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viernes, 28 de mayo de 2021

Lecturas y Santoral 28/05/2021. Viernes de la octava semana de Tiempo Ordinario

Nuestros padres fueron hombres de bien y su nombre vive por generaciones
Primera Lectura. Eclesiástico 44, 1. 9-13
Hagamos el elogio de los hombres de bien, de la serie de nuestros antepasados. Hay quienes no dejaron recuerdo, y acabaron al acabar su vida: fueron como si no hubieran sido, y lo mismo sus hijos tras ellos. No así los hombres de bien, su esperanza no se acabó; sus bienes perduran en su descendencia, su heredad pasa de hijos a nietos. Sus hijos siguen fieles a la alianza, y también sus nietos, gracias a ellos. Su recuerdo dura por siempre, su caridad no se olvidará.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 149, 1-2. 3-4. 5-6a y 9b

El Señor ama a su pueblo.

Cantad al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sión por su Rey.

El Señor ama a su pueblo.

Alabad su nombre con danzas, cantadle con tambores y cítaras; porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes.

El Señor ama a su pueblo.

Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas: con vítores a Dios en la boca; es un honor para todos sus fieles.

El Señor ama a su pueblo.

Mi casa será casa de oración para todos los pueblos. Tened fe en Dios
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 11, 11-26
Después que la muchedumbre lo hubo aclamado, entró Jesús en Jerusalén, derecho hasta el templo, lo estuvo observando todo y, como era ya tarde, se marchó a Betania con los Doce. Al día siguiente, cuando salió de Betania, sintió hambre. Vio de lejos una higuera con hojas y se acercó para ver si encontraba algo; al llegar no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos. Entonces le dijo: «Nunca jamás coma nadie de ti.» Los discípulos lo oyeron. Llegaron a Jerusalén, entró en el templo y se puso a echar a los que traficaban allí, volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas. Y no consentía a nadie transportar objetos por el templo. Y los instruía, diciendo: «¿No está escrito: “Mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblos” Vosotros, en cambio, la habéis convertido en cueva de bandidos». Se enteraron los sumos sacerdotes y los escribas y, como le tenían miedo, porque todo el mundo estaba asombrado de su doctrina, buscaban una manera de acabar con él. Cuando atardeció, salieron de la ciudad. A la mañana siguiente, al pasar, vieron la higuera seca de raíz. Pedro cayó en la cuenta y dijo a Jesús: «Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado». Jesús contestó: «Tened fe en Dios. Os aseguro que si uno dice a este monte: “Quítate de ahí y tírate al mar”, no con dudas, sino con fe en que sucederá lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: Cualquier cosa que pidáis en la oración, creed que os la han concedido, y la obtendréis. Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que también vuestro Padre del cielo os perdone vuestras culpas».

Palabra de Dios


San Germán de parís (496-576)

Debió de nacer en las cercanías de Autun, en la Borgoña, en el seno de una familia numerosa y complicada de la que estuvo a punto de ser mártir; su tío, que hacía vida eremítica, se lo llevó con él, y así vivieron en la soledad quince años; durante su santo aprendizaje, se interesó por el joven el obispo de Autun, quien le hizo sacerdote para luego nombrarle abad de San Sinforiano.

La fama de sus virtudes y su lucha sin tregua contra la esclavitud y el paganismo atrajeron la atención del rey Childeberto, que le nombró obispo de París, y empiezan así sus esfuerzos por cristianizar las costumbres del soberano franco, que buena falta le hacía, y de los magnates de su corte.

Las caridades de Germán no tienen límite, y cuando el rey le abre sus arcas, hace fundir su vajilla de plata y le entrega además la cadena de oro que adornaba su cuello, el obispo se lo agradece exhortándole a ser más generoso aún: "No dejéis de dar, la Providencia es una fuente que nunca se seca".

También hace milagros para salvar vidas apagando con sus oraciones el incendio de una casa, y al ver que los que no pueden pagar los impuestos llenan las cárceles, cae de rodillas ante las prisiones implorando al Cielo su libertad, y en seguida las puertas se abren solas (por eso en su escudo hay cadenas y llamas).

Antes de morir octogenario, el santo obispo funda en las afueras de París una abadía dedicada a san Vicente, una de cuyas reliquias acababa de recibir de Zaragoza; allí será enterrado, y la iglesia, con las transformaciones de muchos siglos de historia, aún hoy perpetúa su nombre en la ciudad, que es también el de un barrio famoso en el mundo entero, Saint-Germain-des-Prés.

Santa María Ana de Jesús de Paredes

Nació en Quito (Ecuador) el año 1618, en el seno de una familia piadosa y acomodada. Huérfana desde la niñez, consagró a Dios su virginidad y, al no poder entrar en ningún monasterio, emprendió en su casa una vida ascética, dedicada a la oración, el ayuno y otros ejercicios piadosos. A la vez, se entregó con gozo y amor a la ayuda espiritual de sus compatriotas sin distinción de raza ni color: enseñaba el catecismo a los niños, visitaba a enfermos, socorría a pobres, consolaba a las personas atribuladas, atendía las necesidades de los indígenas pobres y de los negros, hubiera querido llevar la fe a los indios.

Fue particularmente devota de la Pasión de Cristo. Formada en el espíritu ignaciano, ingresó luego en la Tercera Orden Franciscana. Además, fue lectora asidua de las obras de santa Teresa de Jesús. Murió en Quito el 26 de mayo de 1645 [la Familia franciscana celebra su memoria el 28 de mayo]. Es patrona del Ecuador.

