viernes, 12 de febrero de 2021

Lecturas y Santoral 12/02/2021. Viernes de la quinta semana de Tiempo Ordinario

Seréis como Dios en el conocimiento del bien y el mal
Primera Lectura. Génesis 3.1-8
La serpiente era más astuta que las demás bestias del campo que el Señor había hecho. Y dijo a la mujer: «¿Conque Dios os ha dicho que no comáis de ningún árbol del jardín?». La mujer contestó a la serpiente: «Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; pero del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios: “No comáis de él ni lo toquéis, de lo contrario moriréis”». La serpiente replicó a la mujer: «No, no moriréis; es que Dios sabe que el día en que comáis de él, se os abrirán los ojos, y seréis como Dios en el conocimiento del bien y el mal». Entonces la mujer se dio cuenta de que el árbol era bueno de comer, atrayente a los ojos y deseable para lograr inteligencia; así que tomó de su fruto y comió. Luego se lo dio a su marido, que también comió. Se le abrieron los ojos a los dos y descubrieron que estaban desnudos; y entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron. Cuando oyeron la voz del Señor Dios que se pasaba por el jardín a la hora de la brisa, Adán y su mujer se escondieron de la vista del Señor Dios entre los árboles del jardín.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 31, 1-2. 5.6.7

Dichoso el que está absuelto de su culpa.

Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito y en cuyo espíritu no hay engaño.

Dichoso el que está absuelto de su culpa.

Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito; propuse: “Confesaré al Señor mi culpa”, y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.

Dichoso el que está absuelto de su culpa.

Por eso, que todo fiel te suplique en el momento de la desgracia: la crecida de las aguas caudalosas no lo alcanzará.

Dichoso el que está absuelto de su culpa.

Tú eres mi refugio, me libras del peligro, me rodeas de cantos de liberación.

Dichoso el que está absuelto de su culpa.

Hace oír a los sordos y hablar a los mudos
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 7, 31 37
En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos. El, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: «Effetá» (esto es: «ábrete»). Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos».

Palabra de Dios

Santa Eulalia Mártir

Eulalia significa: "la que habla bien" Eu = bien, Lal = hablar. Santa Eulalia es una de las santas más famosas de España. Los datos acerca de su vida y de su muerte los encontramos en un himno que en honor de ella escribe el poeta Prudencio en el siglo cuarto. Y allí se cuenta lo siguiente:

Cuando Eulalia cumplió los doce años apareció el decreto del emperador Diocleciano prohibiendo a los cristianos dar culto a Jesucristo, y mandándoles que debían adorar a los falsos ídolos de los paganos. La niña sintió un gran disgusto por estas leyes tan injustas y se propuso protestar entre los delegados del gobierno.

Viendo la mamá que la jovencita podía correr algún peligro de muerte si se atrevía a protestar contra la persecución de los gobernantes, se la llevó a vivir al campo, pero ella se vino de allá y llegó a la ciudad de Mérida.

Eulalia se presentó ante el gobernador Daciano y le protestó valientemente diciéndole que esas leyes que mandaban adorar ídolos y prohibían al verdadero Dios eran totalmente injustas y no podían ser obedecidas por los cristianos.

Daciano intentó al principio ofrecer regalos y hacer promesas de ayudas a la niña para que cambiara de opinión, pero al ver que ella seguía fuertemente convencida de sus ideas cristianas, le mostró todos los instrumentos de tortura con los cuales le podían hacer padecer horriblemente si no obedecía a la ley del emperador que mandaba adorar ídolos y prohibía adorar a Jesucristo. Y le dijo: "De todos estos sufrimientos te vas a librar si le ofreces este pan a los dioses, y les quemas este poquito de incienso en los altares de ellos". La jovencita lanzó lejos el pan, echó por el suelo el incienso y le dijo valientemente: "Al sólo Dios del cielo adoro; a El únicamente le ofreceré sacrificios y le quemaré incienso. Y a nadie más".

Entonces el juez pagano mandó que la destrozaran golpeándola con varillas de hierro y que sobre sus heridas colocaran antorchas encendidas. La hermosa cabellera de Eulalia se incendió y la jovencita murió quemada y ahogada por el humo.

Dice el poeta Prudencio que al morir la santa, la gente vio una blanquísima paloma que volaba hacia el cielo, y que los verdugos salieron huyendo, llenos de pavor y de remordimiento por haber matado a una criatura inocente. La nieve cubrió el cadáver y el suelo de los alrededores, hasta que varios días después llegaron unos cristianos y le dieron honrosa sepultura al cuerpo de la joven mártir. Allí en el sitio de su sepultura se levantó un templo de honor de Santa Eulalia, y dice el poeta que él mismo vio que a ese templo llegaban muchos peregrinos a orar ante los restos de tan valiente joven y a conseguir por medio de ella muy notables favores de Dios.

El culto de Santa Eulalia se hizo tan popular que hasta el gran San Agustín hizo sermones en honor de esta joven santa. Y en la muy antigua lista de mártires de la Iglesia Católica, llamada "Martirologio romano", hay esta frase: "el 12 de febrero, se conmemora a Santa Eulalia, mártir de España, muerta por proclamar su fe en Jesucristo".

Joven mártir Eulalia: a tu protección encomendamos tantas personitas jóvenes que en este tiempo tienen que enfrentarse, no ya a los perseguidores que matan a quienes se niegan a ofrecer sacrificios a los ídolos, sino que tienen que oponerse a quienes quieren que dediquen su vida a la sensualidad, a las drogas, a los vicios, a las malas amistades y al pecado, que son monstruos mucho peores que los ídolos, y son perseguidores más crueles que los que mataban el cuerpo, porque lo que ellos matan es la vida del alma. Santa Eulalia: te recomendamos a nuestra juventud que vive en medio de tantos peligros y que corre cada día el riesgo de ser infiel a Cristo. Que de tan grandes peligros nos libre siempre el Señor.

Dijo Jesús: Quien sacrifica su vida por mi, la ganará para la vida eterna.

Santos Mártires de Abitina

San Saturnino, presbítero, y sus compañeros sufrieron el martirio el año 304 en Cartago, durante la persecución de Diocleciano. De ellos decía Benedicto XVI el 29-V-05: "En Abitina, pequeña localidad de la actual Túnez, 49 cristianos fueron sorprendidos un domingo mientras, reunidos en la casa de Octavio Félix, celebraban la Eucaristía desafiando así las prohibiciones imperiales. Tras ser arrestados fueron llevados a Cartago para ser interrogados por el procónsul Anulino.

Fue significativa, entre otras, la respuesta que un cierto Emérito dio al procónsul que le preguntaba por qué habían transgredido la severa orden del emperador. Respondió: "Sine dominico non possumus"; es decir, sin reunirnos en asamblea el domingo para celebrar la Eucaristía no podemos vivir.

