 4. 5. 6
Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.
Junto a los canales de Babilonia
nos sentamos a llorar
con nostalgia de Sión;
en los sauces de sus orillas
colgábamos nuestras cítaras.

Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.
Allí los que nos deportaron
nos invitaban a cantar;
nuestros opresores, a divertirlos:
"Cantadnos un cantar de Sión."

Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.
¡Cómo cantar un cántico del Señor
en tierra extranjera!
Si me olvido de ti, Jerusalén,
que se me paralice la mano derecha.

Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.
Que se me pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti,
si no pongo a Jerusalén
en la cumbre de mis alegrías.

Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Muertos por los pecados, estáis salvados por pura gracia
Segunda Lectura. Carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 4-10
Hermanos:
Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo - estáis salvados por pura gracia -, nos ha resucitado con Cristo Jesús, nos ha sentado en el cielo con él, para revelar en los tiempos venideros la inmensa riqueza de su gracia, mediante su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
En efecto, por su gracia estáis salvados, mediante la fe. Y esto no viene de vosotros; es don de Dios. Tampoco viene de las obras, para que nadie pueda presumir.
Somos, pues, obra suya. Dios nos ha creado en Cristo Jesús para que nos dediquemos a las buenas obras, que de antemano dispuso él que practicásemos.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Dios envió a su Hijo para que el mundo se salve por él
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 3, 14-21
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
"Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su Unigénito para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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San Eulogio de Córdoba


Nació en Córdoba a comienzos del siglo IX y en esta ciudad ejerció su ministerio sacerdotal. Es el principal escritor de la Iglesia mozárabe, y uno de sus santos más importantes. Dada la difícil situación de la comunidad cristiana española por la dominación árabe, san Eulogio fue siempre consuelo y aliento para todos los perseguidos por su fe.

Lo decapitaron, por vivir y confesar públicamente la fe cristiana, el 11 de marzo del año 859, cuando había sido preconizado arzobispo de Toledo; en España su fiesta se celebra el 9 de enero.

Oración: Señor y Dios nuestro: tú que, en la difícil situación de la Iglesia mozárabe, suscitaste en san Eulogio un espíritu heroico para la confesión intrépida de la fe, concédenos superar con gozo y energía, fortalecidos por ese mismo espíritu, todas nuestras situaciones adversas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén



Santos Vicente, abad, Ramiro, prior, y doce monjes más, martirizados en León por los suevos († s. VI)

Jesús había prevenido a sus discípulos que nunca faltaría en la Iglesia la persecución. “Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán. Si fuerais del mundo, el mundo no os odiaría. Pero, como no sois del mundo, el mundo os perseguirá”. Así se ha cumplido siempre. Después de las persecuciones romanas, los herejes persiguieron a los católicos.

En el siglo VI dominaban en Galicia los suevos, que se habían inficionado de la herejía arriana. San Vicente era abad del monasterio de San Clodio, en la ciudad de León, y acérrimo defensor de la divinidad de Jesucristo. Este era el punto cardinal de la reñida controversia entre católicos y arrianos.

Reunieron un conciliábulo los herejes en la ciudad y citaron a Vicente con el ánimo de obligarle a abrazar la herejía. El abad se presentó, pero después de proclamar su fe y atacar la herejía, afirmó que no creía en otra fe que en la definida en el concilio de Nicea, y por ella estaba dispuesto a derramar su sangre, si fuera necesario.

Irritados los arrianos que no esperaban tanta valentía, descargaron contra él todo su furor y violencia, lo azotaron horriblemente y lo encerraron en un hediondo calabozo. Vicente, como ya les sucedió a los apóstoles y a tantos mártires, se sentía dichoso de sufrir por Jesucristo.

San Eutimio abad

San Eutimio abad nació el año 377 en Melitina, capital de la Pequeña Armenia. A los tres años quedó huérfano de padre, y a los diecinueve fue ordenado sacerdote y al poco tiempo fue nombrado archimandrita de todos los monasterios de alrededor de la ciudad. Hacia el año 405 ingresó en un monasterio.

Desde su estado monástico fue haciendo estancias por diversos monasterios; en primer lugar por los de los Santos Lugares, y luego visitó las célebres lauras de Pharan, Douka y Souka fundadas por san Caritón, para ver de retirarse en la más discreta, pues era brillantísimo a la par que afable y de buen trato, y la gloria le perseguía por doquier. Se decidió por la de Pharan, más próxima a Jerusalén. Pero al cabo de 5 años se vio impelido a abandonar aquel lugar y retirarse a la gruta de Dabor con otro santo varón, Teoctisto. Pero también allí fueron descubiertos, y se les agregaron otros cristianos deseosos de imitar aquella vida. Allí tuvo lugar en 421 la curación de Terebón, hijo de Aspebet, musulmán, que acudió desde Caldea en busca de Eutimio con gran séquito, y que al recobrar su hijo la salud instantáneamente por obra del ermitaño, se convirtió al cristianismo con todo su séquito.