Oración: Señor, Dios de misericordia, que hiciste florecer, junto con la virtud de la pureza, la austeridad de la penitencia, como lirio entre espinas, en santa María Ana de Jesús, que vivió en medio de un mundo corrompido, concédenos, por su intercesión, vernos libres de los vicios de nuestro tiempo y tender a la perfección cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

jueves, 28 de mayo de 2020

Lecturas y Santoral 28/05/2020. Jueves de la séptima semana de Pascua

Tienes que dar testimonio en Romas
Primera Lectura. Hechos de los Apóstoles 22, 30; 23, 6-11
En aquellos días, queriendo el tribuno conocer con certeza los motivos por los que los judíos acusaban a Pablo, mandó desatarlo, ordenó que se reunieran los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno, bajando a Pablo, lo presentó ante ellos. Pablo sabía que una parte eran fariseos y otra saduceos y gritó en el Sanedrín: «Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo, se me está juzgando por la esperanza en la resurrección de los muertos». Apenas dijo esto, se produjo un altercado entre fariseos y saduceos, y la asamblea quedó dividida. (Los saduceos sostienen que no hay resurrección, ni ángeles, ni espíritus, mientras que los fariseos admiten ambas cosas) Se armó un gran griterío, y algunos escribas del partido fariseo se pusieron en pie, porfiando: «No encontramos nada malo en este hombre; ¿y si le ha hablado un espíritu o un ángel?». El altercado arreciaba, y el tribuno, temiendo que hicieran pedazos a Pablo, mandó bajar a la guarnición para sacarlo de allí y llevárselo al cuartel. La noche siguiente, el Señor se le presentó y le dijo: «¡Animo! Lo mismo que has dado testimonio en Jerusalén de lo que a mí se refiere, tienes que darlo en Roma». 

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 15, 1-2 y 5. 7-8. 9-10. 11
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti. 
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; 
yo digo al Señor: «Tú eres mi Dios». 
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa, 
mi suerte está en tu mano. 

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti. 
Bendeciré al Señor que me aconseja, 
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor, 
con él a mi derecha no vacilaré. 

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti. 
Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, 
y mi carne descansa esperanzada. 
Porque no me abandonarás en la región de los muertos, 
ni dejarás a tu fiel ver la corrupción. 

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti. 
Me enseñarás el sendero de la vida, 
me saciarás de gozo en tu presencia, 
de alegría perpetua a tu derecha. 

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
¡Que sean completamente uno!
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 17, 20-26
En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, oró, Jesús diciendo: «No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí. Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos». 

Palabra de Dios


San Germán de parís (496-576)

Debió de nacer en las cercanías de Autun, en la Borgoña, en el seno de una familia numerosa y complicada de la que estuvo a punto de ser mártir; su tío, que hacía vida eremítica, se lo llevó con él, y así vivieron en la soledad quince años; durante su santo aprendizaje, se interesó por el joven el obispo de Autun, quien le hizo sacerdote para luego nombrarle abad de San Sinforiano.

La fama de sus virtudes y su lucha sin tregua contra la esclavitud y el paganismo atrajeron la atención del rey Childeberto, que le nombró obispo de París, y empieza así sus esfuerzos por cristianizar las costumbres del soberano franco, que buena falta le hacía, y de los magnates de su corte.

Las caridades de Germán no tienen límite, y cuando el rey le abre sus arcas, hace fundir su vajilla de plata y le entrega además la cadena de oro que adornaba su cuello, el obispo se lo agradece exhortándole a ser más generoso aún: "No dejéis de dar, la Providencia es una fuente que nunca se seca".

También hace milagros para salvar vidas apagando con sus oraciones el incendio de una casa, y al ver que los que no pueden pagar los impuestos llenan las cárceles, cae de rodillas ante las prisiones implorando al Cielo su libertad, y en seguida las puertas se abren solas (por eso en su escudo hay cadenas y llamas).

Antes de morir octogenario, el santo obispo funda en las afueras de París una abadía dedicada a san Vicente, una de cuyas reliquias acababa de recibir de Zaragoza; allí será enterrado, y la iglesia, con las transformaciones de muchos siglos de historia, aún hoy perpetúa su nombre en la ciudad, que es también el de un barrio famoso en el mundo entero, Saint-Germain-des-Prés.


Santa María Ana de Jesús de Paredes

Nació en Quito (Ecuador) el año 1618, en el seno de una familia piadosa y acomodada. Huérfana desde la niñez, consagró a Dios su virginidad y, al no poder entrar en ningún monasterio, emprendió en su casa una vida ascética, dedicada a la oración, el ayuno y otros ejercicios piadosos. A la vez, se entregó con gozo y amor a la ayuda espiritual de sus compatriotas sin distinción de raza ni color: enseñaba el catecismo a los niños, visitaba a enfermos, socorría a pobres, consolaba a las personas atribuladas, atendía las necesidades de los indígenas pobres y de los negros, hubiera querido llevar la fe a los indios.

Fue particularmente devota de la Pasión de Cristo. Formada en el espíritu ignaciano, ingresó luego en la Tercera Orden Franciscana. Además, fue lectora asidua de las obras de santa Teresa de Jesús. Murió en Quito el 26 de mayo de 1645 [la Familia franciscana celebra su memoria el 28 de mayo]. Es patrona del Ecuador.