Nos faltarían las fuerzas para afrontar las dificultades diarias y no sucumbir. Después de atroces torturas, estos 49 mártires de Abitina fueron asesinados. Así, con la efusión de la sangre, confirmaron su fe. Murieron, pero vencieron; ahora los recordamos en la gloria de Cristo resucitado".

jueves, 11 de febrero de 2021

Lecturas y Santoral 11/02/2021. Jueves de la quinta semana de Tiempo Ordinario

Se la presentó a Adán. Y serán los dos una sola carne
Primera Lectura. Génesis 2, 18-25
El Señor Dios se dijo: «No es bueno que el hombre esté solo; voy a hacerle a alguien como él, que le ayude». Entonces el Señor Dios modeló de la tierra todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo y se los presentó a Adán, para ver que nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que Adán le pusiera. Así Adán puso nombre a todos los ganados, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no encontró ninguno como él que lo ayudase. Entonces el Señor Dios hizo caer un letargo sobre Adán, que se durmió; le sacó una costilla y le cerró el sitio con carne. Y el Señor Dios formó, de la costilla que le había sacado de Adán, una mujer, y se la presentó a Adán. Adán dijo: «¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Su nombre será “mujer”, porque ha salido del varón». Por eso abandonará el varón a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. Los dos estaban desnudos, Adán y su mujer, pero no sentían vergüenza uno de otro.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 127, 1-2. 3. 4-5

Dichosos los que temen al Señor.

Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien.

Dichosos los que temen al Señor.

Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa.

Dichosos los que temen al Señor.

Esta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida.

Dichosos los que temen al Señor.

Los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 7, 24-30
En aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro. Entró en una casa procurando pasar desapercibido, pero no logró ocultarse. Una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró enseguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies. La mujer era pagana, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija. Él le dijo: «Deja que coman primero los hijos. No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos». Pero ella replicó: «Señor; pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños». Él le contestó: «Anda, vete, que por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija». Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se había marchado.

Palabra de Dios

Nuestra Señora de Lourdes

El 8 de diciembre de 1854 el Papa Pío IX había definido el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Como queriendo indicar que el cielo ratificaba lo que había hecho en la tierra el Vicario de Jesucristo, el 11 de febrero de cuatro años después -1858 – la Virgen María se aparecía a la hija de unos humildes molineros, Bernadette Soubirous, de 14 años.

Nació el 1844 y fue la mayor de seis hermanos. Era una chica sencilla, sin apenas preparación ni cultura pues sus padres, sumamente pobres, no pudieron enviarla a hacer estudios especiales.

Un día va con su hermana y una amiga a buscar leña seca. Cuando ella se dispone a atravesar un brazo del río Gave, escucha de repente como un fuerte viento, que la obliga a levantar la cabeza.

En la abertura de la roca de Massabielle se alza ante su vista una joven, inmóvil y silenciosa "tan bella que cuando se la ha visto una vez se querría morir para volverla a ver". El vestido blanco, un cinturón azul, y el rosario entre los dedos.

«Me saludó, inclinando la cabeza creyendo engañarme, me restregué los ojos; pero alzándolos, vi de nuevo a la joven, que me sonreía y me hacía señas de que me acercase. Pero yo no me atrevía. Y no es que tuviera miedo, porque cuando una tiene miedo, huye; y yo me hubiera quedado allí, mirándola, toda la vida. Entonces se me ocurrió rezar, y saqué el rosario. Me arrodillé. Vi que la joven se santiguaba… Mientras yo rezaba, ella iba pasando las cuentas de su Rosario, sin decir nada. Y cuando yo dije: Gloria al Padre…, también Ella lo dijo. Terminado el Rosario me sonrió otra vez, se elevó un poco, y desapareció».

Esta cita de Massabielle se repetiría 18 veces. En la sexta, el 21 de febrero, «dirigió un momento la mirada por encima de mi cabeza, para recorrer el mundo. Después, volviéndola llena de dolor sobre mí, me dijo: "Ruega a Dios por los pecadores". Igualmente, varias veces después: Penitencia, penitencia. En la undécima, este encargo: Vete a decir a los sacerdotes que hagan construir aquí una capilla.

Y dos días más tarde: Deseo que se venga aquí en procesión.

El 4 de marzo una madre sumerge a su hijo enfermo en el manantial nuevo. que se ha abierto al lado de la gruta; y proclama la primera su alegría, al sentir sano a su hijo.

El 25 de marzo «viéndola tan amable, le pregunté su nombre. Me sonrió. Se lo volví a preguntar, y volvió a sonreírse. Insistí de nuevo, y me dijo: "Soy la Inmaculada Concepción". El 16 de julio, más hermosa que nunca, sonriendo con dulzura inefable, inclinó la cabeza en señal de despedida y desapareció".

Desde entonces Lourdes, a pesar de las dificultades, se presentó pronto como una cita mundial de la plegaria eucarística, ante la Virgen; por los cuerpos, y, sobre todo, por las almas.

Al aparecérsele la Virgen Inmaculada a Bernadette Soubirous en aquel ambiente del siglo XIX, en el que la incredulidad y el materialismo dominaban por todas partes, quiso convertir a Lourdes en un signo evangélico. A los pocos años se iba a ver afluir allá a cuantos andaban en busca de perdón, de la salud de cuerpo y alma y a los pobres que llegaban para escuchar la Buena Nueva. Desde entonces, y gracias al desarrollo de los medios de comunicación, la Gruta de Massabielle se ha convertido en un lugar privilegiado de reunión para los cristianos de todas las naciones, que gozan allí de la experiencia del amor vivido entre hermanos y sellan su unidad en la Eucaristía.

María, en la que la Iglesia reconoce la imagen de la Ciudad santa recibe así el honor junto a la ribera del Gave de una inmensa multitud que prefigura a su vez a la nueva Jerusalén, abierta no sólo a los cristianos, sino también a aquellos que proceden de los más lejanos horizontes: peregrinos musulmanes o budistas, incrédulos atraídos por la huella de lo misterioso.

Quien la visita una vez sale con el firme propósito de volver una y más veces para poder experimentar la presencia sobrenatural que allí se respira. Son muchos los milagros que desde la Gruta de Massabielle obra la Virgen María en cuantos acuden a Ella.

Oración: Dios de misericordia, remedia con el amparo del cielo nuestro desvalimiento, para que, cuantos celebramos la memoria de la inmaculada Virgen María, Madre de Dios, podamos, por su intercesión, vernos libres de nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Jornada mundial del enfermo

Juan Pablo II, en Carta del 13 de mayo de 1992, decía: "He decidido instituir la Jornada mundial del enfermo, que se celebrará el 11 de febrero de cada año, memoria litúrgica de la Virgen de Lourdes".

