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viernes, 5 de marzo de 2021

Lecturas y Santoral 05/03/2021. Viernes de la segunda semana de Cuaresma

Ahí viene el soñador, vamos a matarlo
Primera Lectura. Génesis 37. 3-4.12-13a. 17b-28
Israel amaba a José más que a todos los otros hijos, porque le había nacido en la vejez, y le hizo una túnica con mangas. Al ver sus hermanos que su padre lo prefería a los demás, empezaron a odiarlo y le negaban el saludo. Sus hermanos trashumaron a Siquén con los rebaños de su padre. Israel dijo a José: «Tus hermanos deben estar con los rebaños en Siquén; ven, que te voy a mandar donde están ellos». José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron desde lejos y antes de que se acercara, maquinaron su muerte. Se decían unos a otros: «Ahí viene el soñador. Vamos a matarlo y a echarlo en un aljibe; luego diremos que una fiera lo ha devorado; veremos en que paran sus sueños». Oyó esto Rubén, e intentando salvarlo de sus manos, dijo: «No le quitemos la vida» Y añadió: «No derraméis sangre; echadlo en este aljibe, aquí en la estepa; pero no pongáis las manos en él» Lo decía para librarlo de sus manos y devolverlo a su padre. Cuando llegó José al lugar donde estaban sus hermanos, lo sujetaron, le quitaron la túnica con mangas que llevaba puesta, lo cogieron y lo echaron en un pozo. El pozo estaba vacío, sin agua. Luego se sentaron a comer y al levantar la vista, vieron una caravana de ismaelitas que transportaban en camellos goma, bálsamo y resina de Galaad a Egipto. Judá propuso a sus hermanos: «¿Qué sacaremos con matar a nuestro hermano y con tapar su sangre? Vamos a venderlo a los ismaelitas y no pongamos nuestras manos en él, que al fin es hermano nuestro y carne nuestra» Los hermanos aceptaron. Al pasar unos comerciantes madianitas, tiraron de su hermano, lo sacaron del pozo, lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas de plata. Estos se llevaron a José a Egipto.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 104, 16-17. 18-19. 20-21

Recordad las maravillas que hizo el Señor.

Llamó al hambre sobre aquella tierra: cortando el sustento de pan; por delante había enviado a un hombre, a José, vendido como esclavo.

Recordad las maravillas que hizo el Señor.

Le trabaron los pies con grillos, le metieron el cuello en la argolla, hasta que se cumplió su predicción, y la palabra del Señor lo acreditó.

Recordad las maravillas que hizo el Señor.

El rey lo mandó desatar, el señor de pueblos le abrió la prisión, lo nombró administrador de su casa, señor de todas sus posesiones.

Recordad las maravillas que hizo el Señor.

Este es el heredero: venid, lo matamos
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 21, 33-43. 45-46
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de los frutos, envió sus criados a los labradores para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: "Tendrán respeto a mi hijo". Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: "Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia." Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?». Le contestaron: «Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos». Y Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca en la Escritura: "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"? Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos». Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que hablaba de ellos. Y, aunque intentaban echarle mano, temieron a la gente, que lo tenía por profeta.

Palabra de Dios

San Juan José de la Cruz 1654-1734

San Juan José de la Cruz, de la Orden Franciscana de San Pedro de Alcántara. Nace en 1654 en la isla de Ischia, frente a Nápoles, de una familia cristianísima, cuyos cinco hijos se consagran a Dios en la vida religiosa.

Lo mismo de maestro de novicios que de superior provincial y director de almas, San Juan José de la Cruz hace de su vida una Cuaresma de oración y penitencia, con ayunos, y cilicios en cruz, rigurosísimos.

Sobresaliente por su austeridad, insistió en una austeridad igual de estricta para los novicios a su cargo. Incluso tuvo la idea de edificar eremitorios fuera del edificio principal del monasterio, de modo que pudiese practicar una autodisciplina aún mayor. A pesar de su exacta observancia de las reglas de su orden, puso también un especial cuidado en que los novicios tuvieran tiempos regulares de recreo. Entendió, que lejos de ser un lujo, el recreo es una necesidad del espíritu humano.

En su amor a la pobreza, llega a ser llamado "el Padre Cien Remiendos". A su hábito lo considera como la túnica de Cristo, signo de su consagración a él.