Oración: Señor, Dios de misericordia, que hiciste florecer, junto con la virtud de la pureza, la austeridad de la penitencia, como lirio entre espinas, en santa María Ana de Jesús, que vivió en medio de un mundo corrompido, concédenos, por su intercesión, vernos libres de los vicios de nuestro tiempo y tender a la perfección cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

martes, 28 de mayo de 2019

Lecturas y Santoral 28/05/2019. Martes de la sexta semana de Pascua

Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia.
Primera Lectura. Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 16, 22-34

En aquellos días, la plebe de Filipos se amotinó contra Pablo y Silas, y los magistrados ordenaron que les arrancaran los vestidos y que los azotaran con varas; después de molerlos a palos, los metieron en la cárcel, encargando al carcelero que los vigilara bien; según la orden recibida, los metió en la mazmorra y les sujetó los pies en el cepo.
A eso de media noche, Pablo y Silas oraban cantando himnos a Dios. Los otros presos los escuchaban. De repente, vino una terremoto tan violento que temblaron los cimientos de la cárcel. Al momento se abrieron todas las puertas, y a todos se les soltaron las cadenas. El carcelero se despertó y, al ver las puertas de la cárcel de par en par, sacó la espada para suicidarse, imaginando que los presos se habían fugado. Pero Pablo lo llamó a gritos, diciendo:
«No te hagas daño alguno, que estamos todos aquí».
El carcelero pidió una lámpara, saltó dentro, y se echó temblando a los pies de Pablo y Silas; los sacó fuera y les preguntó:
«Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?».
Le contestaron:
«Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia».
Y le explicaron la Palabra del Señor, a él y a todos los de su casa.
A aquellas horas de la noche, el carcelero los tomo consigo, les lavó las heridas, y se bautizó en seguida con todos los suyos; los subió a su casa, les preparó la mesa, y celebraron una fiesta de familia por haber creído en Dios.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 137, 1-2a. 2bc y 3. 7c-8
Tu derecha me salva, Señor.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
porque escuchaste las palabras de mi boca;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario.

Tu derecha me salva, Señor.
Daré gracias a tu nombre
por tu misericordia y tu lealtad.
porque tu promesa supera tu fama
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma.

Tu derecha me salva, Señor.
Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo:
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos.

Tu derecha me salva, Señor.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
Si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 16, 5-11
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: "¿Adónde vas?" Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el corazón. Sin embargo, os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito. En cambio, si me voy, os lo enviaré.
Y cuando venga, dejará convicto al mundo acerca de un pecado, de una justicia y de una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; de una condena, porque el príncipe de este mundo está condenado».

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


San Germán de parís (496-576)


Debió de nacer en las cercanías de Autun, en la Borgoña, en el seno de una familia numerosa y complicada de la que estuvo a punto de ser mártir; su tío, que hacía vida eremítica, se lo llevó con él, y así vivieron en la soledad quince años; durante su santo aprendizaje, se interesó por el joven el obispo de Autun, quien le hizo sacerdote para luego nombrarle abad de San Sinforiano.

La fama de sus virtudes y su lucha sin tregua contra la esclavitud y el paganismo atrajeron la atención del rey Childeberto, que le nombró obispo de París, y empieza así sus esfuerzos por cristianizar las costumbres del soberano franco, que buena falta le hacía, y de los magnates de su corte.

Las caridades de Germán no tienen límite, y cuando el rey le abre sus arcas, hace fundir su vajilla de plata y le entrega además la cadena de oro que adornaba su cuello, el obispo se lo agradece exhortándole a ser más generoso aún: "No dejéis de dar, la Providencia es una fuente que nunca se seca".

También hace milagros para salvar vidas apagando con sus oraciones el incendio de una casa, y al ver que los que no pueden pagar los impuestos llenan las cárceles, cae de rodillas ante las prisiones implorando al Cielo su libertad, y en seguida las puertas se abren solas (por eso en su escudo hay cadenas y llamas).

Antes de morir octogenario, el santo obispo funda en las afueras de París una abadía dedicada a san Vicente, una de cuyas reliquias acababa de recibir de Zaragoza; allí será enterrado, y la iglesia, con las transformaciones de muchos siglos de historia, aún hoy perpetúa su nombre en la ciudad, que es también el de un barrio famoso en el mundo entero, Saint-Germain-des-Prés.

Santa María Ana de Jesús de Paredes



Nació en Quito (Ecuador) el año 1618, en el seno de una familia piadosa y acomodada. Huérfana desde la niñez, consagró a Dios su virginidad y, al no poder entrar en ningún monasterio, emprendió en su casa una vida ascética, dedicada a la oración, el ayuno y otros ejercicios piadosos. A la vez, se entregó con gozo y amor a la ayuda espiritual de sus compatriotas sin distinción de raza ni color: enseñaba el catecismo a los niños, visitaba a enfermos, socorría a pobres, consolaba a las personas atribuladas, atendía las necesidades de los indígenas pobres y de los negros, hubiera querido llevar la fe a los indios.

Fue particularmente devota de la Pasión de Cristo. Formada en el espíritu ignaciano, ingresó luego en la Tercera Orden Franciscana. Además, fue lectora asidua de las obras de santa Teresa de Jesús. Murió en Quito el 26 de mayo de 1645 [la Familia franciscana celebra su memoria el 28 de mayo]. Es patrona del Ecuador.