Añadía que tal Jornada "tiene como objetivo manifiesto sensibilizar al pueblo de Dios y, por consiguiente, a las varias instituciones sanitarias católicas y a la misma sociedad civil, ante la necesidad de asegurar la mejor asistencia posible a los enfermos; ayudar al enfermo a valorar, en el plano humano y sobre todo en el sobrenatural, el sufrimiento; hacer que se comprometan en la pastoral sanitaria de manera especial las diócesis, las comunidades cristianas y las familias religiosas; favorecer el compromiso cada vez más valioso del voluntariado; recordar la importancia de la formación espiritual y moral de los agentes sanitarios; y, por último, hacer que los sacerdotes diocesanos y regulares, así como cuantos viven y trabajan junto a los que sufren, comprendan mejor la importancia de la asistencia religiosa a los enfermos.

Y Lourdes, uno de los santuarios marianos más queridos para el pueblo cristiano, es lugar y, a la vez, símbolo de esperanza y de gracia en el sentido de la aceptación y el ofrecimiento del sufrimiento salvífico".

miércoles, 10 de febrero de 2021

Lecturas y Santoral 10/02/2021. Miércoles de la quinta semana de Tiempo Ordinario

El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín de Edén
Primera Lectura. Génesis 2, 4b-9. 15-17
El día en que el Señor Dios hizo tierra y cielo, no había aún matorrales en la tierra, ni brotaba hierba en el campo, porque el Señor Dios no había enviado lluvia sobre la tierra, ni había hombre que cultivase el suelo; pero un manantial salía de la tierra y regaba toda la superficie del suelo. Entonces el Señor Dios modeló al hombre del polvo del suelo e insufló en su nariz aliento de vida; y el hombre se convirtió en ser vivo. Luego el Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia Oriente, y colocó en él al hombre que había modelado. El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos para la vista y buenos para comer; además, el árbol de la vida en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el mal. El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín de Edén, para que lo guardara y lo cultivara. El Señor Dios dio este mandato al hombre: «Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y el mal no comerás, porque el día en que comas de él, tendrás que morir».

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 103, 1-2a. 27-28. 29be-30

Bendice, alma mía, al Señor.

Bendice, alma mía, al Señor: ¡Dios mío, qué grande eres! Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto.

Bendice, alma mía, al Señor.

Todos ellos aguardan a que les eches comida a su tiempo: se la echas, y la atrapan; abres tu mano, y se sacian de bienes.

Bendice, alma mía, al Señor.

Les retiras el aliento, y expiran, y vuelven a ser polvo; envías tu espíritu, y los creas, y repueblas la faz de la tierra.

Bendice, alma mía, al Señor.

Lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 7, 14-23
En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo: «Escuchad y entended todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre». Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la parábola. Él les dijo: «¿También vosotros seguís sin entender? ¿No comprendéis? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón sino en el vientre y se echa en la letrina». (Con esto declaraba puros todos los alimentos). Y siguió: «Lo que sale de dentro, eso sí hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro».

Palabra de Dios

Santa Escolástica Virgen (480-543)

Lo poco que sabemos de su vida es lo que nos refiere el Papa San Gregorio Magno en el libro II de sus Diálogos; en este libro además del maravilloso diálogo mantenido entre San Benito y su hermana Sta. Escolástica, dice que nuestra santa "estuvo dedicada desde su infancia al Señor Dios todopoderoso".

Hermana gemela de san Benito, nació de padres aristócratas en Nursia (Italia) hacia el año 480. Desde su infancia, siguiendo las costumbres de entonces, había sido consagrada a Dios y seguramente confiada por sus padres a un monasterio o grupo de vírgenes para ser educada por ellas y vivir luego como ellas.

Ambos hermanos aprendieron de sus padres la virtud y la fe cristiana. Ya adolescente Benito fue enviado a Roma para perfeccionar sus estudios. Esta separación hubo de costarle muchísimo a la jovencilla Escolástica ya que ambos eran una misma cosa. Mientras, Escolástica rumia y medita el Testamento que su buena madre, que murió siendo ella muy niña, le dejó: "Sabe, hija mía, que los adornos postizos, los ricos vestidos y los collares de perlas, no valen nada delante de Dios. El mayor elogio que puede hacerse de una doncella es su modestia y piedad". Nunca olvidó Escolástica tales consejos. Trató de llevarlos a la práctica desde su más tierna edad. Renunció a cuantas lisonjas le ofrecía el mundo, su belleza y su alta alcurnia, y se entregó de lleno a su Amado, a Jesucristo, a quien consagró toda su vida y para siempre.

Inspirado por Dios, Benito, y ayudado por su hermana, fundó el primer convento de religiosas benedictinas pero un poco distante del de los religiosos. A pesar de estar tan cercanos habían puesto un muro voluntario de separación y tan sólo una vez al año se veían, y aun separados de ambos Monasterios, en una casita que había entre ambos. Cuenta San Gregorio esta admirable entrevista:

Acostumbraba visitar a su hermano una vez al año y juntos dedicaban la jornada entera a la alabanza de Dios y a conversar sobre las verdades de Cristo. Como norma de vida anteponía la caridad y la contemplación pura a las reglas e instituciones humanas, y así lo puso de manifiesto en el último encuentro con su hermano, cuando la fuerza de su oración "pudo más, porque amaba más".

Era por el año 543. Escolástica prevé que va a ser esta la última entrevista que va a tener con su hermano, con el que compartió su vida desde la niñez. Pasan todo el día hablando de cosas espirituales. Al atardecer ya, se levanta su hermano y le dice:
– "Adiós, hermana. Hasta el año que viene".
- Hermano mío -le suplica Escolástica no te marches. Pasemos toda la noche hablando de cosas de Dios-
– ¿Qué dices, Escolástica? ¿Ignoras que no puedo pasar la noche fuera de la clausura del Monasterio?
Escolástica no responde. Baja la cabeza, la coloca entre sus manos y ora fervorosamente al Señor. En un santiamén se encapota el cielo y se oyen truenos y cae una copiosa lluvia como nunca se había visto en aquellos parajes.
- "¿No te vas?
– ¿Qué has hecho, hermana mía?
– Te lo pedí con insistencia y no me escuchaste. Se lo pedí a Dios y me ha escuchado en seguida. Hermano mío, Dios ha preferido el amor a la Regla…"
Y pasaron toda la noche en conversaciones espirituales. Tres días después, la santa murió, y su hermano que se encontraba absorto en la oración tuvo la visión del alma de su hermana ascendiendo desde el monasterio al cielo en forma de paloma.

Inmediatamente mandó traer el cuerpo de su hermana y la enterró en un sepulcro destinado para sí mismo. Era el año 543 y 30 años después moriría Benito y enterraron juntos a los dos hermanos que tanto se querían.