Y hasta su muerte en Nápoles, con 80 años, el 5 de marzo de 1734, acata siempre la Providencia de Dios; persuadido de que un ser como el hombre, con poco más de tres dedos de frente, no puede abarcar los insondables designios divinos.

Santos Adrián y Eubulo, Mártires

En el sexto año de la persecución de Diocleciano, siendo Firmiliano gobernador de Palestina, Adrián y Eubulo fueron de Batenea a Cesarea para visitar a los confesores de la fe. Cuando los guardias de la ciudad les interrogaron sobre el motivo de su viaje, los mártires respondieron sin rodeos que habían ido a visitar a los cristianos. Inmediatamente fueron conducidos ante el gobernador, quien los mandó azotar y desgarrar las carnes con los garfios de hierro, para ser arrojados después a las fieras.

Dos días más tarde, durante las fiestas de la diosa Fortuna, Adrián fue decapitado, después de haber sido atacado por un león. Eubolo corrió la misma suerte, uno o dos días después. El juez le había prometido la libertad a este último, con tal de que sacrificara a los ídolos, pero el santo prefirió la muerte.

jueves, 5 de marzo de 2020

Lecturas y Santoral 05/03/2020. Jueves de la primera semana de Cuaresma

No tengo más defensor que tú.
Primera Lectura. Ester 14,1.3-5.12-14

En aquellos días, la reina Ester, presa de un temor mortal, se refugió en el Señor.
Y se postró en tierra con sus doncellas desde la mañana a la tarde, diciendo:
«¡Bendito seas, Dios de Abrahán, Dios de Isaac y Dios de Jacob! Ven en mi ayuda, que estoy sola y no tengo otro socorro fuera de ti, Señor, porque me acecha un gran peligro.
Yo he escuchado en los libros de mis antepasados, Señor, que tú libras siempre a los que cumplen tu voluntad. Ahora, Señor, Dios mío, ayúdame, que estoy sola y no tengo a nadie fuera de ti. Ahora, ven en mi ayuda, pues estoy huérfana, y pon en mis labios una palabra oportuna delante del león, y hazme grata a sus ojos. Cambia su corazón para que aborrezca al que nos ataca, para su ruina y la de cuantos están de acuerdo con él.
Líbranos de la mano de nuestros enemigos, cambia nuestro luto en gozo y nuestros sufrimientos en salvación».

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. 137, 1-2a. 2bc y 3. 7c-8
Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque escuchaste las palabras de mi boca;
delante de los ángeles tañeré para ti;
me postraré hacia tu santuario.

Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.
Daré gracias a tu nombre,
por tu misericordia y tu lealtad;
porque tu promesa supera tu fama.
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma.

Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.
Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos.

Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.
Todo el que pide recibe.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 7, 7-12
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!
Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas».

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de https://www.buigle.net


San Juan José de la Cruz 1654-1734


San Juan José de la Cruz, de la Orden Franciscana de San Pedro de Alcántara. Nace en 1654 en la isla de Ischia, frente a Nápoles, de una familia cristianísima, cuyos cinco hijos se consagran a Dios en la vida religiosa.

Lo mismo de maestro de novicios que de superior provincial y director de almas, San Juan José de la Cruz hace de su vida una Cuaresma de oración y penitencia, con ayunos, y cilicios en cruz, rigurosísimos.

Sobresaliente por su austeridad, insistió en una austeridad igual de estricta para los novicios a su cargo. Incluso tuvo la idea de edificar eremitorios fuera del edificio principal del monasterio, de modo que pudiese practicar una autodisciplina aún mayor. A pesar de su exacta observancia de las reglas de su orden, puso también un especial cuidado en que los novicios tuvieran tiempos regulares de recreo. Entendió, que lejos de ser un lujo, el recreo es una necesidad del espíritu humano.

En su amor a la pobreza, llega a ser llamado "el Padre Cien Remiendos". A su hábito lo considera como la túnica de Cristo, signo de su consagración a él.

Y hasta su muerte en Nápoles, con 80 años, el 5 de marzo de 1734, acata siempre la Providencia de Dios; persuadido de que un ser como el hombre, con poco más de tres dedos de frente, no puede abarcar los insondables designios divinos.