Volvió a cambiar de lugar para poder entregarse a la oración y a la contemplación. Llegó a Sabel, al sur de Palestina, cerca del mar Muerto, donde estuvo en contacto más directo con los árabes, a quienes trataba como si fuesen sus propios hermanos, por lo que se convirtieron en gran número. Consiguió asimismo unificar la iglesia oriental en torno al concilio de Calcedonia, cuarto ecuménico y convirtió a la emperatriz Eudoxia.

San Eutimio obispo de Sades de Lidia, sufrió el martirio el año 840 por orden del emperador Teófilo. En el conflicto ocasionado por los iconoclastas, Eutimio se distinguió por el fervor con que defendió las imágenes en el culto religioso. Pero habiendo tomado partido el emperador Nicéforo por los iconoclastas, condenó a Eutimio al destierro, con el que empezó su calvario.

Santos Trofimo y Talo, Mártires

Trofimo y Talo eran dos hermanos, naturales de Estratónica, detenidos por ser cristianos, durante la persecución de Diocleciano. Se intentó lapidarlos, pero las piedras no llegaron a tocarlos; parecían estar protegidos por un escudo invisible que le hubiera enviado Dios.

Sorprendido el prefecto por este prodigio, dejó libres a los mártires, pero poco después fueron denunciados como cristianos y como ellos hicieran pública profesión de su fe en Jesús, se les condenó a morir despedazados por los garfios.

Los santos fueron atados a sendos caballetes y los verdugos comenzaron a arrancar trozos de sus cuerpos. En medio de los tormentos, no hacían sino rezar y burlarse de los paganos de modo que el prefecto ordenó que los crucificaran. Cuando por fin expiraron, los fieles recogieron los cuerpos y les dieron piadosa sepultura.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, aciprensa.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, www.corazones.org, vatican.va, catholic.net, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

martes, 9 de enero de 2018

Lecturas y Santoral 09/01/2018. Martes de la primera semana del Tiempo Ordinario

El Señor se acordó de Ana, y dio a luz a Samuel
Primera Lectura. primer libro de Samuel 1, 9-20

En aquellos días, se levantó Ana, después de comer y beber en Siló. El sacerdote Elí estaba sentado en el sitial junto a una de las jambas del templo del Señor. Ella se puso a implorar al Señor con el ánimo amargado, y lloró copiosamente. E hizo este voto:
-"Señor del universo, si miras la aflicción de tu sierva y te acuerdas de mi y no olvidas a tu sierva, y concedes a tu sierva un retoño varón, lo ofreceré al Señor por todos los días de su vida, y la navaja no pasará por su cabeza. "
Mientras insistía implorando ante el Señor, Elí observaba su boca. Ana hablaba para sí en su corazón; solo sus labios se movían, más su voz no se oía. Elí la creyó borracha.
Entonces le dijo:
-"¿Hasta cuándo vas a seguir borracha? Echa el vino. que llevas dentro"
Pero Ana tomó la palabra y respondió:
-"No, mi Señor, yo soy una mujer de espíritu tenaz. No he bebido vino ni licor, solo desahogaba mi alma ante el Señor. No trates a tu sierva como a una perdida, pues he hablado así por mi gran congoja y aflicción."
Elí le dijo:
-"Vete en paz y que el Dios de Israel te conceda el favor que le has pedido."
Ella respondió:
-"Que tu sierva encuentre gracia a tus ojos ."
Luego, la mujer emprendió su camino, comió y su semblante no fue ya el mismo-
Se levantaron de madrugada y se postraron ante el Señor. Después se volvieron y llegaron a su casa de Ramá.
Elcaná se unió a Ana, su mujer, y el Señor se acordó de ella.
Al cabo de los días Ana concibió y dio a luz un hijo al que puso por nombre Samuel, diciendo:
-"Se lo pedí a Señor."

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Salmo Responsorial. IS 2, 1. 4-5. 6-7. 8abcd
Mi corazón se regocija en el Señor, mi salvador.
Mi corazón se regocija por el Señor,
mi poder se exalta por Dios;
mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación.