Oración: Te rogamos, Señor, al celebrar la fiesta de santa Escolástica, virgen, que, imitando su ejemplo, te sirvamos con un corazón puro, y alcancemos así los saludables efectos de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

martes, 9 de febrero de 2021

Lecturas y Santoral 09/02/2021. Martes de la quinta semana de Tiempo Ordinario

Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza
Primera Lectura. Génesis 1, 20-2, 4a
Dijo Dios: «Bullan las aguas de seres vivientes, y vuelen los pájaros sobre la tierra frente al firmamento del cielo». Y creó Dios los grandes cetáceos y los seres vivientes que se deslizan y que las aguas fueron produciendo según sus especies, y las aves aladas según sus especies. Y vio Dios que era bueno. Luego los bendijo Dios, diciendo: «Sed fecundos y multiplicaos, llenad las aguas del mar; y que las aves se multipliquen en la tierra». Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto. Dijo Dios: «Produzca la tierra seres vivientes según sus especies: ganados, reptiles y fieras según sus especies». Y así fue. E hizo Dios las fieras según sus especies, los ganados según sus especies y los reptiles según sus especies. Y vio Dios que era bueno. Dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los ganados y los reptiles de la tierra». Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó. Dios los bendijo; y les dijo Dios: «Sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se mueven sobre la tierra». Y dijo Dios: «Mirad, os entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la superficie de la tierra y todos los árboles frutales que engendran semilla: os servirán de alimento. Y la hierba verde servirá de alimento a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todo ser que respira». Y así fue. Vio Dios todo lo que había hecho; y era muy bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto. Así quedaron concluidos el cielo, la tierra y todo el universo. Y habiendo concluido el día séptimo la obra que había hecho, descansó el día séptimo de toda la obra que había hecho. Y bendijo Dios el día séptimo y lo consagró, porque en él descansó de toda la obra que Dios había hecho cuando creó. Esta es la historia del cielo y de la tierra cuando fueron creados.

Palabra de Dios



Salmo Responsorial. 8, 4-5. 6-7. 8-9

¡Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!.

Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado. ¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para mirar por él?

¡Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!.

Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos. Todo lo sometiste bajo sus pies.

¡Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!.

Rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar que trazan sendas por el mar.

¡Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!.

Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 7, 1-13
En aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén; y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Pues los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas). Y los fariseos y los escribas le preguntaron: «¿Por qué no caminan tus discípulos según las tradiciones de los mayores y comen el pan con manos impuras?». Él les contestó: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos." Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres». Y añadió: «Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición. Moisés dijo: "Honra a tu padre y a tu madre" y "el que maldiga a su padre o a su madre es reo de muerte". Pero vosotros decís: “Si uno le dice a su padre o a la madre: los bienes con que podría ayudarte son ‘corbán’, es decir, ofrenda sagrada”, ya no le permitís hacer nada por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios con esa tradición que os trasmitís; y hacéis otras muchas cosas semejantes».

Palabra de Dios.

Santa Apolonia Virgen y Mártir (+ c.a. 249)

Según la tradición, los padres de Apolonia no tenían descendencia a pesar de sus constantes oraciones a sus dioses. Finalmente la futura madre le pidió a la Virgen Santísima que intercediera por ellos. Cuando la joven Apolonia conoció las circunstancias de su nacimiento, se hizo cristiana.

San Dionisio, obispo de Alejandría, fue testigo de la muerte de Apolonia quien era para entonces una diaconesa de edad avanzada. La describió en una carta a Fabio que fue preservada por Eusebio, obispo de Antioquía.

Estalló una persecución de los cristianos por el populacho pagano de Alejandría en el último año del reino del emperador Felipe. Los cristianos eran arrastrados fuera de sus casas y asesinados, sus propiedades saqueadas. La persecución comenzó cuando un poeta de Alejandría profetizó desastre por la presencia de los cristianos a los que consideraba impíos por no adorar a los dioses.

La primera víctima fue un anciano venerable llamado Metras o Metrius, a quien trataron de obligar a proferir blasfemias contra Dios. Cuando se negó, lo azotaron, le clavaron astillas de caña en los ojos, y lo mataron a pedradas.

La siguiente persona que prendieron fue a una mujer cristiana, llamada Quinta, a quien llevaron a uno de sus templos para forzarla a adorar al ídolo. Ella se dirigió al falso dios con palabras de desprecio que exasperaron tanto al pueblo que la arrastraron por los talones por encima del empedrado, la azotaron y le dieron muerte a pedradas. Por esos días, los alborotadores habían llegado al colmo de su furor. Los cristianos no ofrecían resistencia, sino que se daban a la fuga, abandonando todas sus pertenencias, sin quejarse, porque sus corazones estaban despegados de la tierra. Su constancia era tan general, que San Dionisio no supo de ninguno que hubiera renunciado a Cristo.

Las hordas incontroladas se apoderaron de Apolonia y pretenden obligarla a blasfemar contra Jesucristo. Como nada sale de su boca, con una piedra le destrozan los dientes y después, prendiendo una gran hoguera fuera de la ciudad, la amenazaron con arrojarla dentro si no pronunciaba ciertas palabras impías. Les rogó que le dieran unos momentos de tregua, como si fuera a considerar su posición. Entonces, para dar testimonio de que su sacrificio era perfectamente voluntario, tan pronto como la dejaron libre, se lanzó dentro de las llamas.

Luego descargaron su furia sobre un santo hombre llamado Serapión y lo atormentaron en su propia casa; después lo tiraron de cabeza desde la azotea.

En la mayoría de las regiones de la Iglesia occidental se encuentran iglesias y altares dedicados en honor de Santa Apolonia, pero no se la venera en ninguna iglesia oriental, aun cuando sufrió en Alejandría.

San Agustín explica por que razón anticipó su muerte. El santo supone que obró por una dirección particular del Espíritu Santo, porque de otra manera no sería lícito hacerlo; nadie puede apresurar su propio fin.

Se la invoca contra el dolor de muelas y todas las enfermedades dentales, y se la presenta con un par de pinzas que sostienen un diente o si no, suele distinguirse por un diente de oro pendiente de su collar.

Murió en Alexandria (Egipto) en 249 AD. Su fiesta se celebraba el 9 de febrero ya en el antiguo calendario litúrgico.

Fray Leopoldo de Alpandeire

Nació en Alpandeire (Málaga, España) el año 1864, en el seno de una familia humilde y laboriosa. Desde muy joven trabajó en el campo, a la vez que profundizaba en su vida de piedad y de caridad. A los 35 años tomó el hábito de los Capuchinos como hermano lego en Sevilla.

Desde 1914 vivió en Granada pidiendo limosna para su convento, para los pobres y para las misiones, mientras distribuía la ayuda espiritual del consuelo, consejo y buen ejemplo de una vida austera y pura, incluso en las situaciones revueltas que se vivieron en España.

Murió el 9 de febrero de 1956. Fue beatificado el año 2010, y de él dijo Benedicto XVI: "La vida de este sencillo y austero Religioso Capuchino es un canto a la humildad y a la confianza en Dios y un modelo luminoso de devoción a la Santísima Virgen María. Invito a todos, siguiendo el ejemplo del nuevo Beato, a servir al Señor con sincero corazón, para que podamos experimentar el inmenso amor que Él nos tiene y que hace posible amar a todos los hombres sin excepción".