Oración: Señor, Dios de misericordia, que hiciste florecer, junto con la virtud de la pureza, la austeridad de la penitencia, como lirio entre espinas, en santa María Ana de Jesús, que vivió en medio de un mundo corrompido, concédenos, por su intercesión, vernos libres de los vicios de nuestro tiempo y tender a la perfección cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

domingo, 28 de mayo de 2017

Lecturas y Santoral 28/05/2017. Domingo de la séptima semana de Pascua. La Ascensión del Señor

A la vista de ellos, fue elevado al cielo
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 1, 1 - 11
En mi primer libro, Teófilo, escribí de todo lo que Jesús hizo y enseñó desde el comienzo hasta el día en que fue llevado al cielo, después de haber dado instrucciones a los apóstoles que había escogido, movido por el Espíritu Santo.
Se les presentó él mismo después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles del reino de Dios.
Una vez que comían juntos, les ordenó que no alejaran de Jerusalén, sino: "aguardad que se cumpla la promesa del Padre, de la que me habéis oído hablar, porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo dentro de no muchos días".
Los que se habían reunido, le preguntaron, diciendo:
"Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?".
Les dijo:
"No os toca a vosotros conocer los tiempos o momentos que el Padre ha establecido con su propia autoridad; en cambio, recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y “hasta el confín de la tierra”".
Dicho esto, a la vista de ellos, fue elevado al cielo, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Cuando miraban fijos al cielo, mientras él se iba marchando, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:
"Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que ha sido tomado de entre vosotros y llevado al cielo, volverá como lo habéis visto marcharse al cielo".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 46, 2-3. 6-7. 8-9
Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas.
Pueblos todos batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra.

Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas.
Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas;
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro Rey, tocad.

Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas.
Porque Dios es el rey del mundo;
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado.

Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
Lo sentó a su derecha en el cielo
Segunda Lectura. Carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 17-23
Hermanos:
El Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo e ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder en favor de nosotros, los creyentes, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, poder, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro.
Y "todo lo puso bajo sus pies", y lo dio a la Iglesia, como Cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que llena todo en todos.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 28, 16-20
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
Al verlo, ellos se postraron, pero algunos dudaron.
Acercándose a ellos, Jesús les dijo:
"Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra.
Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.
Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin de los tiempos".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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San Germán de parís (496-576)


Debió de nacer en las cercanías de Autun, en la Borgoña, en el seno de una familia numerosa y complicada de la que estuvo a punto de ser mártir; su tío, que hacía vida eremítica, se lo llevó con él, y así vivieron en la soledad quince años; durante su santo aprendizaje, se interesó por el joven el obispo de Autun, quien le hizo sacerdote para luego nombrarle abad de San Sinforiano.
La fama de sus virtudes y su lucha sin tregua contra la esclavitud y el paganismo atrajeron la atención del rey Childeberto, que le nombró obispo de París, y empieza así sus esfuerzos por cristianizar las costumbres del soberano franco, que buena falta le hacía, y de los magnates de su corte.

Las caridades de Germán no tienen límite, y cuando el rey le abre sus arcas, hace fundir su vajilla de plata y le entrega además la cadena de oro que adornaba su cuello, el obispo se lo agradece exhortándole a ser más generoso aún: “No dejéis de dar, la Providencia es una fuente que nunca se seca”.

También hace milagros para salvar vidas apagando con sus oraciones el incendio de una casa, y al ver que los que no pueden pagar los impuestos llenan las cárceles, cae de rodillas ante las prisiones implorando al Cielo su libertad, y en seguida las puertas se abren solas (por eso en su escudo hay cadenas y llamas).

Antes de morir octogenario, el santo obispo funda en las afueras de París una abadía dedicada a san Vicente, una de cuyas reliquias acababa de recibir de Zaragoza; allí será enterrado, y la iglesia, con las transformaciones de muchos siglos de historia, aún hoy perpetúa su nombre en la ciudad, que es también el de un barrio famoso en el mundo entero, Saint-Germain-des-Prés.

Santa María Ana de Jesús de Paredes

Nació en Quito (Ecuador) el año 1618, en el seno de una familia piadosa y acomodada. Huérfana desde la niñez, consagró a Dios su virginidad y, al no poder entrar en ningún monasterio, emprendió en su casa una vida ascética, dedicada a la oración, el ayuno y otros ejercicios piadosos. A la vez, se entregó con gozo y amor a la ayuda espiritual de sus compatriotas sin distinción de raza ni color: enseñaba el catecismo a los niños, visitaba a enfermos, socorría a pobres, consolaba a las personas atribuladas, atendía las necesidades de los indígenas pobres y de los negros, hubiera querido llevar la fe a los indios.

Fue particularmente devota de la Pasión de Cristo. Formada en el espíritu ignaciano, ingresó luego en la Tercera Orden Franciscana. Además, fue lectora asidua de las obras de santa Teresa de Jesús. Murió en Quito el 26 de mayo de 1645 [la Familia franciscana celebra su memoria el 28 de mayo]. Es patrona del Ecuador.