Santos Adrián y Eubulo, Mártires


En el sexto año de la persecución de Diocleciano, siendo Firmiliano gobernador de Palestina, Adrián y Eubulo fueron de Batenea a Cesarea para visitar a los confesores de la fe. Cuando los guardias de la ciudad les interrogaron sobre el motivo de su viaje, los mártires respondieron sin rodeos que habían ido a visitar a los cristianos. Inmediatamente fueron conducidos ante el gobernador, quien los mandó azotar y desgarrar las carnes con los garfios de hierro, para ser arrojados después a las fieras.

Dos días más tarde, durante las fiestas de la diosa Fortuna, Adrián fue decapitado, después de haber sido atacado por un león. Eubolo corrió la misma suerte, uno o dos días después. El juez le había prometido la libertad a este último, con tal de que sacrificara a los ídolos, pero el santo prefirió la muerte.

martes, 5 de marzo de 2019

Lecturas y Santoral 05/03/2019. Martes de la octava semana de Tiempo Ordinario

Quien guarda los mandamientos ofrece sacrificio de comunión
Primera Lectura. Eclesiástico 35, 1-15

Quien observa la ley multiplica las ofrendas, quien guarda los mandamientos ofrece sacrificios de comunión.
Quien devuelve un favor hace una ofrenda de flor de harina, quien da limosna ofrece sacrificio de alabanza.
Apartarse del mal es complacer al Señor, un sacrificio de expiación es apartarse de la injusticia.
No te presentes ante el Señor con las manos vacías, pues esto es lo que prescriben los mandamientos.
La ofrenda del justo enriquece el altar, y su perfume sube hasta el Altísimo.
El sacrificio del justo es aceptable, su memorial no se olvidará.
Glorifica al Señor con generosidad y no escatimes las primicias de tus manos.
Cuando hagas tus ofrendas, pon cara alegre y paga los diezmos de buena gana.
Da al Altísimo como él te ha dado a ti, con generosidad, según tus posibilidades.
Porque el Señor sabe recompensar y te devolverá siete veces más.
No trates de sobornar al Señor, porque no lo aceptará; no te apoyes en sacrificio injustos.
Porque el Señor es juez, y para él no cuenta el prestigio de las personas.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 49, 5-6. 7-8. 14 y 23
Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
Congregadme a mis fieles,
que sellaron mi pacto con un sacrificio".
Proclame el cielo su justicia;
Dios en persona va a juzgar.

Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
"Escucha, pueblo mío, me voy a hablarte;
Israel, voy a dar testimonio contra ti;
- yo, soy Dios, tu Dios -.
No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí".

Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza,
cumple tus votos al Altísimo.
"El que me ofrece acción de gracias,
ése me honra;
al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios".

Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
Recibiréis en este tiempo cien veces más, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 10, 28-31
En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús:
"Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido".
Jesús dijo:
"En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más - casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones -, y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


San Juan José de la Cruz 1654-1734


San Juan José de la Cruz, de la Orden Franciscana de San Pedro de Alcántara. Nace en 1654 en la isla de Ischia, frente a Nápoles, de una familia cristianísima, cuyos cinco hijos se consagran a Dios en la vida religiosa.

Lo mismo de maestro de novicios que de superior provincial y director de almas, San Juan José de la Cruz hace de su vida una Cuaresma de oración y penitencia, con ayunos, y cilicios en cruz, rigurosísimos.

Sobresaliente por su austeridad, insistió en una austeridad igual de estricta para los novicios a su cargo. Incluso tuvo la idea de edificar eremitorios fuera del edificio principal del monasterio, de modo que pudiese practicar una autodisciplina aún mayor. A pesar de su exacta observancia de las reglas de su orden, puso también un especial cuidado en que los novicios tuvieran tiempos regulares de recreo. Entendió, que lejos de ser un lujo, el recreo es una necesidad del espíritu humano.

En su amor a la pobreza, llega a ser llamado "el Padre Cien Remiendos". A su hábito lo considera como la túnica de Cristo, signo de su consagración a él.

Y hasta su muerte en Nápoles, con 80 años, el 5 de marzo de 1734, acata siempre la Providencia de Dios; persuadido de que un ser como el hombre, con poco más de tres dedos de frente, no puede abarcar los insondables designios divinos.