Oración: Dios Padre misericordioso, que has llamado al beato Leopoldo a seguir las huellas de tu Hijo Jesucristo por la senda de la humildad, la pobreza y el amor a la cruz, concédenos imitar sus virtudes para participar junto a él en el banquete del Reino de los cielos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Anne Catherine Emmerich (08/09/1774 – 09/02/1824)

Religiosa Agustina, estigmática y extática, nació el 8 de septiembre de 1774 en Flamsche, cerca de Coesfeld en la Diócesis de Munster, en Westphalia, Alemania, y murió el 9 de febrero de 1824 en la localidad de Dulmen.

Sus padres, que eran campesinos, fueron bastante pobres y piadosos. A la edad de doce años se vio obligada a trabajar en el campo, para luego desempeñarse como costurera durante varios años. Siempre delicada, fue enviada a estudiar música pero al descubrir la pobreza en la que la familia del organista vivía, les entregó lo poco que había ahorrado para su ingreso al convento y trabajó para él y su familia como sirvienta por algunos años.

Por momentos estaba tan necesitada de alimento que su madre le llevaba pan en sus descansos, y parte de ese pan iba destinado a la familia de su amo. Una vez cumplidos los veintiocho años (1802) ingresó al convento augustino de Agnetenberg en Dulmen. Ahí se mostró contenta por ser considerada como la última de la casa. Su celo y entusiasmo, sin embargo, incomodaban al común de las hermanas, que estaban intrigadas y molestas por sus extrañas capacidades y su salud frágil, y que al no comprender los éxtasis en los que entraba cuando estaba en la iglesia, en su celda o mientras trabajaba, la trataban con cierta antipatía. No obstante su intenso ascetismo, ella cumplía con sus deberes fiel y alegremente.

Lo ordinario sobrenatural
Cuando Jerónimo Bonaparte cerró el convento en 1812, se vio obligada a buscar refugio en la casa de una viuda pobre. En 1813 quedó postrada en cama. Logró prever la caída de Napoleón con doce años de anticipación, y aconsejó de una misteriosa manera al sucesor de San Pedro. Incluso durante su infancia lo sobrenatural era tan común para ella que, dada su inocente ignorancia, pensaba que el resto de niños gozaba de los mismos favores que ella, por ejemplo conversar de manera muy familiar con el Niño Jesús, etc. Ella mostraba un conocimiento maravilloso cuando los pobres y enfermos se acercaban a la "brillante hermanita" en busca de ayuda; ella conocía sus enfermedades y les prescribía remedios que nunca fallaban.

Era lista y vivaz por naturaleza y el sufrimiento de los demás le generaba gran compasión muy fácilmente. Este sentimiento se adhirió a su ser espiritual, por lo que ella rezaba y sufría mucho por las almas del Purgatorio a quienes veía con frecuencia, y también por la salvación de los pecadores cuyas miserias ella conocía aún cuando estuviesen muy lejos. Al corto tiempo de haber sido confinada a la cama (1813), sus estigmas se manifestaron externamente, incluso como las marcas de las espinas. Ella intentaba infructuosamente ocultar su situación, tal como había disimulado las cruces impresas en su pecho.

Lo que más temía en el mundo
Como consecuencia llegó aquello a lo que ella le tenía pavor en vista de la publicidad, una comisión episcopal para investigar su vida y la realidad de esos signos maravillosos. Los exámenes fueron sumamente estrictos, pues se requería del mayor cuidado para no dar pretextos para el ridículo y el insulto de parte de los enemigos de la Iglesia. El vicario general, el famoso Overberg, y los tres médicos condujeron la investigación con cuidado escrupuloso y terminaron convencidos de la santidad de la "piadosa Beguina", como se le conocía, y de la veracidad de los estigmas. A fines de 1818 Dios le concedió su más ferviente oración y la alivió de los estigmas, y las heridas de sus manos y pies curaron pero las demás permanecieron, y en Viernes Santo todas se reabrieron.

En 1819 el gobierno envió un comité de investigación que ejerció su comisión de una manera brutal. Enferma de muerte que se encontraba, fue trasladada por la fuerza a una gran habitación en otra casa y se le mantuvo en estricta vigilancia durante el día y la noche durante tres semanas, alejada de todos sus amigos a excepción de su confesor. Se le insultó, amenazó e incluso se le aduló, pero todo fue en vano. La comisión partió sin encontrar nada sospechoso y permaneció en silencio frente a su presidente, y viéndose insultada por su reticencia, declararon que todo era un fraude, tras lo cual hubo una obvia respuesta: ¿Respecto de qué? ¿Y por qué la demora en su publicación?

Sus obras literarias
Alrededor de esos días el famoso poeta Klemens Brentano fue inducido a visitarla; para su gran asombro ella lo reconoció, y le dijo que él había sido señalado como el hombre capaz de ayudarla a que se cumpliera el mandato de Dios, concretamente, que escribiera por el bien de innumerables almas, la revelación que Él le había hecho. Brentano tomó breves notas sobre los principales puntos y, en vista de que ella hablaba el dialecto de Westphalia, él procedió a traducirlos inmediatamente al alemán. Conforme iba escribiendo, le leía y cambiaba y borraba hasta que ella lo aprobara en su totalidad. Como tantos otros, él se vio conquistado por su evidente pureza y sus excesivas humildad y paciencia ante tan indescriptible sufrimiento. Junto con Overberg, Sailer de Ratisbon, Clemente Augusto de Colonia, Stollberg, Louisa Hensel, etc. Él la reverenciaba como la novia escogida de Cristo.

En 1833 aparecieron los primeros frutos del esfuerzo de Brentano,"La Dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo de acuerdo a las Meditaciones de Anne Catherine Emmerich" (Sulzbach). Brentano preparó para su publicación el trabajo "La Vida de La Santísima Virgen María", pero no apareció hasta 1852 en Munich. Desde el MS de Brentano, el P. Schorger publicó en tres volúmenes "La Vida de Nuestro Señor" (Ratisbon, 1858 – 80), y en 1881 una gran edición ilustrada de la misma obra. Éste también escribió su vida en dos tomos.

Lo original
Las visiones de Anne muestran detalles, generalmente ligeros, que les dan una intensidad que captura el interés del lector, ya que cada escena gráfica es sucedida por otra en una rápida sucesión como si fuesen físicamente visibles a través los ojos. Algunos místicos se preocupan más de las ideas, ella de los eventos; otros se detienen para meditar en voz alta y para guiar los pensamientos del lector, ella deja que los hechos hablen por sí mismos con la simpleza, brevedad y seguridad de una narrativa Evangélica. El tratamiento que le otorga a tan difícil tema, la doble naturaleza de Cristo, es admirable. Su humanidad la muestra clara y definida, pero a través de esta brilla siempre un destello de Divinidad. La expansión rápida y silenciosa de sus trabajos a lo largo de Alemania, Francia, Italia y en cualquier otro lugar habla bien de su mérito. Por algún motivo no produjeron controversias. Dom Guéranger elogia sus méritos en elevados términos (Le Monde, 15 de abril, 1860).