Oración: Señor, Dios de misericordia, que hiciste florecer, junto con la virtud de la pureza, la austeridad de la penitencia, como lirio entre espinas, en santa María Ana de Jesús, que vivió en medio de un mundo corrompido, concédenos, por su intercesión, vernos libres de los vicios de nuestro tiempo y tender a la perfección cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, aciprensa.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, www.corazones.org, vatican.va, catholic.net, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

domingo, 29 de mayo de 2016

Lecturas y Santoral 28/05/2016. Sábado, octava semana de Tiempo Ordinario

Dios puede preservaros de tropiezos y presentaros intachables ante su gloria
Primera Lectura. Carta del apóstol san Judas 17.20b-25
Queridos hermanos: Acordaos de las predicciones de nuestro Señor Jesucristo. Basándose en vuestra santísima fe y orando movidos por el Espíritu santo, manteneos en el amor de Dios, aguardando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para la vida eterna. Tened compasión con los que titubean, a unos salvadlos arrancándolos del fuego, a otros mostradles compasión, pero con cautela, aborreciendo hasta el vestido que esté manchado por el vicio. Al que puede preservaros de tropiezos y presentaros intachables y exultantes ante su gloria, al único Dios, nuestro Señor, sea la gloria y majestad, el poder y la soberanía desde siempre ahora y por todos los siglos. Amén.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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profeta-Malaquias-Zacarias-Isaias-Oseas
Salmo Responsorial. 62,2. 3-4. 5-6
Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua.

Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios.

Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré como de enjundia y de manteca, y mis labios te alabarán jubilosos.

Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
¿Con qué autoridad haces esto?
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 11, 27-33
En aquel tiempo, Jesús y los discípulos volvieron a Jerusalén y, mientras este paseaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos y le decían: -"¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad para hacer esto? ". Jesús les respondió: -"Os voy a hacer una pregunta y, si me contestáis, os diré con qué autoridad hago esto: El bautismo de Juan ¿era del cielo o de los hombres? Contestadme". Se pusieron a deliberar: -"Si decimos que es del cielo, dirá: "¿Y por qué no le habéis creído?" ¿Pero como vamos a decir que es de los hombres?". (Temían a la gente, porque todo el mundo estaba convencido de que Juan era un profeta.) Y respondieron a Jesús: -"No sabemos." Jesús les replicó: -"Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Jesus-Fariseos-Templo-Sinagoga-cargas-hipocresia-01
San Germán de parís (496-576)
San-German-de-Paris

Debió de nacer en las cercanías de Autun, en la Borgoña, en el seno de una familia numerosa y complicada de la que estuvo a punto de ser mártir; su tío, que hacía vida eremítica, se lo llevó con él, y así vivieron en la soledad quince años; durante su santo aprendizaje, se interesó por el joven el obispo de Autun, quien le hizo sacerdote para luego nombrarle abad de San Sinforiano.
La fama de sus virtudes y su lucha sin tregua contra la esclavitud y el paganismo atrajeron la atención del rey Childeberto, que le nombró obispo de París, y empieza así sus esfuerzos por cristianizar las costumbres del soberano franco, que buena falta le hacía, y de los magnates de su corte.

Las caridades de Germán no tienen límite, y cuando el rey le abre sus arcas, hace fundir su vajilla de plata y le entrega además la cadena de oro que adornaba su cuello, el obispo se lo agradece exhortándole a ser más generoso aún: “No dejéis de dar, la Providencia es una fuente que nunca se seca”.

También hace milagros para salvar vidas apagando con sus oraciones el incendio de una casa, y al ver que los que no pueden pagar los impuestos llenan las cárceles, cae de rodillas ante las prisiones implorando al Cielo su libertad, y en seguida las puertas se abren solas (por eso en su escudo hay cadenas y llamas).

Antes de morir octogenario, el santo obispo funda en las afueras de París una abadía dedicada a san Vicente, una de cuyas reliquias acababa de recibir de Zaragoza; allí será enterrado, y la iglesia, con las transformaciones de muchos siglos de historia, aún hoy perpetúa su nombre en la ciudad, que es también el de un barrio famoso en el mundo entero, Saint-Germain-des-Prés.

Santa María Ana de Jesús de Paredes

Santa-Maria-Ana-de-Jesus-de-Paredes

Nació en Quito (Ecuador) el año 1618, en el seno de una familia piadosa y acomodada. Huérfana desde la niñez, consagró a Dios su virginidad y, al no poder entrar en ningún monasterio, emprendió en su casa una vida ascética, dedicada a la oración, el ayuno y otros ejercicios piadosos. A la vez, se entregó con gozo y amor a la ayuda espiritual de sus compatriotas sin distinción de raza ni color: enseñaba el catecismo a los niños, visitaba a enfermos, socorría a pobres, consolaba a las personas atribuladas, atendía las necesidades de los indígenas pobres y de los negros, hubiera querido llevar la fe a los indios.

Fue particularmente devota de la Pasión de Cristo. Formada en el espíritu ignaciano, ingresó luego en la Tercera Orden Franciscana. Además, fue lectora asidua de las obras de santa Teresa de Jesús. Murió en Quito el 26 de mayo de 1645 [la Familia franciscana celebra su memoria el 28 de mayo]. Es patrona del Ecuador.

Oración: Señor, Dios de misericordia, que hiciste florecer, junto con la virtud de la pureza, la austeridad de la penitencia, como lirio entre espinas, en santa María Ana de Jesús, que vivió en medio de un mundo corrompido, concédenos, por su intercesión, vernos libres de los vicios de nuestro tiempo y tender a la perfección cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, franciscanos.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

jueves, 28 de mayo de 2015

Lecturas y Santoral 28-05-15. Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote

Él fue traladado por nuestras rebeliones
Primera Lectura. Isaías 52, 13-53, 12
Mirad, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho.
Como muchos se espantaron de él, porque desfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto humano, así asombrará a muchos pueblos, ante él los reyes cerrarán la boca, al ver algo inenarrable y contemplar algo inaudito.
¿Quién creyó nuestro anuncio?, ¿a quién se reveló el brazo del Señor?
Creció en su presencia como brote, como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza.
Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros, despreciado y desestimado.
Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado; pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes.
Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron.
Todos errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino; y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes.
Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca; como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca.
Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino?
Lo arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron.
Le dieron sepultura con los malvados, y una tumba con los malhechores, aunque no había cometido crímenes ni hubo engaño en su boca.
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación; verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano.
Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento.
Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos.
Le daré una multitud como parte, y tendrá como despojo una muchedumbre.
Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los pecadores, él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores.