Santos Adrián y Eubulo, Mártires


En el sexto año de la persecución de Diocleciano, siendo Firmiliano gobernador de Palestina, Adrián y Eubulo fueron de Batenea a Cesarea para visitar a los confesores de la fe. Cuando los guardias de la ciudad les interrogaron sobre el motivo de su viaje, los mártires respondieron sin rodeos que habían ido a visitar a los cristianos. Inmediatamente fueron conducidos ante el gobernador, quien los mandó azotar y desgarrar las carnes con los garfios de hierro, para ser arrojados después a las fieras.

Dos días más tarde, durante las fiestas de la diosa Fortuna, Adrián fue decapitado, después de haber sido atacado por un león. Eubolo corrió la misma suerte, uno o dos días después. El juez le había prometido la libertad a este último, con tal de que sacrificara a los ídolos, pero el santo prefirió la muerte.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

lunes, 5 de marzo de 2018

Lecturas y Santoral 05/03/2018. Lunes de la tercera semana de Cuaresma

Muchos leprosos había en Israel, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el sirio
Primera Lectura. Segundo libro de los Reyes 5, 1-15a8

En aquellos días, Naamán, jefe del ejército del rey de Siria, era un hombre notable y muy estimado por su señor, pues por su medio el Señor había concedido la victoria a Siria.
Pero, siendo un gran militar, era leproso.
Una banda de arameos habían hecho una incursión trayendo de la tierra de Israel a una muchacha, que pasó al servicio de la mujer de Naamán. Dijo ella a su señora:
"Ah, si mi señor pudiera presentase ante el profeta que hay en Samaria. Él lo curaría de su lepra".
Fue (Naamán) y se lo comunicó a su señor diciendo:
"Esto y esto ha dicho la muchacha de la tierra de Israel".
Y el rey de Siria contestó:
"Vete, que yo enviaré una carta al rey de Israel".
Entonces tomó en su mano diez talentos de plata, seis mil siglos de oro, diez vestidos nuevos y un carta al rey de Israel que decía:
"Al llegarte esta carta, sabrás que te envío a mi siervo Naamán para que lo cures de su lepra".
Cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó las vestiduras, diciendo:
"¿Soy yo un dios para repartir vida y muerte? Pues me encarga nada menos que curar a un hombre de su lepra. Daos cuenta y veréis cómo está buscando querella contra mí".
Eliseo, el hombre de Dios, oyó que el rey de Israel había rasgado sus vestiduras y mandó a que le dijeran:
"¿Por qué has rasgado tus vestiduras? Que venga a mí y sabrá que hay un profeta en Israel".
Llego Naamán con sus carros y caballos y se detuvo a la entrada de la casa de Eliseo. Envió este un mensajero a decirle:
-"Ve a lavarte siete veces en el Jordán. Tu carne renacerá y quedarás limpio".
Naamán se puso furioso y se marchó diciendo:
"Yo me había dicho: 'Saldrá seguramente a mi encuentro, se detendrá, invocará el nombre de su Dios, frotará con su mano mi parte enferma y sanaré de la lepra'. El Abana y el Farfar, los ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Podría bañarme en ellos y quedar limpio"
Dándose la vuelta , se marcho furioso. Sus servidores se le acercaron para decirle:
"Padre mío, si el profeta te hubiese mandado una cosa difícil, ¿no lo habrías hecho? ¡Cuánto más si te ha dicho: 'Lávate y quedarás limpio!'"
Bajó, pues, y se baño en el Jordán siete veces, conforme a la palabra del hombre de Dios. Y su carne volvió a ser como la de un niño pequeño: quedó limpio.
Naamán y toda su comitiva regresaron al lugar donde se encontraba el hombre de Dios. Al llegar, se detuvo ante él exclamando:
"Ahora conozco que no hay en toda la tierra otro Dios que el de Israel".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 41, 2. 3; 42, 3. 4
Mi alma tiene sed del Dios vivo: ¿cuándo veré el rostro de Dios?.
Como busca la cierva corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío.

Mi alma tiene sed del Dios vivo: ¿cuándo veré el rostro de Dios?.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

Mi alma tiene sed del Dios vivo: ¿cuándo veré el rostro de Dios?.
Envía tu luz y tu verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada.