Su santidad y frutos
La Hermana Emmerich vivió durante uno de los más tristes y menos gloriosos periodos de la historia de la Iglesia, cuando la revolución triunfó, la impiedad floreció y muchas de las más justas provincias bajo su dominio fueron invadidas por infieles y echadas a tal ruinosa situación que la Fe parecía estar por extinguirse. Su misión parece haber sido, en parte, ayudar a la restauración de la disciplina de la Iglesia, especialmente en Westphalia a través de sus oraciones y sufrimientos. De la misma manera, fortalecer cuando menos a los más pequeños del rebaño en su fe. Además de todo esto, ella salvó muchas almas y recordó al mundo cristiano que lo sobrenatural está alrededor pero a un grado a veces olvidado. Un rumor acerca del robo del cuerpo fue la causa de que se abriera su tumba seis semanas después de su muerte. El cuerpo fue encontrado fresco, sin ningún signo de corrupción. En 1892 el proceso de su beatificación fue introducido por el Obispo de Münster.

E.P. GRAHAM
Transcrito por Michael T. Barrett
Dedicado a las pobres almas del Purgatorio
Traducido por J.M.M

lunes, 8 de febrero de 2021

Lecturas y Santoral 08/02/2021. Lunes de la quinta semana de Tiempo Ordinario

Dijo Dios, y así fue
Primera Lectura. Génesis 1, 1-19
Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra estaba informe y vacía; la tiniebla cubría la superficie del abismo, mientras el espíritu de Dios se cernía sobre la faz de las aguas. Dijo Dios: «Exista la luz». Y la luz existió. Vio Dios que la luz era buena. Y separó Dios la luz de la tiniebla. Llamó Dios a la luz «día» y a la tiniebla llamó «noche». Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero. Y dijo Dios: «Exista un firmamento entre las aguas, que separe aguas de aguas». E hizo Dios el firmamento y separó las aguas de debajo del firmamento de las aguas de encima del firmamento. Y así fue. Llamó Dios al firmamento «cielo». Pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo. Dijo Dios: «Júntense las aguas de debajo del cielo en un solo sitio, y que aparezca lo seco». Y así fue. Y llamó Dios a lo seco «tierra», y a la masa de las aguas la llamó «mar». Y vio Dios que era bueno. Dijo Dios: «Cúbrase la tierra de verdor, de hierba verde que engendre semilla, y de árboles frutales que den fruto según su especie y que lleven semilla sobre la tierra». Y así fue. La tierra brotó hierba verde que engendraba semilla según su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla según su especie. Y vio Dios que era bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero. Dijo Dios: «Existan lumbreras en el firmamento del cielo, para separar el día de la noche, para señalar las fiestas, los días y los años; y sirvan de lumbreras en el firmamento del cielo, para iluminar sobre la tierra». Y así fue. E hizo Dios dos lumbreras grandes: la lumbrera mayor para regir el día, la lumbrera menor para regir la noche, y las estrellas. Dios las puso en el firmamento del cielo para iluminar la tierra, para regir el día y la noche y para separar la luz de la tiniebla. Y vio Dios que era bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 103, 1-2a. 5-6. 10 y 12. 24 y 35c

Goce el Señor con sus obras.

Bendice, alma mía, al Señor, ¡Dios mío, qué grande eres! Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto.

Goce el Señor con sus obras.

Asentaste la tierra sobre sus cimientos, y no vacilará jamás; la cubriste con el manto del océano, y las aguas se posaron sobre las montañas.

Goce el Señor con sus obras.

De los manantiales sacas los ríos, para que fluyan entre los montes; junto a ellos habitan las aves del cielo, y entre las frondas se oye su canto.

Goce el Señor con sus obras.

Cuántas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con sabiduría; la tierra está llena de tus criaturas. ¡Bendice, alma mía, al Señor!

Goce el Señor con sus obras.

Los que lo tocaban se curaban
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 6, 53-56
En aquel tiempo, terminada la travesía, Jesús y sus discípulos llegaron a Genesaret y atracaron. Apenas desembarcados, lo reconocieron y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaba los enfermos en camillas. En los pueblos, ciudades o aldeas donde llegaba colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos la orla de su manto; y los que lo tocaban se ponían sanos.

Palabra de Dios

San Jerónimo Emiliani

San Jerónimo Emiliani (o Miani) nació en Venecia el 1486. Huérfano de padre en tierna edad, fue sabiamente educado en la fe cristiana por la madre, Dionora Morosini, mujer de sentimientos muy elevados. En 1506, entró en la vida pública, dedicándose sobre todo al ejercicio de las armas. Pasó a ser soldado de la Serenísima República, y en 1511 fue enviado a la fortaleza de Castelnuovo de Quero, situada a la orilla del Piave, con carácter de Gobernador regente.

En el Santuario de la 'Madonna Grande' en Treviso, Jerónimo promete solemnemente entregarse totalmente al servicio de Dios y del prójimo. Al volver a Venecia, repartió su patrimonio a los pobres y se asoció a la Compañía del Divino Amor, que se dedicaba, en particular, a la asistencia de los enfermos 'incurables'. También él contrajo, en este servicio, una grave enfermedad, que superó gracias a su robusta fibra, y con nuevas energías volvió al servicio de la caridad.

Su corazón, muy sensible a todas las miserias humanas quedó profundamente impresionado viendo la deplorable condición de muchísimos niños, faltos de padres y abandonados al destino. Empezó a dar asilo a unos de estos huérfanos, en su propia casa; y en seguida, como el número iba aumentando, abrió para ellos una casa cerca de la Iglesia de San Basilio y otra cerca de la Iglesia de San Roque, en Venecia. A los huérfanos, el Santo enseñaba los primeros elementos del saber y al mismo tiempo las nociones fundamentales de la fe cristiana. Además procuraba que aprendieran un oficio, para que pudieran entrar a formar parte de la sociedad, como elementos vivos y activos, aptos para desenvolver con dignidad su personalidad humana y cristiana. Fundó y asistió muchos orfelinatos en todo Italia y también en algunas regiones fuera de ella.

Cuando el Santo se dio cuenta de que se iba debilitando físicamente y que tenía que dejar ya sus andanzas apostólicas de caridad, escogió como morada predilecta el pequeño pueblo de Somasca, cerca de Lecco. En este lugar, su ardiente fervor espiritual, podía contar con soledad, oración y meditación.

Murió santamente al amanecer del 8 de Febrero de 1537 a la edad de 51 años, víctima de su misma caridad. Beatificado en 1747, fue proclamado Santo en el año 1767. El Papa Pío XI lo proclamó "Patrono Universal de los huérfanos y de la Juventud abandonada". Su Fiesta se celebra cada año el 8 de Febrero, día de su tránsito al cielo.

Santa Josefina Bakhita

Nació en Sudán entre 1869 y 1872, en la tribu de los Dagiú. Siendo todavía niña, los negreros la raptaron y vendieron cinco veces en los mercados de esclavos. El miedo que experimentó en el rapto le provocó una amnesia que le hizo olvidar incluso su nombre.