Palabra de Dios.

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Greg-Olsen-camina-conmigo-varon-de-dolores-Isaias
Salmo Responsorial. Salmo 39, 6. 7. 8-9. 10. 11
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Cuántas maravillas has hecho, Señor, Dios mío, cuántos planes en favor nuestro; nadie se te puede comparar. Intento proclamarlas, decirlas, pero superan todo número.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído; no pides sacrificio expiatorio.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Entonces yo digo: "Aquí estoy - como está escrito en mi libro para hacer tu voluntad." Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios; Señor, tú lo sabes.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
No me he guardado en el pecho tu defensa, he contado tu fidelidad y tu salvación, no he negado tu misericordia y tu lealtad ante la gran asamblea.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
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Esto es mi cuerpo. Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 22, 14-20
Llegada la hora, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo:
-"He deseado enormemente comer esta comida pascual con vosotros, antes de padecer, porque os digo que ya no la volveré a comer, hasta que se cumpla en el reino de Dios."
Y, tomando una copa, pronunció la acción de gracias y dijo:
-"Tomad esto, repartidlo entre vosotros; porque os digo que no beberé desde ahora del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios."
Y, tomando pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio, diciendo:
-"Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía."
Después de cenar, hizo lo mismo con la copa, diciendo:
-"Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por vosotros."

Palabra de Dios.

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Jesus-Apostoles-ultima-cena-cenaculo-Juan-15-04
San Germán de parís (496-576)
San-German-de-Paris

Debió de nacer en las cercanías de Autun, en la Borgoña, en el seno de una familia numerosa y complicada de la que estuvo a punto de ser mártir; su tío, que hacía vida eremítica, se lo llevó con él, y así vivieron en la soledad quince años; durante su santo aprendizaje, se interesó por el joven el obispo de Autun, quien le hizo sacerdote para luego nombrarle abad de San Sinforiano.
La fama de sus virtudes y su lucha sin tregua contra la esclavitud y el paganismo atrajeron la atención del rey Childeberto, que le nombró obispo de París, y empieza así sus esfuerzos por cristianizar las costumbres del soberano franco, que buena falta le hacía, y de los magnates de su corte.

Las caridades de Germán no tienen límite, y cuando el rey le abre sus arcas, hace fundir su vajilla de plata y le entrega además la cadena de oro que adornaba su cuello, el obispo se lo agradece exhortándole a ser más generoso aún: “No dejéis de dar, la Providencia es una fuente que nunca se seca”.

También hace milagros para salvar vidas apagando con sus oraciones el incendio de una casa, y al ver que los que no pueden pagar los impuestos llenan las cárceles, cae de rodillas ante las prisiones implorando al Cielo su libertad, y en seguida las puertas se abren solas (por eso en su escudo hay cadenas y llamas).

Antes de morir octogenario, el santo obispo funda en las afueras de París una abadía dedicada a san Vicente, una de cuyas reliquias acababa de recibir de Zaragoza; allí será enterrado, y la iglesia, con las transformaciones de muchos siglos de historia, aún hoy perpetúa su nombre en la ciudad, que es también el de un barrio famoso en el mundo entero, Saint-Germain-des-Prés.

Santa María Ana de Jesús de Paredes

Santa-Maria-Ana-de-Jesus-de-Paredes

Nació en Quito (Ecuador) el año 1618, en el seno de una familia piadosa y acomodada. Huérfana desde la niñez, consagró a Dios su virginidad y, al no poder entrar en ningún monasterio, emprendió en su casa una vida ascética, dedicada a la oración, el ayuno y otros ejercicios piadosos. A la vez, se entregó con gozo y amor a la ayuda espiritual de sus compatriotas sin distinción de raza ni color: enseñaba el catecismo a los niños, visitaba a enfermos, socorría a pobres, consolaba a las personas atribuladas, atendía las necesidades de los indígenas pobres y de los negros, hubiera querido llevar la fe a los indios.

Fue particularmente devota de la Pasión de Cristo. Formada en el espíritu ignaciano, ingresó luego en la Tercera Orden Franciscana. Además, fue lectora asidua de las obras de santa Teresa de Jesús. Murió en Quito el 26 de mayo de 1645 [la Familia franciscana celebra su memoria el 28 de mayo]. Es patrona del Ecuador.