Mi alma tiene sed del Dios vivo: ¿cuándo veré el rostro de Dios?.
Me acercaré al altar de Dios,
al Dios de mi alegría;
y te daré gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío.

Mi alma tiene sed del Dios vivo: ¿cuándo veré el rostro de Dios?.
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Jesús, al igual que Elías y Elíseo, no fue enviado solo a los judíos
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 4, 24-30
Habiendo llegado Jesús a Nazaret, le dijo al pueblo en la sinagoga:
"En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el sirio".
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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San Juan José de la Cruz 1654-1734


San Juan José de la Cruz, de la Orden Franciscana de San Pedro de Alcántara. Nace en 1654 en la isla de Ischia, frente a Nápoles, de una familia cristianísima, cuyos cinco hijos se consagran a Dios en la vida religiosa.

Lo mismo de maestro de novicios que de superior provincial y director de almas, San Juan José de la Cruz hace de su vida una Cuaresma de oración y penitencia, con ayunos, y cilicios en cruz, rigurosísimos.

Sobresaliente por su austeridad, insistió en una austeridad igual de estricta para los novicios a su cargo. Incluso tuvo la idea de edificar eremitorios fuera del edificio principal del monasterio, de modo que pudiese practicar una autodisciplina aún mayor. A pesar de su exacta observancia de las reglas de su orden, puso también un especial cuidado en que los novicios tuvieran tiempos regulares de recreo. Entendió, que lejos de ser un lujo, el recreo es una necesidad del espíritu humano.

En su amor a la pobreza, llega a ser llamado "el Padre Cien Remiendos". A su hábito lo considera como la túnica de Cristo, signo de su consagración a él.

Y hasta su muerte en Nápoles, con 80 años, el 5 de marzo de 1734, acata siempre la Providencia de Dios; persuadido de que un ser como el hombre, con poco más de tres dedos de frente, no puede abarcar los insondables designios divinos.

Santos Adrián y Eubulo, Mártires


En el sexto año de la persecución de Diocleciano, siendo Firmiliano gobernador de Palestina, Adrián y Eubulo fueron de Batenea a Cesarea para visitar a los confesores de la fe. Cuando los guardias de la ciudad les interrogaron sobre el motivo de su viaje, los mártires respondieron sin rodeos que habían ido a visitar a los cristianos. Inmediatamente fueron conducidos ante el gobernador, quien los mandó azotar y desgarrar las carnes con los garfios de hierro, para ser arrojados después a las fieras.

Dos días más tarde, durante las fiestas de la diosa Fortuna, Adrián fue decapitado, después de haber sido atacado por un león. Eubolo corrió la misma suerte, uno o dos días después. El juez le había prometido la libertad a este último, con tal de que sacrificara a los ídolos, pero el santo prefirió la muerte.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

domingo, 5 de marzo de 2017

Lecturas y Santoral 05/03/2017. Domingo de la primera semana de Cuaresma

Creación y pecado le los primeros padres
Primera Lectura. Génesis 2, 7-9; 3, 1-7
El Señor Dios modeló al hombre del polvo del suelo e insufló en su nariz un aliento de vida, y el hombre se convirtió en ser vivo.
Luego el Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia oriente, y colocó en él al hombre que había modelado.
El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos para la vista y buenos para comer; además, el árbol de la vida en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el mal.
La serpiente era más astuta que las demás bestias del campo que el Señor había hecho. Y dijo a la mujer:
"¿Conque Dios os ha dicho que no comáis de ningún árbol del jardín?".
La mujer contestó a la serpiente:
"Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; pero del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios: 'No comáis de él ni lo toquéis, de lo contrario moriréis'".
La serpiente replicó a la mujer:
"No, no moriréis; es que Dios sabe que el día en que comáis de él, se os abrirán los ojos, y seréis como Dios en el conocimiento del bien y el mal".
Entonces la mujer se dio cuenta de que el árbol era bueno de comer, atrayente a los ojos y deseable para lograr inteligencia; así que tomó de su fruto y comió. Luego se lo dio a su marido, que también comió.
Se les abrieron los ojos a los dos y descubrieron que estaban desnudos; y entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron.

Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial. Sal 50, 3-4. 5-6a 12-13. 14 y 17
Misericordia, Señor: hemos pecado.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa,
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.

Misericordia, Señor: hemos pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad en tu presencia.

Misericordia, Señor: hemos pecado.
Oh Dios, crea en mi un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.

Misericordia, Señor: hemos pecado.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

Misericordia, Señor: hemos pecado.
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Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia
Segunda Lectura. Carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 12-19
Hermanos:
Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte se propagó a todos los hombres, porque todos pecaron.
Pues, hasta que llegó la ley había pecado en el mundo, pero el pecado no se imputaba porque no había ley. Pese a todo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con una transgresión como la de Adán, que era figura del que tenía que venir.
Sin embargo, no hay proporción entre el delito y el don: si por el delito de uno solo murieron todos, con mayor razón la gracia de Dios y el don otorgado en virtud de un hombre, Jesucristo, se han desbordado sobre todos.
Y tampoco hay proporción entre la gracia y el pecado de uno: pues el juicio, a partir de uno, acabó en condena, mientras que la gracia, a partir de muchos pecados acabó en justicia.
Si por el delito de uno solo la muerte inauguró su reinado a través de uno solo, con cuánta más razón los que reciben a raudales el don gratuito de la justificación reinarán en la vida gracias a uno solo, Jesucristo.
En resumen, lo mismo que por un solo delito resultó condena para todos, así también por un acto de justicia resultó justificación y vida para todos.
Pues, así como por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo, todos serán constituidos justos.

Palabra de Dios.


Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Jesús ayuna cuarenta días y es tentado
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 4, 1-11
En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.
El tentador se le acercó y le dijo:
"Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes".
Pero él le contestó:
"Está escrito: 'No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios'".
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo:
"Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: 'Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras'".
Jesús le dijo:
"También está escrito: 'No tentarás al Señor, tu Dios'".
De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los reinos del mundo y su gloria, y le dijo:
"Todo esto te daré, si te postras y me adoras".
Entonces le dijo Jesús:
"Vete, Satanás, porque está escrito: 'Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto'".
Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/



San Juan José de la Cruz 1654-1734


San Juan José de la Cruz, de la Orden Franciscana de San Pedro de Alcántara. Nace en 1654 en la isla de Ischia, frente a Nápoles, de una familia cristiana, cuyos cinco hijos se consagran a Dios en la vida religiosa.

Lo mismo de maestro de novicios que de superior provincial y director de almas, San Juan José de la Cruz hace de su vida una Cuaresma de oración y penitencia, con ayunos, y cilicios en cruz, rigurosísimos.

Sobresaliente por su austeridad, insistió en una austeridad igual de estricta para los novicios a su cargo. Incluso tuvo la idea de edificar eremitorios fuera del edificio principal del monasterio, de modo que pudiesen practicar una autodisciplina aún mayor. A pesar de su exacta observancia de las reglas de su orden, puso también un especial cuidado en que los novicios tuvieran tiempos regulares de recreo. Entendió, que lejos de ser un lujo, el recreo es una necesidad del espíritu humano.

En su amor a la pobreza, llega a ser llamado “el Padre Cien Remiendos”. A su hábito lo considera como la túnica de Cristo, signo de su consagración a él.

Y hasta su muerte en Nápoles, con 80 años, el 5 de marzo de 1734, acata siempre la Providencia de Dios; persuadido de que un ser como el hombre, con poco más de tres dedos de frente, no puede abarcar los insondables designios divinos.


Santos Adrián y Eubulo, Mártires



En el sexto año de la persecución de Diocleciano, siendo Firmiliano gobernador de Palestina, Adrián y Eubulo fueron de Batenea a Cesarea para visitar a los confesores de la fe. Cuando los guardias de la ciudad les interrogaron sobre el motivo de su viaje, los mártires respondieron sin rodeos que habían ido a visitar a los cristianos. Inmediatamente fueron conducidos ante el gobernador, quien los mandó azotar y desgarrar las carnes con los garfios de hierro, para ser arrojados después a las fieras.