Bakhita es el nombre que le dieron los secuestradores; Josefina, el que recibió en el bautismo.

Experimentó las humillaciones y los sufrimientos físicos y morales de la esclavitud, pasando de mano en mano por varios dueños. En Jartum la compró un cónsul italiano, que se la llevó a Génova y se la cedió a unos amigos. Estos, en 1888, la confiaron a las religiosas canosianas de Venecia.

Se fue acercando al catolicismo, en 1890 recibió el bautismo y en 1893 entró en el noviciado de las Hijas de la Caridad Canosianas. Por deseo de sus superioras, escribió sus memorias personales. Durante muchos años se dedicó a diversos trabajos domésticos en la casa de Schio (Vicenza, Italia), hasta que una artritis deformante la dejó postrada en una silla de ruedas.

Murió en Schio el 8 de febrero de 1947. Juan Pablo II la canonizó el año 2000.

Oración: Oh Dios, que de la humillante esclavitud condujiste a santa Josefina a la dignidad de hija tuya y esposa de Cristo, te rogamos nos concedas que, imitando su ejemplo, sigamos con amor firme a Cristo crucificado y, movidos a misericordia, perseveremos en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

sábado, 6 de febrero de 2021

Lecturas y Santoral 06/02/2021. Sábado de la cuarta semana de Tiempo Ordinario

Que el Dios de la paz, que hizo retornar de entre los muertos al gran pastor, os confirme en todo bien
Primera Lectura. Lectura de la carta a los Hebreos 13, 15-17. 20-21
Hermanos: Por medio de Jesús, ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de unos labios que confiesan su nombre. No os olvidéis de hacer el bien y de ayudaros mutuamente; ésos son los sacrificios que agradan a Dios. Obedeced y someteos a vuestros guías, pues ellos se desvelan por vuestro bien, sabiéndose responsables; así lo harán con alegría y sin lamentarse, cosa que no os aprovecharía. Que el Dios de la paz, que hizo retornar de entre los muertos al gran pastor de las ovejas, Jesús Señor nuestro, en virtud de la sangre de la alianza eterna, os confirme en todo bien para que cumpláis su voluntad, realizando en nosotros lo que es de su agrado, por medio de Jesucristo. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios.

Salmo Responsorial. 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6

El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas.

El Señor es mi pastor, nada me falta.

Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.

El Señor es mi pastor, nada me falta.

Preparas una mesa ante mi, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.

El Señor es mi pastor, nada me falta.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término.

El Señor es mi pastor, nada me falta.

Andaban como ovejas sin pastor
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 6, 30-34
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco». Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a solas a un lugar desierto. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.

Palabra de Dios

Lecturas obtenidas de https://www.buigle.net


Pablo Miki y compañeros Santos Mártires de Japón

Fiesta de los 26 mártires de Japón que fueron crucificados y lanceados en Nagasaki el 5 de febrero de 1597: San Pedro Bautista, franciscano español, y otros cinco hermanos suyos de hábito, así como diecisiete japoneses, seglares franciscanos. San Pablo Miki y dos de sus catequistas, los tres japoneses.

Pablo Miki nació en Japón el año 1566 de una familia pudiente; fue educado por los jesuitas en Azuchi y Takatsuki. Entró en la Compañía de Jesús y predicó el evangelio entre sus conciudadanos con gran fruto. Las tensiones políticas y religiosas surgidas en aquel país desencadenaron una persecución contra los cristianos, que en algún tiempo habían sido bien acogidos. Al recrudecer la persecución contra los católicos, decidió continuar su ministerio y fue apresado junto con otros. En su camino al martirio, él y sus compañeros cristianos fueron forzados a caminar 600 millas para servir de escarmiento a la población. Ellos iban cantando el Te Deum. Les hicieron sufrir mucho. Finalmente llegaron a Nagasaki y, mientras perdonaba a sus verdugos, fue crucificado el día 5 de febrero de 1597.

Desde la cruz predicó su último sermón. Junto a el sufrieron glorioso martirio otros veinticinco compañeros entre los que se encontraba el misionero franciscano español San Pedro Bautista, el escolar Juan Soan (de Gotó) y el hermano Santiago Kisai, de la Compañía de Jesús, y otros 22 religiosos y seglares.

Y he aquí los datos de los frailes franciscanos: San Pedro Bautista nació en San Esteban del Valle (Ávila, España) el año 1542. Vistió el hábito franciscano en Arenas de San Pedro (Ávila). En 1581, ya sacerdote, fue destinado a Filipinas. Estuvo misionando de paso en México y luego en Manila. Con otros compañeros pasó a Japón en 1593, enviado como embajador de Felipe II ante el emperador Taikosama. Trabajó denodadamente y convirtió a muchos a la fe.

San Felipe de Jesús nació en la Ciudad de México en 1571. Vistió el hábito franciscano en Filipinas y, cuando volvía a México para recibir la ordenación, el galeón naufragó en aguas de Tosa; se refugió en el convento de Meaco o Miyako, donde muy pronto lo arrestaron. Es patrono de los plateros y el primer mártir y santo mexicano.

San Francisco Blanco nació en Monterrey (Orense, España) hacia 1567. Ingresó en la Provincia franciscana de Santiago (Galicia). De paso hacia Filipinas, estuvo algún tiempo en México, donde se ordenó de sacerdote. Llegó a Japón en 1596.

San Francisco de La Parrilla, hermano profeso laico, nació en 1543 en La Parrilla (Valladolid). Tomó el hábito a la edad de 21 años. Camino de Filipinas, permaneció un par de años en México. En 1593 formó parte del séquito que acompañó a san Pedro Bautista cuando éste fue a Japón en misión de paz.

San Gonzalo García, hermano profeso laico, nació en la ciudad de Bazaín, en la India Oriental de Portugal, hacia 1562. Se dedicó al comercio hasta que, en Manila, vistió el hábito franciscano. Cuando san Pedro Bautista fue enviado a Japón, Gonzalo fue incluido en su séquito como intérprete.

San Martín Aguirre de la Ascensión, sacerdote, nacido en Vergara (Guipúzcoa, España) en 1567, que, siendo estudiante de teología en la Universidad de Alcalá, vistió el hábito franciscano. Más tarde pasó a México, camino de Filipinas, y luego llegó a Japón en junio de 1596.

Todos ellos fueron canonizados por Pío IX en 1862.

Oración: Oh Dios, fortaleza de todos los santos, que has llamado a san Pedro Bautista, a san Pablo Miki y a sus compañeros a la vida eterna por medio de la cruz, concédenos, por su intercesión, mantener con vigor, hasta la muerte, la fe que profesamos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Tito Obispo y discípulo de San Pablo (Siglo I)

La figura de Tito es inseparable de Pablo. Tito es menos afectivo que Timoteo, pero más enérgico, más fuerte en las contradicciones. Pablo lo llama su ayuda preciosa, su hijo querido, su amadísimo hermano.