Oración: Señor, Dios de misericordia, que hiciste florecer, junto con la virtud de la pureza, la austeridad de la penitencia, como lirio entre espinas, en santa María Ana de Jesús, que vivió en medio de un mundo corrompido, concédenos, por su intercesión, vernos libres de los vicios de nuestro tiempo y tender a la perfección cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

miércoles, 28 de mayo de 2014

Lecturas y Santoral 28-05-14

Eso que veneráis sin conocerlo, os lo anuncio yo.
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles (17,15.22–18,1)

En aquellos días, los que conducían a Pablo lo llevaron hasta Atenas, y se volvieron con encargo de que Silas y Timoteo se reuniesen con Pablo cuanto antes.
Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo: "Atenienses, veo que sois casi nimios en lo que toca a religión. Porque, paseándome por ahí y fijándome en vuestros monumentos sagrados, me encontré un altar con esta inscripción: 'Al Dios desconocido.' Pues eso que veneráis sin conocerlo, os lo anuncio yo. El Dios que hizo el mundo y lo que contiene, él es Señor de cielo y tierra y no habita en templos construidos por hombres, ni lo sirven manos humanas; como si necesitara de alguien, él que a todos da la vida y el aliento, y todo. De un solo hombre sacó todo el género humano para que habitara la tierra entera, determinando las épocas de su historia y las fronteras de sus territorios. Quería que lo buscasen a él, a ver si, al menos a tientas, lo encontraban; aunque no está lejos de ninguno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos; así lo dicen incluso algunos de vuestros poetas: 'Somos estirpe suya.' Por tanto, si somos estirpe de Dios, no podemos pensar que la divinidad se parezca a imágenes de oro o de plata o de piedra, esculpidas por la destreza y la fantasía de un hombre. Dios pasa por alto aquellos tiempos de ignorancia, pero ahora manda a todos los hombres en todas partes que se conviertan. Porque tiene señalado un día en que juzgará el universo con justicia, por medio del hombre designado por él; y ha dado a todos la prueba de esto, resucitándolo de entre los muertos."
Al oír "resurrección de muertos" unos lo tomaban a broma, otros dijeron: "De esto te oiremos hablar en otra ocasión."
Pablo se marchó del grupo. Algunos se le juntaron y creyeron, entre ellos Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos más. Después de esto, dejó Atenas y se fue a Corinto.

Palabra de Dios.

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Pablo Tarso Saulo Atenas
Salmo Responsorial 148,1-2.11-12.13.14

Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo, todos sus ángeles;
alabadlo, todos sus ejércitos.

Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo,
los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños.

Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra.

Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido.

Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

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El Espíritu de la verdad os guiará hasta la verdad plena.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo - Juan (16,12-15)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que toma de lo mío y os lo anunciará."

Palabra de Dios.

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Jesus 12 Doce Apostoles Defensor Espiritu Espíritu Santo Holy Spirit

San Germán de parís (496-576)

San-German-de-Paris

Debió de nacer en las cercanías de Autun, en la Borgoña, en el seno de una familia numerosa y complicada de la que estuvo a punto de ser mártir; su tío, que hacía vida eremítica, se lo llevó con él, y así vivieron en la soledad quince años; durante su santo aprendizaje, se interesó por el joven el obispo de Autun, quien le hizo sacerdote para luego nombrarle abad de San Sinforiano.

La fama de sus virtudes y su lucha sin tregua contra la esclavitud y el paganismo atrajeron la atención del rey Childeberto, que le nombró obispo de París, y empieza así sus esfuerzos por cristianizar las costumbres del soberano franco, que buena falta le hacía, y de los magnates de su corte.

Las caridades de Germán no tienen límite, y cuando el rey le abre sus arcas, hace fundir su vajilla de plata y le entrega además la cadena de oro que adornaba su cuello, el obispo se lo agradece exhortándole a ser más generoso aún: "No dejéis de dar, la Providencia es una fuente que nunca se seca".

También hace milagros para salvar vidas apagando con sus oraciones el incendio de una casa, y al ver que los que no pueden pagar los impuestos llenan las cárceles, cae de rodillas ante las prisiones implorando al Cielo su libertad, y en seguida las puertas se abren solas (por eso en su escudo hay cadenas y llamas).

Antes de morir octogenario, el santo obispo funda en las afueras de París una abadía dedicada a san Vicente, una de cuyas reliquias acababa de recibir de Zaragoza; allí será enterrado, y la iglesia, con las transformaciones de muchos siglos de historia, aún hoy perpetúa su nombre en la ciudad, que es también el de un barrio famoso en el mundo entero, Saint-Germain-des-Prés.

Santa María Ana de Jesús de Paredes

Santa-Maria-Ana-de-Jesus-de-Paredes

Nació en Quito (Ecuador) el año 1618, en el seno de una familia piadosa y acomodada. Huérfana desde la niñez, consagró a Dios su virginidad y, al no poder entrar en ningún monasterio, emprendió en su casa una vida ascética, dedicada a la oración, el ayuno y otros ejercicios piadosos. A la vez, se entregó con gozo y amor a la ayuda espiritual de sus compatriotas sin distinción de raza ni color: enseñaba el catecismo a los niños, visitaba a enfermos, socorría a pobres, consolaba a las personas atribuladas, atendía las necesidades de los indígenas pobres y de los negros, hubiera querido llevar la fe a los indios.

Fue particularmente devota de la Pasión de Cristo. Formada en el espíritu ignaciano, ingresó luego en la Tercera Orden Franciscana. Además, fue lectora asidua de las obras de santa Teresa de Jesús. Murió en Quito el 26 de mayo de 1645 [la Familia franciscana celebra su memoria el 28 de mayo]. Es patrona del Ecuador.