Dos días más tarde, durante las fiestas de la diosa Fortuna, Adrián fue decapitado, después de haber sido atacado por un león. Eubolo corrió la misma suerte, uno o dos días después. El juez le había prometido la libertad a este último, con tal de que sacrificara a los ídolos, pero el santo prefirió la muerte.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, aciprensa.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, www.corazones.org, vatican.va, catholic.net, oremosjuntos.com


"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

sábado, 5 de marzo de 2016

Lecturas y Santoral 05-03-16. Sábado, 3ª semana de Cuaresma

Quiero misericordia, y no sacrificios
Primera Lectura. Oseas 6,1-6
Vamos a volver al Señor. Porque él ha desgarrado y él nos curará; él nos ha golpeado, y él nos vendará. En dos días nos volverá a la vida y al tercero nos hará resurgir; viviremos en su presencia y comprenderemos. Procuremos conocer al Señor. Su manifestación es segura como la aurora. Vendrá como la lluvia, como la lluvia de primavera y su sentencia surge como la luz que empapa la tierra. - "¿Qué haré de ti, Efraín? ¿Qué haré de ti, Judá? Vuestro amor es como nube mañanera, como el rocío que al alba desaparece. Sobre una roca tallé mis mandamientos; los castigué por medio de los profetas con las palabras de mi boca. Mi juicio se manifestará como la luz. Quiero misericordia y no sacrificio, conocimiento de Dios, más que holocaustos."

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

profeta-Malaquias-Zacarias-Isaias-Oseas
Salmo Responsorial. 50, 3-4. 18-19. 20-21ab
Quiero misericordia, y no sacrificio.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado.

Quiero misericordia, y no sacrificio.
Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. El sacrificio agradable a Dios es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú, oh, Dios, tú no lo desprecias.

Quiero misericordia, y no sacrificio.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión, reconstruye las murallas de Jerusalén: entonces aceptarás los sacrificios rituales, ofrendas y holocaustos.

Quiero misericordia, y no sacrificio.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo no
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 18, 9-14
En aquel tiempo, dijo Jesús esta parábola a a algunos que confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás: - "Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: "¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo". El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: "¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador" Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Jesus-Fariseos-Templo-Sinagoga-cargas-hipocresia-publicano-04
San San Juan José de la Cruz 1654-1734

San Juan José de la Cruz, de la Orden Franciscana de San Pedro de Alcántara. Nace en 1654 en la isla de Ischia, frente a Nápoles, de una familia cristianísima, cuyos cinco hijos se consagran a Dios en la vida religiosa.

Lo mismo de maestro de novicios que de superior provincial y director de almas, San Juan José de la Cruz hace de su vida una Cuaresma de oración y penitencia, con ayunos, y cilicios en cruz, rigurosísimos.

Sobresaliente por su austeridad, insistió en una austeridad igual de estricta para los novicios a su cargo. Incluso tuvo la idea de edificar eremitorios fuera del edificio principal del monasterio, de modo que pudiese practicar una autodisciplina aún mayor. A pesar de su exacta observancia de las reglas de su orden, puso también un especial cuidado en que los novicios tuvieran tiempos regulares de recreo. Entendió, que lejos de ser un lujo, el recreo es una necesidad del espíritu humano.

En su amor a la pobreza, llega a ser llamado "el Padre Cien Remiendos". A su hábito lo considera como la túnica de Cristo, signo de su consagración a él.

Y hasta su muerte en Nápoles, con 80 años, el 5 de marzo de 1734, acata siempre la Providencia de Dios; persuadido de que un ser como el hombre, con poco más de tres dedos de frente, no puede abarcar los insondables designios divinos.

Santos Adrián y Eubulo, Mártires

Adrian, Adriano mártir 5 de marzo


En el sexto año de la persecución de Diocleciano, siendo Firmiliano gobernador de Palestina, Adrián y Eubulo fueron de Batenea a Cesarea para visitar a los confesores de la fe. Cuando los guardias de la ciudad les interrogaron sobre el motivo de su viaje, los mártires respondieron sin rodeos que habían ido a visitar a los cristianos. Inmediatamente fueron conducidos ante el gobernador, quien los mandó azotar y desgarrar las carnes con los garfios de hierro, para ser arrojados después a las fieras.