Se habían conocido en Antioquía. Pablo lo asocia a su apostolado y se lo lleva al concilio de Jerusalén. Era un caso delicado, pues Tito venía de la gentilidad, y los más rigoristas exigían que fuera circuncidado, para ser admitido a los ágapes. Después de muchas discusiones, la tesis de Pablo venció. Para ser discípulo de Jesús no era necesario circuncidarse.

Tito acompaña a Pablo en el tercer viaje: Asia Menor, Macedonia, Acaya, Jerusalén. Cuando el cisma surgió en Corinto, Pablo envía a Tito a solucionar el conflicto, y a la vez le encarga una colecta en Acaya y Macedonia para la Iglesia madre de Jerusalén. Corinto ardía en discusiones. El celo y habilidad de Tito logró la pacificación de la comunidad de Corinto.

Después Pablo lo consagra obispo y le recomienda poner orden en la difícil situación por la que pasa la comunidad de Creta. Todo estaba allí muy confuso. Epiménides, cretense, pintaba con duros trazos a sus compatriotas: "Son mentirosos empedernidos, malas bestias, vientres perezosos". Tito había de poner en juego toda su habilidad para separar el trigo de la paja, pues muchos se habían hecho cristianos con torcidas intenciones.

San Pablo escribe una Carta a Tito, y le recomienda que proceda con autoridad frente a los indisciplinados, y con mucha vigilancia en lo que se refiere "a cuestiones necias, genealogías, altercados y vanas disputas sobre la Ley". "Habla con imperio y que nadie te desprecie". Otra vez el celo apostólico de Tito triunfó como antes en Corinto. Tito supo ganarse el cariño de los cretenses y a ellos se entregó hasta el fin de su vida.

viernes, 5 de febrero de 2021

Lecturas y Santoral 05/02/2021. Viernes de la cuarta semana de Tiempo Ordinario

Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre
Primera Lectura. Hebreos 13, 1-8
Hermanos: Conservad el amor fraterno y no olvidéis la hospitalidad; por ella algunos, sin saberlo, “hospedaron” a ángeles. Acordaos de los presos como si estuvierais presos con ellos; de los que son maltratados, como si estuvierais en su carne. Que todos respeten el matrimonio, el lecho nupcial que nadie lo mancille, porque a los impuros y adúlteros Dios los juzgará. Vivid sin ansía de dinero, contentándoos con lo que tengáis, pues él mismo dijo: «Nunca te dejaré ni te abandonaré»; así tendremos valor para decir: «El Señor es mi auxilio: nada temo; ¿qué podrá hacerme el hombre?». Acordaos de vuestros guías, que os anunciaron la palabra de Dios; fijaos en el desenlace de su vida e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 26, 1. 3. 5. 8b-9abc

El Señor es mi luz y mi salvación.

El Señor es mí luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?

El Señor es mi luz y mi salvación.

Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; si me declaran la guerra, me siento tranquilo.

El Señor es mi luz y mi salvación.

Él me protegerá en su tienda el día del peligro; me esconderá en lo escondido de su morada, me alzará sobre la roca.

El Señor es mi luz y mi salvación.

Tu rostro buscaré, Señor. No me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio; no me deseches.

El Señor es mi luz y mi salvación.

Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 6, 14-29
En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él. Unos decían: «Juan el Bautista ha resucitado, de entre los muertos y por eso las fuerzas milagrosas actúan en él». Otros decían: «Es Elías». Otros: «Es un profeta como los antiguos». Herodes, al oírlo, decía: «Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado». Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener a la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería matarlo pero no podía, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo defendía. Al escucharlo quedaba muy perplejo, aunque lo oía con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo daré». Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino». Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?». La madre le contestó: «La cabeza de Juan el Bautista». Entró ella enseguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista». El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados no quiso desairarla. Enseguida le mandó a uno de su guardia que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos fueron a recoger el cadáver y lo pusieron en un sepulcro.

Palabra de Dios.

Santa Águeda

Es una de las más famosas vírgenes y mártires de la antigüedad cristiana, desde la antigüedad su culto se extendió por toda la Iglesia y su nombre fue incluido en el canon romano de la misa. Nació en Catania o Palermo hacia el año 230, de padres cristianos, nobles y ricos. En su juventud consagró su virginidad al Señor.

Santa Águeda poseía todo lo que una joven suele desear: Una familia distinguida y belleza extraordinaria. Pero atesoraba mucho mas que todo su fe en Jesucristo. Así lo demostró cuando el Senador Quinciano (Quintianus), gobernador de la isla de Sicilia, se aprovechó de la persecución del emperador Decio (250-253) contra los cristianos para intentar poseerla. Las propuestas del senador fueron resueltamente rechazadas por la joven virgen, que ya se había comprometido con otro esposo: Jesucristo. Quintianus no se dio por vencido y la entregó en manos de Afrodisia, una mujer malvada, con la idea de que esta la sedujera con las tentaciones del mundo. Pero sus malas artes se vieron fustigadas por la virtud y la fidelidad a Cristo que demostró Santa Águeda.

Quinciano entonces, poseído por la ira, sometió a Águeda a los más crueles y vejatorios tormentos porque se negó ella a las pretensiones amorosas de él, no quiso sacrificar a los dioses y se mantuvo firme en su fe cristiana. Según cuenta la tradición, Quinciano, despechado y furioso, ordenó que le cortaran los pechos. Es famosa la respuesta de Santa Águeda: "Cruel tirano, ¿no te da vergüenza torturar en una mujer el mismo seno con el que de niño te alimentaste?". La santa fue consolada con una visión de San Pedro quién, milagrosamente, la sanó. Pero las torturas continuaron y al fin fue meritoria de la palma del martirio, siendo echada sobre carbones encendidos, muriendo virgen y mártir en Catania, Sicilia (Italia) el 5 de febrero del año 251.

Según la tradición, en una erupción del volcán Etna, ocurrida un año después del martirio de Santa Águeda (c.250), la lava se detuvo milagrosamente al pedir los pobladores del área la intercesión de la santa mártir. Por eso la ciudad de Catania la tiene como patrona y las regiones aledañas al Etna la invocan como patrona y protectora contra fuego, rayos y volcanes. Además de estos elementos, la iconografía de Santa Águeda suele presentar la palma (victoria del martirio), y algún símbolo o gesto que recuerde las torturas que padeció (ver imagen, arriba).

Tanto Catania como Palermo reclaman el honor de ser la cuna de Santa Águeda. En algunos lugares, el "pan de Santa Águeda" y agua son bendecidos durante la misa de su fiesta.

La Iglesia de Santa Águeda en Roma tiene una impresionante pintura de su martirio sobre el altar mayor.

Oración: Te rogamos, Señor, que la virgen santa Águeda nos alcance tu perdón, pues ella fue agradable a tus ojos por la fortaleza que mostró en su martirio y por el mérito de su castidad. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.