Mi corazón se regocija en el Señor, mi salvador.
Se rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor.
Los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos engordan;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos queda baldía.

Mi corazón se regocija en el Señor, mi salvador.
El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece.

Mi corazón se regocija en el Señor, mi salvador.
El levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria.

Mi corazón se regocija en el Señor, mi salvador.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Les enseñaba con autoridad
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 1, 21-28
En la ciudad de Cafarnaún, el sábado entra Jesús en la sinagoga a enseñar; estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas. Había precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar:
"¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios".
Jesús lo increpó:
"Cállate y sal de él".
El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él. Todos se preguntaron estupefactos:
"¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos y lo obedecen".
Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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San Eulogio de Córdoba


Nació en Córdoba a comienzos del siglo IX y en esta ciudad ejerció su ministerio sacerdotal. Es el principal escritor de la Iglesia mozárabe, y uno de sus santos más importantes.

Dada la difícil situación de la comunidad cristiana española por la dominación árabe, san Eulogio fue siempre consuelo y aliento para todos los perseguidos por su fe.

Lo decapitaron, por vivir y confesar públicamente la fe cristiana, el 11 de marzo del año 859, cuando había sido preconizado arzobispo de Toledo; en España su fiesta se celebra el 9 de enero.

Oración: Señor y Dios nuestro: tú que, en la difícil situación de la Iglesia mozárabe, suscitaste en san Eulogio un espíritu heroico para la confesión intrépida de la fe, concédenos superar con gozo y energía, fortalecidos por ese mismo espíritu, todas nuestras situaciones adversas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Julián Mártir (+ 304) y Santa Basilisa Virgen (313)


Los Santos esposos Julián y Basilisa nacieron en el tercer siglo de la Iglesia, en Antioquía, capital de la Siria. Su vida nos ofrece el ejemplo de aquellas virtudes raras y sublimes, desconocidas a la gentilidad, que sólo la religión de Jesucristo podía producir entre los hombres: la virginidad en el matrimonio.

Julián era hijo único de una noble y rica familia, profundamente educado en la religión cristiana, tenía hecho voto de castidad cuando al cumplir los dieciocho años de edad sus padres se empeñaron en que contrajese matrimonio con una joven de igual nobleza, llamada Basilisa. Temeroso el virtuoso muchacho de faltar a su voto, pero sintiendo también desobedecer a sus padres, acude al Señor con la oración y el ayuno. Y dice la tradición que por celestial revelación le fue dado a conocer que con su esposa podría guardar la anhelada virginidad. Julián y Basilisa son milagrosamente arrastrados hacia el amor virginal; apareciéndoseles nuestro Señor Jesucristo, que aprueba su determinación de conservarse castos.

A este difícil sacrificio añadieron también el de la pobreza; desde aquel día consagran plenamente sus vidas a los demás. Reparten sus bienes entre los pobres y se retiran a vivir en dos casas situadas en las afueras de la ciudad que convierten en monasterios. A la de Julián acuden hombres de todas las clases sociales, para que les guíe con sus prudentes y santos consejos. A la de Basilisa una multitud de muchachas que, edificadas con el ejemplo de su virtud, muchas de ellas abrazan la vida religiosa viviendo en santa paz bajo su dirección. Muy pronto la fama de ambos esposos se extenderá por todo el Imperio.

Sin embargo el Señor, que quería que Julián padeciese solo, llamó a si a Basilisa antes que llegase a Siria la persecución de Diocleciano. Julián lloró la muerte de su esposa, y todos los días iba a hacer oración sobre su sepulcro.

Suscitada en aquel tiempo la persecución de Diocleciano y Maximiano contra el Cristianismo, se ordena apresar y encarcelar a Julián y a cuantos con él residen en su apacible monasterio. Llegado a Antioquía, el presidente Marciano, cruel ejecutor de los decretos imperiales contra los cristianos, le hizo prender inhumanamente y atormentar.

San Julián profesa con gran valentía ante el tirano su fe en Cristo Jesús. Hay expectación en la gente cuando Marciano, el juez, increpa con solemnidad a Julián: "Adora a los dioses". "No hay más omnipotente que Dios, Nuestro Padre". "Obedece los decretos del emperador". "Jesucristo es mi único César". "¿Crees en un Crucificado?" "Él tiene escuadrones inmortales". "Marcharás a la muerte". "El emperador de Roma también es polvo y en polvo se convertirá". "¿Te ríes de nuestros dioses y de nuestro emperador? Ante los tormentos no habrá réplicas". Marciano, viéndose fracasado intenta cambiar de táctica para vencerle: "Tus padres, Julián, fueron nobles. Te daremos honores". "Desde el cielo me alientan a permanecer fiel a mi santa religión".