Dos días más tarde, durante las fiestas de la diosa Fortuna, Adrián fue decapitado, después de haber sido atacado por un león. Eubolo corrió la misma suerte, uno o dos días después. El juez le había prometido la libertad a este último, con tal de que sacrificara a los ídolos, pero el santo prefirió la muerte.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, franciscanos.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

jueves, 5 de marzo de 2015

Lecturas y Santoral 05-03-15

Maldito quien confía en el hombre; bendito quien confía en el Señor
Primera Lectura. Jeremías 17,5-10
Así dice el Señor:
"Maldito quien confía en el hombre, y en la carne busca su fuerza, apartando su corazón del Señor.
Será como un cardo en la estepa, no verá llegar el bien; habitará la aridez del desierto, tierra salobre e inhóspita.
Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza.
Será un árbol plantado junto al agua, que junto a la corriente echa raíces; cuando llegue el estío no lo sentirá, su hoja estará verde; en año de sequía no se inquieta, no deja de dar fruto.
Nada más falso y enfermo que el corazón: ¿quién lo entenderá?
Yo, el Señor, penetro el corazón, sondeo las entrañas, para dar al hombre según su conducta, según el fruto de sus acciones."

Palabra de Dios.

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arbol-junto-al-rio-Jeremias-estepa
Salmo Responsorial. Salmo 1, 1-2. 3. 4 y 6
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.

Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Será como un árbol plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin.

Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.

Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
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Recibiste tus bienes, y Lázaro males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 16,19-31
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
- "Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día.
Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico.
Y hasta los perros se le acercaban a lamerle la llagas.
Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán.
Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritó:
'Padre Abrahán, ten piedad de mi y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas.'
Pero Abrahán le contestó:
'Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces.
Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros.'
El rico insistió:
'Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este lugar de tormento.'
Abrahán le dice:
'Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen.'
El rico contestó:
'No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán.'
Abrahán le dijo:
'Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto.'"

Palabra de Dios.

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James-Tissot-Lazaro-Epulon-02
San Juan José de la Cruz 1654-1734

San Juan José de la Cruz, de la Orden Franciscana de San Pedro de Alcántara. Nace en 1654 en la isla de Ischia, frente a Nápoles, de una familia cristianísima, cuyos cinco hijos se consagran a Dios en la vida religiosa.

Lo mismo de maestro de novicios que de superior provincial y director de almas, San Juan José de la Cruz hace de su vida una Cuaresma de oración y penitencia, con ayunos, y cilicios en cruz, rigurosísimos.

Sobresaliente por su austeridad, insistió en una austeridad igual de estricta para los novicios a su cargo. Incluso tuvo la idea de edificar eremitorios fuera del edificio principal del monasterio, de modo que pudiese practicar una autodisciplina aún mayor. A pesar de su exacta observancia de las reglas de su orden, puso también un especial cuidado en que los novicios tuvieran tiempos regulares de recreo. Entendió, que lejos de ser un lujo, el recreo es una necesidad del espíritu humano.

En su amor a la pobreza, llega a ser llamado "el Padre Cien Remiendos". A su hábito lo considera como la túnica de Cristo, signo de su consagración a él.

Y hasta su muerte en Nápoles, con 80 años, el 5 de marzo de 1734, acata siempre la Providencia de Dios; persuadido de que un ser como el hombre, con poco más de tres dedos de frente, no puede abarcar los insondables designios divinos.

Santos Adrián y Eubulo, Mártires

Adrian, Adriano mártir 5 de marzo

En el sexto año de la persecución de Diocleciano, siendo Firmiliano gobernador de Palestina, Adrián y Eubulo fueron de Batenea a Cesarea para visitar a los confesores de la fe. Cuando los guardias de la ciudad les interrogaron sobre el motivo de su viaje, los mártires respondieron sin rodeos que habían ido a visitar a los cristianos. Inmediatamente fueron conducidos ante el gobernador, quien los mandó azotar y desgarrar las carnes con los garfios de hierro, para ser arrojados después a las fieras.

Dos días más tarde, durante las fiestas de la diosa Fortuna, Adrián fue decapitado, después de haber sido atacado por un león. Eubolo corrió la misma suerte, uno o dos días después. El juez le había prometido la libertad a este último, con tal de que sacrificara a los ídolos, pero el santo prefirió la muerte.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."