Oración: Señor, Dios de misericordia, que hiciste florecer, junto con la virtud de la pureza, la austeridad de la penitencia, como lirio entre espinas, en santa María Ana de Jesús, que vivió en medio de un mundo corrompido, concédenos, por su intercesión, vernos libres de los vicios de nuestro tiempo y tender a la perfección cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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martes, 28 de mayo de 2013

Lecturas y Santoral 28-05-13

La ofrenda del justo enriquece el altar, y su aroma llega hasta el Altísimo.
Primera Lectura. Eclesiástico (35,1-12)

El que observa la ley hace una buena ofrenda, el que guarda los mandamientos ofrece sacrificio de acción de gracias; el que hace favores ofrenda flor de harina, el que da limosna ofrece sacrificio de alabanza. Apartarse del mal es agradable a Dios, apartarse de la injusticia es expiación. No te presentes a Dios con las manos vacías; esto es lo que pide la ley. La ofrenda del justo enriquece el altar, y su aroma llega hasta el Altísimo. El sacrificio del justo es aceptado, su ofrenda memorial no se olvidará. Honra al Señor con generosidad y no seas mezquino en tus ofrendas; cuando ofreces, pon buena cara, y paga de buena gana los diezmos. Da al Altísimo como él te dio: generosamente, según tus posibilidades, porque el Señor sabe pagar y te dará siete veces más. No lo sobornes, porque no lo acepta, no confíes en sacrificios injustos; porque es un Dios justo, que no puede ser parcial.

Palabra de Dios.
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profeta Oseas, Isaias, Jeremias,Ezequiel Misericordia quiero y no sacrificios
Salmo Responsorial 49,5-6.7-8.14.23

Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
Congregadme a mis fieles,
que sellaron mi pacto con un sacrificio.
Proclame el cielo su justicia;
Dios en persona va a juzgar.

Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
"Escucha, pueblo mío, que voy a hablarte;
Israel, voy a dar testimonio contra ti;
yo, Dios, tu Dios.
No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí."

Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
"Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza,
cumple tus votos al Altísimo.
El que me ofrece acción de gracias,
ése me honra;
al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios."

Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
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Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo - Marcos (10,28-31)

En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: "Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido."
Jesús dijo: "Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más –casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones–, y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros."

Palabra de Dios.

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vocacion-sacerdotal
Santa María Ana de Jesús de Paredes

Santa-Maria-Ana-de-Jesus-de-ParedesNació en Quito (Ecuador) el año 1618, en el seno de una familia piadosa y acomodada. Huérfana desde la niñez, consagró a Dios su virginidad y, al no poder entrar en ningún monasterio, emprendió en su casa una vida ascética, dedicada a la oración, el ayuno y otros ejercicios piadosos. A la vez, se entregó con gozo y amor a la ayuda espiritual de sus compatriotas sin distinción de raza ni color: enseñaba el catecismo a los niños, visitaba a enfermos, socorría a pobres, consolaba a las personas atribuladas, atendía las necesidades de los indígenas pobres y de los negros, hubiera querido llevar la fe a los indios.

Fue particularmente devota de la Pasión de Cristo. Formada en el espíritu ignaciano, ingresó luego en la Tercera Orden Franciscana. Además, fue lectora asidua de las obras de santa Teresa de Jesús. Murió en Quito el 26 de mayo de 1645 [la Familia franciscana celebra su memoria el 28 de mayo]. Es patrona del Ecuador.

Oración: Señor, Dios de misericordia, que hiciste florecer, junto con la virtud de la pureza, la austeridad de la penitencia, como lirio entre espinas, en santa María Ana de Jesús, que vivió en medio de un mundo corrompido, concédenos, por su intercesión, vernos libres de los vicios de nuestro tiempo y tender a la perfección cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Germán de parís (496-576)

San-German-de-ParisDebió de nacer en las cercanías de Autun, en la Borgoña, en el seno de una familia numerosa y complicada de la que estuvo a punto de ser mártir; su tío, que hacía vida eremítica, se lo llevó con él, y así vivieron en la soledad quince años; durante su santo aprendizaje, se interesó por el joven el obispo de Autun, quien le hizo sacerdote para luego nombrarle abad de San Sinforiano.

La fama de sus virtudes y su lucha sin tregua contra la esclavitud y el paganismo atrajeron la atención del rey Childeberto, que le nombró obispo de París, y empieza así sus esfuerzos por cristianizar las costumbres del soberano franco, que buena falta le hacía, y de los magnates de su corte.

Las caridades de Germán no tienen límite, y cuando el rey le abre sus arcas, hace fundir su vajilla de plata y le entrega además la cadena de oro que adornaba su cuello, el obispo se lo agradece exhortándole a ser más generoso aún: "No dejéis de dar, la Providencia es una fuente que nunca se seca".

También hace milagros para salvar vidas apagando con sus oraciones el incendio de una casa, y al ver que los que no pueden pagar los impuestos llenan las cárceles, cae de rodillas ante las prisiones implorando al Cielo su libertad, y en seguida las puertas se abren solas (por eso en su escudo hay cadenas y llamas).

Antes de morir octogenario, el santo obispo funda en las afueras de París una abadía dedicada a san Vicente, una de cuyas reliquias acababa de recibir de Zaragoza; allí será enterrado, y la iglesia, con las transformaciones de muchos siglos de historia, aún hoy perpetúa su nombre en la ciudad, que es también el de un barrio famoso en el mundo entero, Saint-Germain-des-Prés.

Santoral y lecturas confeccionados consultando el preparado por: franciscanos.org, corazones.org, aciprensa.com, caminando-con-jesus.org, www.churchforum.org.mx, eltestigofiel.org, webcatolicodejavier.org, santopedia.com, es.catholic.net, Archidiócesis de Madrid, ewtn.com, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, catholic.net, oremosjuntos.com