Lleno de confusión, el magistrado condena a Julián a morir degollado. Fue el día 9 de Enero del año 308. Su gloriosa muerte arrastra hacia la fe en Cristo a muchos paganos, que admiran su firmeza. Y la proyección de su ejemplaridad se dilata a través de los siglos en la devoción de los fieles.

(Autor de parte del texto: José Gros y Raguer, San Julián)

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"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

sábado, 11 de marzo de 2017

Lecturas y Santoral 11/03/2017. Sábado de la primera semana de Cuaresma

Serás el pueblo santo del Señor, tu Dios
Primera Lectura. Deuteronomio 26,16-19
Moisés habló al pueblo, diciendo:
"Hoy el Señor, tu Dios, te manda que cumplas estos mandatos y decretos. Acátalos y cúmplelos con todo tu corazón y con toda tu alma.
Hoy has elegido al Señor para que el que él sea tu Dios y tú vayas por sus caminos, observes sus mandatos, preceptos y decretos, y escuches su voz. Y el Señor te ha elegido para que seas su propio pueblo, como te prometió, y observes todos sus preceptos.
Él te elevará en gloria, nombre y esplendor, por encima de todas las naciones que ha hecho, y serás el pueblo santo del Señor, como prometió".

Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial. 118, 1-2. 4-5. 7-8
Dichoso el que camina en la ley del Señor.
Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la ley del Señor;
dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón.

Dichoso el que camina en la ley del Señor.
Tú promulgas tus mandatos
para que se observen exactamente.
Ojalá esté firme mi camino,
para cumplir tus decretos.

Dichoso el que camina en la ley del Señor.
Te alabaré con sincero corazón
cuando aprenda tus justos mandamientos.
Quiero guardar tus decretos exactamente,
tú no me abandones.

Dichoso el que camina en la ley del Señor.
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Sed perfectos como vuestro Padre celestial
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 5, 43-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
"Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto".

Palabra de Dios.

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Santos Vicente, abad, Ramiro, prior, y doce monjes más, martirizados en León por los suevos († s. VI)
Jesús había prevenido a sus discípulos que nunca faltaría en la Iglesia la persecución. “Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán. Si fuerais del mundo, el mundo no os odiaría. Pero, como no sois del mundo, el mundo os perseguirá”. Así se ha cumplido siempre. Después de las persecuciones romanas, los herejes persiguieron a los católicos.

En el siglo VI dominaban en Galicia los suevos, que se habían inficionado de la herejía arriana. San Vicente era abad del monasterio de San Clodio, en la ciudad de León, y acérrimo defensor de la divinidad de Jesucristo. Este era el punto cardinal de la reñida controversia entre católicos y arrianos.

Reunieron un conciliábulo los herejes en la ciudad y citaron a Vicente con el ánimo de obligarle a abrazar la herejía. El abad se presentó, pero después de proclamar su fe y atacar la herejía, afirmó que no creía en otra fe que en la definida en el concilio de Nicea, y por ella estaba dispuesto a derramar su sangre, si fuera necesario.

Irritados los arrianos que no esperaban tanta valentía, descargaron contra él todo su furor y violencia, lo azotaron horriblemente y lo encerraron en un hediondo calabozo. Vicente, como ya les sucedió a los apóstoles y a tantos mártires, se sentía dichoso de sufrir por Jesucristo.

Santos Trofimo y Talo, Mártires
Trofimo y Talo eran dos hermanos, naturales de Estratónica, detenidos por ser cristianos, durante la persecución de Diocleciano. Se intentó lapidarlos, pero las piedras no llegaron a tocarlos; parecían estar protegidos por un escudo invisible que le hubiera enviado Dios.

Sorprendido el prefecto por este prodigio, dejó libres a los mártires, pero poco después fueron denunciados como cristianos y como ellos hicieran pública profesión de su fe en Jesús, se les condenó a morir despedazados por los garfios.

Los santos fueron atados a sendos caballetes y los verdugos comenzaron a arrancar trozos de sus cuerpos. En medio de los tormentos, no hacían sino rezar y burlarse de los paganos de modo que el prefecto ordenó que los crucificaran. Cuando por fin expiraron, los fieles recogieron los cuerpos y les dieron piadosa sepultura.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, aciprensa.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, www.corazones.org, vatican.va, catholic.net, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."